Lo vivido anoche en la Junta de Accionistas no me pilla por sorpresa. En absoluto. Ya he perdido bastante de la ingenuidad que tenía al tratar asuntos relacionados con la gestión de este club. Ya éramos un club cualquiera en el que podían vivirse situaciones que hace no tanto tiempo sólo veíamos de lejos y en los informativos de la televisión. Pero ahora sabía que Iñaki Badiola iba a dejar de ser presidente de la Real, sobre todo desde que se confirmó que habría una plataforma alternativa. Sabía, y los hechos lo han confirmado, que el nuevo presidente, Jokin Aperribay, no tendría el beneplácito del accionista de a pie aunque sí tenga el de los poderosos. Sabía que hay una división que, digan lo que digan algunos, no surge en la figura de Iñaki Badiola. Sabía que hay una gran diferencia entre ser el presidente de la Real y ser el presidente de la Real Sociedad de Fútbol S.A.D. Sabía que la Real está controlada por los podres fácticos que todos conocemos, que ya se han desenmascarado y que tienen nombres y apellidos. Y sabía que, por triste y desgraciado que sea tener que admitirlo, que no se puede luchar contra esos poderes en igualdad de condiciones.
Jokin Aperribay es el nuevo presidente de la Real Sociedad de Fútbol S.A.D. Y comienza en ese cargo con unos lastres inmensos. Es el primer presidente de la Real al que no hemos conocido antes de serlo, el primero que no es elegido en unas elecciones libres en las que los accionistas tengan información sobre los candidatos. El primero que simplemente ha dicho "aquí estoy yo", sin más méritos ni proyectos, para dirigir el club. Él mismo admitió que, en realidad, no tenía más ideas que derrocar a Badiola al decir que el lunes empieza a trabajar. Si quería presidir la Real, su trabajo tenía que venir de lejos. Pero el trabajo previo no ha sido más que juntar a una serie de personas que se atrevieran a dar la cara por los poderes fácticos. Eso y no otra cosa fue el objeto de las reuniones previas a la Junta. Hoy no saben cómo salvar a la Real. Como mejorar su situación económica. Como contribuir a que el equipo suba a Primera. A partir de mañana lo intentarán averiguar. Mucha suerte, porque de la suerte que tengan depende el futuro de nuestro equipo.
La Junta de anoche sirvió para dar un nuevo paso en la miseria que rodea a la Real y en el fin de la unidad imposible que todos piden pero que en realidad sólo queremos los que estamos por debajo del nivel decisorio. Jokin Aperribay pidió que se les deje "trabajar en paz" a partir de mañana. ¿Como han dejado trabajar a Badiola? No puede pedir unidad desde el poder precisamente quien la ha torpedeado desde la oposición. Y lo mismo sucede con cierta prensa. Hoy El Diario Vasco silencia todo lo que Badiola dijo en la Junta. Pero no sólo eso. También omite todas las intervenciones de los accionistas (que apostaron mayoritariamente por la continuidad del Consejo de Badiola hasta las elecciones que prometió el ya ex presidente para el verano), que caen en el olvido porque no convienen. Porque hay que dejar claro al iluso accionista la diferencia entre el populacho y el poder. Y el poder venció ayer.
Y llegamos a la cuestión de la imagen. Todo el mundo se rasga hoy las vestiduras por la imagen que, dicen, se ha dado del club por los incidentes finales. Pero yo no estoy sorprendido de que sucedieran. Todo lo que está por encima del equipo y la afición lleva tiempo conspirando para que esa sea su Real. Se lamentan los incidentes, que hicieron necesaria incluso la intervención de la Ertzaintza. Sobra decir que no los justifico ni los defiendo, pero si no buscamos las causas estamos condenados a volver a ver situaciones similares. Y las causas son sencillas. El nuevo presidente de la Real, sin proyecto, sin cara, sin haber ofrecido nada a los accionistas y a los aficionados, se ha apoyado en el poder político, económico y mediático para tumbar una elección libre de los accionistas hace un año. La democracia es así y hay que respetarlo. Pero siempre queda el derecho al pataleo, y eso es lo que mostraron quienes impedieron al nuevo presidente utilizar una Junta de Accionistas como si fuera un colegio votando para la elección del delegado de la clase. Esto exigía más seriedad, más información y mucho más respeto al accionista.
Lo vivido sólo sirve para demostrar que valen más las acciones que los aficionados. Muchas gracias, Miguel Fuentes, por aquella tramposa ampliación de capital que impulsaste. El hermoso y valiente esfuerzo de limitar las acciones por accionista al dos por ciento del capital, el impulsado por Iñaki Alkiza y Luis Uranga (los últimos presidentes con decencia que ha tenido este club), pretendía evitar justo la bochornosa situación vivida ayer. Y mucha gente estalló al ver cómo se hacían añicos esos sueños de que la Real era de los realistas. No lo es. Es una ilusión falsa que ha perdurado en el tiempo con llas mentiras de Denonerreala y sus representantes en la sombra. Es un timo al aficionado y al pequeño accionista. Legal, sin duda, pero un timo al fin y al cabo. Ya sabemos quién manda en la Real. Las caretas han caído, las cartas se han enseñado. Y lo que hemos visto es que había demasiados ases en la manga. Sólo una lucha por ostentar el poder y acallar vergüenzas pasadas. Nadie ha oído una sola palabra sobre lo que van a hacer los nuevos salvadores del club. Ese discurso todavía no se lo saben.
Iñaki Badiola sale de la Real. Lo hace como Don Quijote, enfrentado contra gigantes invencibles y convencido de que su locura (bendita locura a veces) es la realidad. Lo hace después de haber hecho lo que muchos realistas llevábamos años pidiendo: que se levantaran las alfombras y viéramos si la Real estaba o no enferma. Y lo está, como lo está el fútbol español. Badiola ha conseguido demostrarlo y por eso merece un aplauso, por mucho que otros asuntos requieran crítica o censura. Pero ahora necesitamos que sea el Cid y siga ganando batallas después de muerto. La sensación de que este nuevo Consejo dejará caer en el olvido la lucha por la limpieza en la Real y en el fútbol español (lo que le costará al club perjuicios económicos y deportivos claros) es tan esperada que se hace necesario que Badiola siga luchando. No, en absoluto, como oposición al nuevo Consejo, para que este nuevo Consejo construya su ficticia unidad y no tenga excusas, pero sí para que se haga justicia. Si tiene más sobre la compra de partidos, que lo haga público a su tiempo. Ese será su mejor servicio a la Real.
Aperribay tiene un problema. Llega con poca legitimidad social a la presidencia, habiendo derrocado al único presidente de la historia moderna de la Real contra el que no ha habido protestas en Anoeta. Llega sin proyecto, sin soluciones y en una situación compleja. Yo no voy a ser su oposición, pero sí voy a estar tan vigilante como siempre para ver qué hacen bien y qué hacen mal. Su llegada ha sido una mala forma de empezar. Y tiene un hándicap añadido. Él y los poderes que le han apoyado ahora ya no tienen un Badiola al que echarle la culpa de lo que pase en la Real. Ahora son ellos los que tienen que dar la cara, los que tienen que tomar decisiones, los que nos tienen que llevar a Primera. Y si no lo consiguen, tendrán que rendir cuentas. Insisto: mucha suerte. Porque la van a necesitar para reconducir el rumbo de su juguete roto.
3 comentarios:
Hay una cosa en la que discrepo contigo, Juan. Dices que la democracia es así y hay que respetarla, aunque yo pienso que en este caso en el que un accionista ya se ve que no es igual a un voto esa democracia brilla por su ausencia. Cierto, como también comentas y en ésto si estamos de acuerdo, que puede ser legal, pero a lo sucedido en la Junta de ayer y al resultado final de la misma yo jamás puedo asimilarlo con la democracia.
Aún con fallos cometidos, y quién no los comete, Badiola mereció anoche seguir siendo presidente de la Real. ojalá en un tiempo no muy lejano tengamos noticias de nuevo del señor Badiola, diciéndonos que no va a dejar de luchar por volver a ser presidente de este equipo. Rompo desde aquí una lanza para si hay alguna manera de comenzar esa cruzada de conseguir apoyos para intentar acabar con tanto poder oculto.
A ver a partir de ahora la dureza del Diario VAsco.
Es lo que tiene el asunto de las SAD, que un socio no vale lo mismo que otro. Y me temo que en la Real menos todavía, ya que hay unos controladores (los mismos que controlan casi todo por allí) que no quieren perder su juguete.
Yo casi prefiero quitar el límite de acciones, que así estaríamos abiertos a la entrada de gente de fuera. Con ese límite, siempre estarán los mismos, dispuestos más a la política que al deporte.
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