lunes, febrero 02, 2015

"Nuestra Liga"

Markel, saludando a Casillas tras el 4-1.
Dice Markel Bergara que el Real Madrid no es de "nuestra Liga".  "Hay que hacer borrón de este partido y pensar que no era un objetivo prioritario de nuestra Liga. El siguiente encuentro sí que es de nuestra Liga y hay que ganar como sea al Celta", ha dicho ya en Donostia. Hay pocas excusas con las que explicar las derrotas que me resulten más penosas y detestables que esa, la de "nuestra Liga". ¿Era de "nuestra Liga" el Real Madrid cuando cayó en Anoeta en la segunda jornada de Liga? ¿Lo era el Barcelona cuando sufrió una nueva derrota en el estadio donostiarra hace no tantas semanas? ¿Es consciente Markel Bergara de que sin los nueve puntos sumados ante equipos que sin duda considerará que no son de "nuestra Liga" la Real estaría ocupando ahora mismo la última posición en la tabla y además de forma clara? ¿Qué clase de deportistas son estos que desprecian con tanta facilidad partidos que no sólo sirven para sumar tres puntos, como todos los demás de una Liga, sino que además se disputan en escenarios y ante rivales de categoría?

Para colmo, Markel es reincidente en estas dañinas opiniones, lo que evidencia algunos de los males que aquejan al club realista desde hace ya demasiado tiempo. En la temporada 2011-2012 se permitió el lujo de considerar que el Sevilla tampoco era de "nuestra Liga" cuando visitó Anoeta en la jornada 23 del campeonato liguero, una afirmación que resultó asombrosa ya que el equipo entonces en manos de Unai Emery apenas tenía dos puntos más que el de Philippe Montanier. Si se considera que aquel Sevilla no es de "nuestra Liga", ¿cómo no hacerlo con el Real Madrid en cualquier circunstancia? Entonces, la Real transitaba por la clasificación como un equipo desaprovechado, desangelado y conformista. Eso impidió que se luchara por el premio europeo en su primer año tras el ascenso, tal y como se podía apuntar al final de la primera vuelta. Eso hizo que la primera campaña de Montanier fuera terriblemente decepcionante. Y eso hizo que en la siguiente temporada, la 2012-2013, el equipo fuera siempre un paso por detrás para darse cuenta de las posibilidades reales que tenía de volver a Europa incluso por la puerta grande, la de la Champions League.

El despreciable conformismo con el que la Real afronta sus partidos ante Real Madrid y Barcelona es el mayor exponente de una actitud inaceptable, y que en los estadios de estos dos equipos roza ya el más absoluto patetismo. Es obvio que ante esos dos gigantes hay muchas posibilidades de caer derrotado. ¿Pero siempre? La Real, desde que volvió a Primera en 2010, encaja en sus visitas al Santiago Bernabéu una medida de 4,4 goles por partido y, por supuesto, ha perdido siempre. Lo hizo incluso en el único partido en el que plantó cara, el 4-3 de la temporada 2012-2013, un partido que por desgracia también evidencia el desdén realista hacia la posibilidad de sumar en el Bernabéu, pues perdió jugando contra diez jugadores madridistas durante 80 minutos, encajando hasta tres goles cuando ya tenía un jugador más que los blancos. Pero aunque se quiera explicar que siempre ha sido así y es una situación irremediable, resulta que en las ocho visitas anteriores al descenso de 2007, incluyendo años de la lucha por la permanencia, esa media de goles encajados era de sólo 1,75 y en ese tramo consiguió sumar una victoria y tres empates. Nada que ver con lo actual, se mire como se mire.

De hecho, la Real coronó con su última derrota en el coliseo madridista una marca bochornosa, al convertirse en el segundo equipo que recibe cuatro o más goles en cinco visitas ligueras consecutivas en toda la historia del campeonato, después del Murcia, o sea que no será tan habitual o tan asumible el actual registro realista. ¿Cómo se puede seguir justificando de esta forma que un equipo como la Real, de gloriosa historia y dos títulos de la Liga en su palmarés, apenas haya podido saborear las mieles del triunfo en Chamartín en tres de las 68 veces que ha jugado allí? Si "nuestra Liga" es lo único que importa, la Real tiene un problema esta misma temporada, porque en la segunda vuelta aún tiene que visitar los estadios de Barcelona, Atlético de Madrid y Valencia, equipos que sin duda tampoco se considerarán como parte de esta "nuestra Liga", a pesar de que en Mestalla el equipo txuri urdin suma tres victorias en sus tres últimas comparecencias. Cuando suenan esas dos palabras, "nuestra Liga", es cuando no queda más remedio que entender que jugadores como Bravo argumenten su decisión de marcharse de la Real en la falta de ambición. Y donde no hay ambición, crece el miedo. El miedo a revivir pesadillas por la supervivencia no tan lejanas en el tiempo.

3 comentarios:

Campanilla dijo...

Ya estamos con lo de que no son de nuestra liga....los aficionados deberíamos de hacer lo mismo...como estos jugadores no juegan ni al parchís vamos a dejar de ir a Anoeta y a otros estadios a animar a ver si les hace gracia... me tienen hasta las narices con eso de que no son de nuestra liga, cuando les ganaron aquí porque no dijeron lo mismo? ya esta bien de tomarnos el pelo, que jueguen al fútbol y sino que se queden en casa y que dejen paso a chavales que sí salen a dar la cara y a intentar ganar el partido...

Antonio R. dijo...

Markel sí que no es un jugador para la Real...Es intrascendente en el juego. No creo que sirva ni para Tercera.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Campanilla, pues sí, es un discurso recurrente que molesta, entre otras cosas porque sólo surge cuando la Real pierde. Efectivamente, con el 4-2 en Anoeta se podía haber dicho lo mismo, pero entonces no... Hay que salir a ganar a cualquiera, sin excepción.

Antonio, nunca ha sido de mi gusto futbolísticamente hablando, pero esta forma de pensar, despreciando partidos, me parece más dañina.