domingo, febrero 09, 2014

REAL SOCIEDAD 0 - LEVANTE 0 Paso atrás de la Real ante el fútbol pedestre de Caparrós

Keylor Navas se estira. El penalti a Agirretxe es anterior.
La Real dio un paso atrás en su objetivo de alcanzar la cuarta plaza. Paso atrás porque otra vez no fue capaz de marcar ningún gol y eso provocó que el Levante se llevara un punto de Anoeta. Más era imposible porque el fútbol pedestre que plantean los equipos de Joaquín Caparrós no suele aspirar a más. Hoy, desde luego, no lo hizo, convirtiendo a Bravo en un espectador más. Pero como espectador fue mucho más dañino Clos Gómez, que se sumó a la táctica del Levante durante los 90, consintiendo su juego violento sin las necesarias tarjetas que cortarían de raíz una forma de jugar al fútbol por lo visto sólo denunciable si los afectados son Cristiano Ronaldo o Messi. Para no variar la tendencia, Agirretxe fue objeto de un claro penalti que David Navarro reconoció tras el partido ante las cámaras sonriendo cuando se le preguntó por la jugada aunque sus palabras lo dejaran en el aire. Si a eso se junta el espectacular partido de Keylor Navas, uno más en la temporada brutal que está haciendo, el 0-0 inicial era la única opción posible para el partido.

No hubo sorpresas en Anoeta en la forma de jugar de los dos contendientes. La Real maneja los partidos con más lentitud que la temporada pasada, esperando las oportunidades de que sus jugadores atacantes brillen. Hoy tocaba tener la pelota, sobarla, mimarla, moverla de un lado a otro del campo buscando los huecos en la aparentemente monolítica defensa del Levante. Y en ese aspecto, los de Jagoba, con el once esperado, cumplieron razonablemente bien durante los 90 minutos, brillantemente en las ráfagas que más le acercaron al gol y generando suficientes ocasiones de gol en cada periodo. El Levante, por contra, sólo tenía un objetivo: defender. Evidentemente, cada uno juega el fútbol que quiere o que puede, pero lo realmente desesperante es que sus continuas faltas no encuentren el necesario castigo. Se habla de premiar el fútbol de ataque o de proteger a las estrellas y es mentira. Eso sólo sucede en ocasiones muy puntuales y nunca a favor de quienes visten de txuri urdin, porque no es la primera vez que sucede en Anoeta.

El principal acertijo que se plantea el aficionado realista esta temporada, y este partido incide en ello, es saber qué ha limitado a algunas zonas de los partidos el frenético ataque desbocado que lucía la pasada campaña. Puede ser que la fuga de Illarramendi y la ausencia de un recambio de similares características haya obligado a reducir el ritmo de juego, puede ser que el cansancio acumulado por la Champions y la prolongada trayectoria en la Copa sea otro factor, o quizá las lesiones hayan mermado al equipo en lo que más necesitaba para lograr esa continuidad. O quizá es una mezcla de todo. El caso es que Anoeta vive esta temporada partidos más fríos. El de hoy, lo fue. No hubo noticias certeras de la chispa ofensiva de la Real hasta casi el primer cuarto de hora, cuando Griezmann peinó un centro desde la derecha para que Agirretxe fuera el primero en toparse con un enorme Keylor Navas. Cinco minutos más tarde, Griezmann enganchó un disparo envenenado que Agirretxe acertó a tocar y el guardameta levantinista consiguió despejar antes de que traspasara la línea.

El equipo titular ante el Levante.
Es en esa jugada donde Agirretxe fue objeto de penalti. Como sucedió en Barcelona con la ya famosa jugada entre Mascherano y Vela, el hecho de que hubiera un disparo fue erróneamente interpretado por el colegiado. Como explicó el mexicano, de no mediar falta un delantero tiene más opciones. Si Agirretxe no es obstaculizado, quizá Keylor Navas no habría tenido tiempo de llegar a sacar la pelota. Fue la única jugada de esas que en el cómputo arbitral se consideran decisivas, porque el gol anulado a Vela ya en la segunda mitad fue un acierto del asistente. Pero la labor del árbitro ha de analizarse más en profundidad y por desgracia sólo se hace cuando conviene. Si un equipo integra las faltas continuas en sus táctica, ha de ser sancionado por ello. Nada de dialogar o de dar la ley de la ventaja que lleva tarjetas al limbo, como sucedió en Anoeta Antes de los minutos finales, cuando una amarilla ya deja de tener valor, el Levante sólo vio la de Vyntra, y al final del encuentro, pese a ver señaladas en su contra el doble de faltas, el equipo de Caparrós sólo había visto una tarjeta más que la Real.

El golpe de gracia de Clos Gómez fue el descuento. A pesar de que Keylor Navas perdió casi dos minutos tirándose al suelo por un golpe recibido tres jugadas atrás, y de que otro jugador del Levante estuvo casi uno tirado en el suelo ya en la prolongación, el árbitro apenas dio cuatro minutos y no sumó ni un segundo más. Era evidente que este árbitro, el mismo que en la batalla campal del Bernabéu del pasado miércoles en Copa apenas mostró cinco tarjetas amarillas (exactamente las mismas que hoy, que cada cual juzgue por tanto si el suyo fue un buen arbitraje en aquel partido o en éste), no iba a frenar al Levante, y por eso la Real se armó de paciencia. Y tuvo tanta en la primera que su segundo arreón no llegó hasta los minutos finales. La mejor ocasión para marcar fue doble, y ambas las tuvo Griezmann. Primero conectó un gran zurdazo después de una preciosa dejada de Xabi Prieto y después fue un cabezazo. En ambas ocasiones se encontró, como no podía ser de otra manera, con Keylor Navas. ¿Y el Levante? Sólo tuvo una aproximación de peligro, un disparo de Barral buscando el primer palo que Bravo, aunque dio la impresión de que no iba a coger portería, envió a córner.

Para el Levante, por su planteamiento y por sus deseos futbolísticos, era absolutamente imposible llegar a la portería de Bravo si no mediaba una enorme casualidad o una catástrofe defensiva. Esa ocasión de Barral tuvo una causa muy clara, una grave pérdida de balón de un Markel Bergara intrascendente en el partido para todo lo que beneficiaba a la Real y peligroso en esas jugadas, pues nada más comenzar el segundo tiempo protagonizó una segunda pérdida que el Levante esta vez ni siquiera consiguió convertir en ocasión de gol. Tan desafortunado fue el partido de Markel que hasta se llevó más de un golpe, especialmente un codazo de Barral, un jugador que siempre sorprende que acabe los partidos sin ver la tarjeta amarilla, tal y como sucedió en el de hoy. Como en la primera mitad, el Levante no vio la portería de Bravo en la segunda hasta las postrimerías del encuentro, esta vez con un córner que se paseó por el interior del área hasta que finalmente el chileno atrapó la pelota. ¿Tiros a puerta del Levante en todo el partido? Ninguno. Ahí está la explicación a uno de los dos ceros del marcador.

Los motivos del otro cero fueron los ya apuntados. Al margen de la actuación del Levante y del árbitro, a la Real le faltaron suerte y acierto. Un Chory Castro voluntarioso pero que no pudo marcar diferencias tuvo su mejor ocasión al cuarto de hora de la reanudación, con un disparo que cogió una magnífica parábola y que, por supuesto, Keylor Navas envió a córner. El uruguayo fue el primer sustituido por Arrasate, para dar entrada a Vela en el partido. Antes de eso, Agirretxe estuvo cerca del gol con un espléndido control dentro del área, pero al girarse para enfilar la portería se le adelantó David Navarro. Y entre ambos, usurbildarra y mexicano, fabricaron la ocasión más bonita de la Real. Vela arrancó casi desde el centro del campo, recibió una precisa pared en corto de Agirretxe, y el disparo del recién incorporado al partido se marchó lamiendo el palo. A continuación llegó el ya mencionado gol anulado a Vela, que estaba ligeramente adelantado cuando remató con acierto un magnífico centro de un Griezmann algo más fallón que de costumbre.

Hasta ahí aguantó Jagoba para hacer sus dos cambios finales, ofensivos y acertados sobre el papel. Canales y Seferovic entraron por Markel y Agirretxe, dejando a Pardo como pivote único. Lo que falló en los cambios, además de que Seferovic sigue arrastrando una ansiedad que le impide acertar, es que Canales no pudo entrar demasiado en juego y sí notó en alguna jugada que falta la intuición que dan los partidos y los entrenamientos para entender a sus compañeros. Pero lo más arriesgado de su apuesta no tuvo efectos negativos y el entramado defensivo de la Real se sostuvo sin problemas ante la negativa del Levante a emplear la pelota. La entrada de Vela, que sufrió un par de contundentes patadas por detrás, sí había mejorado el juego realista, pero no fue suficiente. Seferovic, con un cabezazo que pareció a destiempo tras un buen centro de Xabi Prieto, fue quien más cerca estuvo del gol. A la Real le faltó temple en los minutos finales para hincarle el diente al Levante y cayó tantas veces en su trampa que en esos minutos finales Clos Gómez casi igualó la estadística de tarjetas amonestando a Iñigo y a Carlos Martínez.

El marcador final.
La Real mereció ganar, que nadie lo dude, por mucho que el resultado pueda desatar alguna crítica al equipo. Pero con este empate se queda a las puertas de lograr su récord de victorias consecutivas en Anoeta, quedándose en el mismo registro que logró el equipo entrenado por Javier Irureta en la temporada 1995-1996. Eso es lo anecdótico. Lo trascendente es que se pierde una oportunidad de seguir escalando. Es verdad que se recorta un punto al Villarreal, a la espera de lo que haga el Athletic en Vigo en el partido que cierra la jornada, pero es un ritmo insuficiente. Este tramo de la temporada está siendo duro a la Real, que ha sumado sólo una victoria en los últimos cinco encuentros. A pesar de todo, la quinta plaza está a tres puntos (con el average con el Villarreal prácticamente perdido con el 5-1 de El Madrigal, no hay que olvidarlo) y la cuarta estará como mucho a nueve en caso de triunfo del Athletic. Son distancias a tener en cuenta pero no son insalvables. En todo esto habrá que pensar desde el jueves, después de que, para bien o para mal, quede atrás la semifinal contra el Barcelona.

4 comentarios:

Antonio R. dijo...

La Real lo ha intentado, pero no ha podido ser. Un equipo jugando "a lo" Caparrós, el portero rival en estado de gracia, los inevitables árbitros, la gasolina que va faltando y la Champions que se aleja, aunque la intrascendente Europa League es muy factible.

Antonio R. dijo...

¿Alguien me puede explicar de qué juega Markel?

Karpov Briviesca dijo...

Joder, y con perdón, con el cansancio; qué son profesionales.
Aunque la verdad hoy ha faltado claridad y un poco de suertecilla.
Como siempre, Juan, tus artículos cojonudos.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Antonio, no diría yo que la Europa League es intrascendente. Es una competición maltratada por el brillo de la Champions, como aquí la Copa por el de la Liga, pero si es lo que acabamos jugando ya verás como con ilusión podemos llegar lejos. Ya sabes que yo no soy precisamente el fan número 1 de Markel. Corazón, todo el del mundo, pero yo no lo veo.

Karpov, y tienes razón, lo del cansancio no tendría que contar. En todo caso, aquí quería hacer alusión a que el Levante no jugó entre semana, como nos ha pasado con muchos equipos este año, claro. Muchas gracias por tus palabras.