Éste es uno de esos partidos en los que ganar es la única opción posible (domingo, 12.00 horas, Anoeta, Canal + Liga 2, PPV). Ganar al Espanyol es el único camino para un equipo que vive en caída libre y que ha vivido dos semanas como colista, por mucho que vaya a oponer el equipo visitante a las pretensiones del local. No ganar provocaría un movimiento sísmico de imprevisibles consecuencias sobre los cimientos de un proyecto que buscaba hacer crecer a la Real. Los resultados se evalúan en junio, eso es cierto, pero a día de hoy es difícil ver ese crecimiento y el fútbol puede tener de todo menos paciencia. La Real lo sabe. Montanier tiene que resolver las dudas que se ciernen sobre su trabajo y sobre el futuro del equipo. El mismo equipo, sus jugadores, tienen que dar la cara y un golpe sobre la mesa. Cualquier otro resultado, y no sólo en el marcador, provocará que Anoeta pierda casi definitivamente la fe en los suyos. ¿Está la Real preparada para los resultados de perder otro partido y alcanzar las ocho semanas sin ganar, sumando sólo un punto en ese tiempo? Probablemente no. Por eso, ganar es la única opción.
Además de los problemas clasificatorios, a Montanier se le acumulan las dificultades. Para este trascendental partido, tendrá que inventarse una defensa completamente nueva. Iñigo Martínez, expulsado en Vallecas, es baja por sanción, mientras que Demidov y De la Bella lo son por lesión. Es decir, que el 75 por ciento de la zaga será nueva. Sólo Carlos Martínez aguanta. Ansotegi, por tanto, forma parte de la lista, siendo la principal novedad en la defensa. El técnico francés acumula dudas y, de hecho, ha llamado a 19 jugadores, de entre los que tendrá que descartar a uno antes del encuentro. El único jugador que se queda fuera por decisión técnica, además de Zubikarai dentro de la habitual rotación de porteros suplentes, es Sarpong. Ifrán ha encontrado un hueco entre los 19 después de semanas sin aparecer, al igual que Pardo. Elustondo ya forma parte del grupo y está en la lista, aunque habrá que ver quién es el jugador que finalmente ve el partido desde la grada.
Durante la semana se ha hablado de un nuevo cambio de sistema. Se espera que la Real salte al campo con un 4-2-3-1, el esquema más habitual de los últimos años, aunque recordemos lo dado a las sorpresas que es Montanier. No tiene mucho margen para ello en la defensa. Bravo estará en la portería, con Carlos Martínez en la derecha, Mikel González y Ansotegi en el centro y Estrada o Cadamuro en la izquierda. Un cambio más radical, ante la baja de última hora de Demidov, sería colocar a Cadamuro en el centro en lugar de Ansotegi y dejar la izquierda para Estrada. Por delante, si hay doble pivote, pocos dudan de que los elegidos serán Illarramendi y Mariga. En la línea de tres, la apuesta más lógica es por Xabi Prieto, Vela y Griezmann, mientras que en punta parece tener más opciones Llorente que Agirretxe. Tampoco sería descabellado que uno de los extremos se quedara en el banquillo (y Griezmann tendría más posibilidades de ser el elegido) para poner más madera en el ataque: con Agirretxe en la banda (como jugó en Gijón en la primera jornada, cuando marcó dos goles) y Llorente en punta.
Mirar la clasificación da vértigo. La Real ocupa la última posición, un lugar que no había visitado desde el año del descenso, con sus exiguos ocho puntos. Todos los demás equipos han sumado más. Sólo tres han marcado menos goles. Sólo dos han encajado más. Lo más probable es que la victoria saque al equipo txuri urdin de los puestos de descenso, objetivo que esta a sólo un punto. Pero, y es una obviedad, para eso hay que ganar, algo que la Real tiene olvidado. No lo hace desde el 20 de septiembre, cuando derrotó al Granada con un solitario y afortunado gol de Estrada. El Espanyol lleva dos jornadas sin conocer la victoria pero ocupa una más que meritoria séptima posición, con 16 puntos y a uno solo de los puestos europeos. Dicen que los modelos de Real Sociedad y Espanyol se parecen. Que ambos apuestan por la cantera, que ambos tienen un depredador de su talentos en su zona de influencia. Pero uno mira a Europa y el otro sufre en las profundidades de la clasificación. Algo estaremos haciendo mal. Y lo más probable es que Anoeta juzgue al final de este nuevo partido matinal.
La Real ha recibido al Espanyol en San Sebastián en 63 ocasiones (62 de ellas en Primera División) y los números muestran una clara supremacía txuri urdin. Son 42 las victorias locales, once los empates y diez los triunfos del equipo barcelonés. En Segunda, el único enfrentamiento que se ha jugado se saldó con la victoria de la Real, 3-0 en la temporada 1962-1963. En Primera, la victoria más abultada de entre las 41 que logró la Real, un contundente 6-1, se repitió en dos ocasiones. En la campaña 1932-1933, Urtizberea marcó tres goles y completaron el marcador Chivero, Tolete e Insausti. En la 43-44, Ontoria y Unamuno marcaron dos goles cada uno, y Bidegain y Pérez hicieron uno. El mayor triunfo espanyolista fue el 1-4 de la 34-35. En Anoeta el balance sigue siendo favorable a la Real, pero con menos claridad. De los 14 encuentros jugados, el Espanyol ha ganado cuatro, por los ocho triunfos de la Real (en siete de ellos, el equipo visitante no marcó) y los dos empates. Eso sí, el equipo catalán sólo ha perdido en una de sus cuatro últimas visitas y en dos de las últimas seis.
La pasada temporada, la 2010-2011, la Real venció 1-0. El buen partido que hizo la Real no encontró reflejo en el marcador hasta el final. Tuvo muchísimas ocasiones de gol para desnivelar el marcador, muchas de ellas en la cabeza de todos sus jugadores pero en especial de sus defensas, pero no consiguió encontrar la portería rival. El Espanyol, que salió dominante, fue poco a poco reculando al ritmo que marcaba Zurutuza. Pero la Real no marcaba y el tiempo se agotaba. Hasta que apareció Sarpong sobre el terreno de juego, puso una velocidad más y revolucionó por completo el partido. El holandés, cómo han cambiado las cosas desde entonces, lanzó una falta que rebotó en el larguero, después en la espalda de Kameni y que finalmente acabó introduciendo Forlín en su propia portería. Apenas quedaban unos minutos para el final, pero la Real sufrió lo indecible para mantener el 1-0. Bravo se lució en varias ocasiones pero sobre todo en una, lanzándose de palo a palo para evitar un remate a bocajarro en lo que no sería descabellado calificar como la mejor parada de la historia de Anoeta. La Real ganó, acabando entonces con una racha de tres derrotas consecutivas. Hoy la racha es peor. ¿Ganará también?
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