La Real tiene dos posibles caminos en Sevilla (domingo, 12.00 horas, Benito Villamarín; Canal + Liga 2, PPV). La confianza o el temor. Puede enfrentarse al Betis con confianza, con el peso de su historia, de su escudo, de su camiseta (a pesar de que seguramente saldrá de nuevo con la amarilla) y de su gente. O puede hacerlo con temor, como ha afrontado ya demasiados partidos esta temporada. Eso, y la misma decisión que tome el Betis, será lo que decida el resultado. Y lo que marque el futuro. De Sevilla volverá una Real con confianza o atemorizada. No cuentan ni las bajas, ni los resultados anteriores, ni siquiera las sensaciones que está ofreciendo el equipo de un Philippe Montanier que todo el mundo da por seguro que dejará de ser entrenador de la Real si el equipo no vuelve de la ciudad andaluza con una victoria. Y eso ante un equipo que tiene una racha incluso peor que la que arrastra el conjunto txuri urdin, pero que tuvo un mejor inicio de temporada y por eso mantiene cuatro puntos de ventaja sobre la Real. ¿Una final a estas alturas de la temporada? Que cada cual lo llame como quiera.
Montanier tendrá que encontrar solución a las muchas bajas que tiene su equipo, tres de ellos titulares indiscutibles. El duelo ante el Espanyol dejó tres lesionados: Xabi Prieto, Illarramendi y Cadamuro, siendo los dos primeros pilares básicos del once tipo de esta temporada. La ausencia del tercero complica el panorama porque es el primer relevo del lateral izquierdo titular, De la Bella, también lesionado desde el encuentro de Vallecas.Allí también sufrió una rotura de fibras Markel Bergara, la quinta baja del equipo por problemas médicos. Y cinco son también las novedades en la lista del técnico francés. Entran Zubikarai (en la habitual rotación de porteros suplentes), Zurutuza, Sarpong, Demidov (tras superar la lesión que le apartó a última hora del encuentro de la semana pasada) e Iñigo Martínez (que cumplió un partido de sanción tras su expulsión ante el Rayo Vallecano). Ifrán se cae de la lista de los elegidos. Ya no sorprende que el entrenador realista no cuente con el uruguayo.
Parece probable que Montanier insista con el 4-2-3-1 que usó ante el Espanyol. Y aunque durante la semana no ha sido fácil aventurar sus planes, sorprenderá mucho que no salga de inicio con un once que formen Bravo, Carlos Martínez, Mikel González, Iñigo Martínez, Estrada, Mariga, Aranburu, Griezmann, Zurutuza, Vela y Llorente. Quizá donde más dudas haya es en la punta de ataque, donde Agirretxe también tiene alguna opción. Se hablaba de la suplencia de Mariga, pero Pardo (que, en realidad, tendría una gran oportunidad de ser titular) o Elustondo parecen soluciones menos probables de inicio. El propio Montanier mencionó a Iñigo Martínez como posible lateral izquierdo (descartando así a Mikel González, el usado por Lasarte cuando le faltó De la Bella), pero lo normal es que sea Estrada, como lo fue en Vallecas y en los últimos minutos del partido contra el Espanyol. Mikel González es la tercera opción como central, pero está jugando a buen nivel y Demidov no (Ansotegi volverá al banquillo). Y si había dudas en la línea atacante de tres, Montanier las ha disipado dejando fuera de la lista a Ifrán. Sarpong no parece una opción para el once inicial.
El Benito Villamarín medirá a dos equipos en caída libre desde hace más de dos meses. Los dos acumulan una improbable y demasiado prolongada racha de ocho partidos sin ganar después del buen arranque de Liga que habían protagonizado ambos conjuntos. Uno o los dos llegarán a nueve. El inicio del Betis fue mejor que el de la Real, e incluso llegó a ocupar el liderato de Primera. Los realistas estuvieron en puestos en europeos. Pero en las últimas ocho jornadas, ninguno de los dos equipos ha ganado. El equipo de Montanier ha sumado dos puntos, el de Pepe Mel sólo uno. Por ello, la Real ocupa la decimonovena posición, con los mismos nueve puntos que tiene el colista, el Racing, y uno por debajo de los puestos que dan la salvación. El Betis, con un colchón acumulado mayor, es decimotercero con trece puntos. La Real suma cinco derrotas consecutivas a domicilio desde que ganara en el partido que abrió la temporada en Gijón, y sólo ha marcado en uno de los seis últimos partidos (por partida doble, en su derrota 3-2 ante el Levante). El Betis, en casa, suma dos victorias, dos derrotas y un empate, y lleva sin tres partidos como local sin dar a su afición un gol que celebrar.
Betis y Real Sociedad se han visto las caras en Sevilla en 42 ocasiones, 38 de ellas en Primera y cuatro en Segunda. En la máxima categoría, el balance es terriblemente negativo para el equipo txuri urdin, que salió derrotado en 22 ocasiones, empató en diez y sólo venció en seis (aunque el último duelo se saldó con un 0-1 para la Real, con gol de falta directa de Garrido, en la temporada del descenso, la 2006-2007). La mayor goleada realista es el 1-3 que repitió en dos ocasiones, en la campaña 85-86 (goles de López Ufarte, Bakero y Begiristain) y en la 87-88 (con un hat trick de Loren).La derrota más contundente también se repitió dos veces, el 5-1 que logró el Betis en la 60-61 y en la fase de play off de la 86-87, que la Real despreció para centrarse en la final de Copa contra el Atlético de Madrid que le permitió lograr su primer y hasta ahora único título en la competición. De las últimas tres visitas en Primera, la Real consiguió el triunfo en dos. En Segunda, el balance es parejo: cuatro partidos y dos victorias para cada equipo, aunque las dos realistas datan de los años 40.
La última vez que se midieron Betis y Real Sociedad fue, precisamente, en Segunda, en la temporada 2009-2010. Ambos equipos lucharon por el ascenso y sólo el donostiarra logró el billete para la máxima categoría del fútbol español. El partido lo decidió el árbitro, Lizondo Cortés, masacrando a la Real a base de faltas y tarjetas, obviando hasta tres jugadas en las que pudo señalar penalti a favor del conjunto txuri urdin, y decretando un penalti por mano de Diego Rivas que Emaná transformó en el 1-0 final del encuentro. Esa mano sí existió. Fue, probablemente, el único acierto que tuvo el colegiado en todo el encuentro. Un encuentro jugado muy bien por la Real, con la predisposición de dejar zanjado el ascenso en Sevilla. No lo logró, porque los tres puntos que sumó el Betis le dejaron vivo en la lucha por regresar a Primera, pero la lección de fútbol y carácter que dio el equipo txuri urdin en tierras hispalenses fue el empujón que necesitaba para ganar los tres siguientes partidos y certificar, en el último de ellos, en Anoeta ante el Celta, el merecido premio del ascenso. Aquel día la Real perdió, pero perdió siendo la Real. ¿Qué sucederá mañana? Juego y resultado serán trascendentales para evaluarlo.
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