No cabe hablar de error arbitral, no. Ya no. Con hechos como los del sábado, no. Hacerlo sería una tomadura de pelo. No es un error que un árbitro amenace con reiterados "a que te expulso" a jugadores realistas. Tampoco lo es que expulse a un miembro del equipo médico porque le pregunte si "para el otro lado no hay tarjetas". No es un error que pite un penalti cuando el asistente le confiesa a algunos de los blanquiazules que él ha visto que no ha sido nada. Y tampoco es un error que, después de todo eso, se inhiba en una jugada postrera en el otro área que le hubiera devuelto dos puntos a la Real. No puede ser un error cuando el resultado es siempre el mismo, cuando la mayoría de las tarjetas le caen siempre al mismo equipo, independientemente del rival que haya enfrente, ni tampoco que quienes estaban a ras de césped vieran al árbitro salir del verde de Anoeta sonriendo, como si le gustara que le insulten desde la grada o como si estuviera realmente satisfecho de lo que hizo.
Bernabé García quiso ser el protagonista de un partido bonito entre dos equipos históricos. Y lo logró, desgraciadamente lo logró. Tan protagonista como lo quiso ser y lo fue hace menos de un año, en aquel partido ante el Racing de Ferrol. Aquel espectáculo no le dio tanto renombre, ya que obviamente los ferrolanos no tienen el mismo cartel que el Zaragoza. Aquel día Eizmendi le acusó de provocar violencia en los terrenos de juego y hubo quien se rió del entonces entrenador realista. Pero tenía razón. Ya lo creo que la tenía. Bernabé García regresó para provocar y provocó el estallido de Anoeta. Sin incidentes, como debe ser, pero con una furia justa y digna. Porque ya son demasiados los arbitrajes nefastos y perjudiciales que ha tenido que ver una afición que lleva tres años sufriendo como seguramente no lo había hecho en su casi centenaria historia. Duele ver que alguien, y sin motivos, decide un partido de una forma tan evidente. Duele que pase siempre con los mismos. Y duele, duele muchísimo, que suceda en el minuto 90. Demasiado perfecto para ser una casualidad.
No cabe otra interpretación posible a lo visto en Anoeta: el árbitro manipuló el resultado, ese que lograron dos equipos en un partido de fútbol sin demasiado buen juego pero con muchos elementos de interés, una lucha tensa e intensa entre dos conjuntos que quieren subir a Primera División y que seguro que estarán peleando por ello hasta el final de la temporada. Visto lo que sucedió en los 90 minutos, el partido debió acabar 1-0, pues la Real se adelantó y el Zaragoza no pudo empatar. Pero el árbitro primero propició el 1-1 y después impidió el 2-1. Por lo visto en el terreno de juego, al margen de la irresponsable, incapaz e incompetente actuación arbitral, los goles podrían haber llegado de muy distintas formas. Porque el juego, de poca calidad en general, y las ocasiones más claras cayeron del lado del Zaragoza. Pero la Real dispusó de alguna que otra oportunidad de sentenciar el choque con ese 2-0 que parece casi imposible para el equipo de Lillo esta temporada.
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El técnico realista sorprendió, y mucho, de salida. Colocó tres centrales, y ante la ausencia de Mikel González el elegido para completar la terna fue Carlos Martínez. Cumplió el bravo lateral realista. Dos carrileros, Gerardo y Castillo, flanqueaban el doble pivote formado por Diego Rivas y Aranburu. Por delante, Marcos, Xabi Prieto y Abreu. El sistema no funcionó, sobre todo en la segunda mitad. Y no lo hizo porque los laterales tuvieron que prestar mucha más atención a tareas defensivas que a ayudar en el ataque. Eso, y la enorme dificultad de los tres centrales para encontrar una salida al balón, propició mucho balón largo que no encontraba a los jugadores realistas. Ni Xabi Prieto, que suele cazar por alto muchos de los saques largos de Bravo, pudo oler el balón. Y ni Rivas, que estuvo hecho un coloso a la hora de robar balones al Zaragoza, ni un Aranburu que pasó bastante inadvertido, pudieron iniciar el juego.
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Así la Real, que cedió pronto el balón y tras ponerse por delante en el marcador también el terreno de juego, se vio condenada a buscar la casualidad. Ésta llegó en forma de una falta (por supuesto, sin la obligada tarjeta para un jugador maño) que se colgó hacia el área. El rebote posterior acabó en los pies de Abreu, que con una tranquilidad asombrosa, marcó el primer gol de la tarde. Un golazo, para qué nos vamos a engañar. Donde antes la Real veía tiros precipitados, ahora tiene a un témpano de hielo que empujó a la red el balón de forma casi insultante. El uruguayo lleva tres partidos en la Real, dos de ellos como titular, y ya ha marcado dos goles. Para quitarse el sombrero. Pero el gol, en todo caso, no fue producto del fútbol de la Real, sino de una jugada a balón parado. Nada desdeñable, por supuesto, pero no terminan de explotar las cualidades futbolísticas del equipo txuri urdin. Que las tiene y son muchas.
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El Zaragoza intentó poner más fútbol, pero casi todas sus intentonas morían en la orilla, destacando el brutal trabajo de Rivas y el buen hacer de toda la línea defensiva. Y cuando los maños llegaban a la meta realista aparecía Claudio Bravo. Espectacular temporada la suya y gran partido el que hizo el sábado. Sólo de penalti injusto pudo batirle este Zaragoza llamado desde su descenso a ser equipo de Primera antes de que acabara la temporada. Eso dice mucho del equipo de Lillo, a pesar del expolio final que impidió la victoria realista. A pesar de todo lo sucedido al final, la Real debió finiquitar el partido mucho antes. Porque, pese a ceder el dominio territorial y de posesión, al final el número de ocasiones de ambos equipos terminó bastante parejo. Pero esta Real no sabe contraatacar. Ni siquiera tres realistas contra dos zaragocistas pudieron crear peligro. Agirretxe (que ahora mismo relega a un Necati que no salió ni un solo minuto a ser el tercer delantero de la plantilla) esta vez no estuvo muy acertado y dejó pasar alguna que otra buena jugada.
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Pero cuando el partido estaba en un punto muy similar al disputado hace una semana en Las Palmas, con un rival desesperado que no veía la forma de hincar el diente al equipo txuri urdin, sucedió lo que tenía que suceder. Un sainete que acabó con cuatro jugadores amonestados en la jugada del penalti, el empate, una pena máxima cometida sobre Agirretxe que el árbitro escamoteó y un final de esperpento en el que, con el partido ya concluído, Bernabé García decidió clavar el estoque hasta el fondo y expulsar a Moha por dirigirse a él sin insulto alguno. La Real no hizo bien todo lo que debería haber puesto sobre el terreno de juego, pero esta no es forma de privarle de dos de los tres puntos que había ganado sobre el césped. Quizá el empate fuera lo más justo, pero así no. Así la Real pierde dos puntos, pero el fútbol pierde mucho más. Los árbitros están ayudando a matar a este deporte con actuaciones como ésta, que son menos aisladas de lo que nos quieren hacer creer.
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Una semana más, la Real sigue sin poder celebrar la segunda victoria consecutiva. Una semana más, se pospone el asalto a los puestos de ascenso. La jornada debió acabar con la Real en segunda posición, pero ahora comenzará su próximo partido en la octava plaza. La igualdad es máxima entre los ocho equipos que siguen al líder, el Xerez, el único conjunto que parece haber despegado, y los pocos goles conseguidos por la Real lastran bastante su golaverage general. El particular con el Zaragoza queda empatado y eso, ahora mismo, perjudica. Pero todavía son demasiados los aspirantes al ascenso como para empezar a hacer estas cuentas. No queda otra que seguir mirando hacia adelante y pensar que en Murcia se prolongará la buena racha de juego y resultados que tiene la Real desde hace algunas jornadas como visitante. Y luego, en Anoeta, aspirar de nuevo a esa segunda victoria consecutiva que tanto se resiste.
7 comentarios:
Pude ver el partido por Aragon Tv y en primer lugar tengo que decir que la Real no me gusto, no entendí el planteamiento tan defensivo de Lillo saliendo con 5 defensas y dejando a Abreu mas solo que la una, el Zaragoza jugo bastante mejor y mereció marcar varias veces.
Pero con todo eso en el minuto 89 ganamos 1-0 hasta que apareció el miserable de Bernabe García que nos mato con el penalti señalado y comiéndose luego el que era a favor de la Real en el descuento, hacía tiempo que no me enfadaba tanto viendo un partido. Lo de este tío no es causalidad ni lo de Gonzalez Gonzalez no se que tienen contra la real pero nos machacan siempre que pueden, fue una vergüenza y no se puede tolerar estos atropellos.
¡BASTA YA!
Hola, no pude ver el partido
pásate por mi blog
por favor
que importante seria quitar las pistas de atletismo para bajarles la chuleria a estos arbitruchos, a ver si se atreven a robarnos de estas maneras!!!!!
Pues sólo pude ver el final.
Primero al Zaragoza llegando bastante, pero justo cuando pasamos el peor momento se inventa el penalti.
Y no sólo eso. Sólo hay que ver el rasero de faltas que llevaba para ver que no estaba haciendo un arbitraje muy casero precisamente.
De vergüenza. Yo no sé si lo he dicho antes, pero creo que la Real debe amenazar con retirarse de un partido si se siguen sufriendo estos arbitrajes. Algo insólito y que sin duda nos haría salir en los medios. El otro día cuando pitó el penalti irse todos del campo y punto.
Estoy completamente de acuerdo con el articulo y con los comentarios. Pero no creeis que esto puede ser por un lado, represalias de Astiazaran por la denuncia que se le puso y por todo lo que se le ha llamado?, no creeis tambien, que Villar quiere que la real este en segunda para que así se beneficie el atletic?, son dos preguntas que dejo en el aire.
No creo que todos los problemas de la Real sean por culpa de los arbitros (aunque indudablemente los hechos dicen que gran parte sí).
Patio de Caballos:
Así que no estoy loco, no soy el único que piensa en esa “conspiración”.
He pensado que como equipo mas pequeño de los grandes y mas grande de los pequeños, buscan que desaparezcamos para dar un toque al resto de equipos y decirles: “Cuidado, con vuestras deudas, que nos atrevimos con la Real”
Para ello nada mejor que un tal Astiazaran que endeudo un equipo saneado. Y un presidente en la federación que conseguía lo que ya desde el año 89 con Loren se busco, que el Athletic fuera la selección vasca, y el resto de cantera.
En fin cosas mías, de un loco demente.
Un abrazo, espero que los jugadores mantengan bien alto el animo, yo ya me conformo con que no maten a ninguno de nuestros jugadores en el campo, porque visto lo visto, si solo nos roban puntos ya es un triunfo.
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