La Real tiene su propia verdad incómoda, como la que da nombre al famoso documental de Al Gore sobre el cambio climático. Desde que la temporada pasada escuchamos las primeras noticias sobre un posible amaño orquestado por el Málaga para intentar subir a Primera, antes de jugar el triste e inolvidable partido de Vitoria, sabíamos que el asunto molestaba a muchos, no sólo a los directamente implicados en él (el Málaga y la familia Sanz). Y las sucesivas novedades han demostrado que sigue molestando a demasiados (la Liga y la Federación, sobre todo la Federación, que es quien tiene competencias reales para investigar). Pero el caso avanza, y la conversación del presidente Badiola con Jesuli puede, y digo puede, haber abierto la caja de Pandora. Ojalá. Lo que está claro es que hay indicios muy distintos de los que presentó aquella primera denuncia, la del agente FIFA contra Lorenzo Sanz y que la justicia deportiva archivó definitivamente la pasada semana (¿por qué ese oscurantismo de no hacer pública la decisión final, sólo revelada para tratar de quitar importancia a esta segunda denuncia?).
Ahora el caso ya no está en manos deportivas, sino que ha pasado a la Fiscalía Anticorrupción. Esto, como casi todo en la vida, tiene su parte buena y su parte mala. La mala es que el proceso puede demorarse muchísimo en el tiempo. En la memoria está todavía el caso del Obradoiro, equipo de baloncesto al que un juez reconoció su derecho a ascender a la ACB ¡¡¡17 años después de los hechos denunciados!!! Por eso la Real hubiera deseado que la denuncia siguiera el cauce deportivo, porque una decisión de acuerdo sus intereses tendría que llegar mucho antes en el tiempo, pero ha sido el Comité de Competición el que, en un nuevo episodio de su pretensión de no mojarse en este tema, ha decidido pasar el caso a la justicia ordinaria. Y eso, por paradójico que parezca, es lo bueno. Porque después de lo visto con la primera denuncia pública, la de un agente FIFA contra Lorenzo Sanz, estaba más que claro que la justicia deportiva no daría pasos firmes en denuncias de este tipo.
El caso sigue su curso y eso es una noticia esplénida que desmiente muchísimos de los argumentos empleados por los opositores a Badiola. El caso es de una tremenda relevancia para la Real. No ya porque pudiera darle un ascenso administrativo, con lo complejo que nos parece eso, sino también por la repercusión económica. Pongamos por caso que un juez al final acaba determinando que el Málaga hizo trampas. Que la Real no subió, entre otros motivos, porque el Málaga compró rivales. ¿Alguien ha pensando en la indemnización económica que podría percibir en ese caso la Real? Mucho dinero, sin duda, puesto que el perjuicio que supone permanecer en Segunda División es fácilmente cuantificable, aunque sólo sea por la millonaria diferencia que hay en un contrato de televisión para un equipo de Primera y otro de Segunda. Aunque sólo sea en la economía, la Real tiene mucho que ganar. Y una decisión de un juez reabriría además la vía deportiva.
Pero no es sólo eso, no. Es un tema de dignidad. Durante años, quienes buscamos y nos recreamos en la Historia de la Real, hemos recordado que este equipo debía tener tres Ligas y no dos. Me refiero a la campaña 1979-1980. Y no precisamente a los enormes méritos deportivos de aquel maravilloso equipo invicto durante 32 jornadas. Me refiero a que Betis y Sevilla recibieron entonces primas por empatar y ganar a la Real aquel año, restándole tres valiosos puntos que le habrían dado entonces al equipo txuri urdin el primer entorchado liguero de su Historia. ¡Qué distinto fue entonces el asunto, que el Comité de Competición citó a declarar a dos jugadores sevillistas apenas ocho días después de que se jugara el partido! Ahora no. Ahora Competición se lava las manos. Lo hizo con la primera denuncia y lo ha hecho con la segunda. Pero algo ha cambiado, obligado por la presión social y mediática de un caso que ha estallado cuando casi nadie pensaba ya que podía hacerlo. Lo que en el primer caso acabó con un archivo, ahora se ha convertido en un traslado a la Justicia ordinaria. Insisto, el caso avanza aunque haya gente que no lo quiera ver.
Y eso es lo importante. Hay dos testimonios que hablan de compra de partidos. Yo no tengo argumentos para creérmelos o para dejármelos de creer, aunque tenga sensaciones muy personales que no necesitan pruebas para ser tan claras. Me puedo poner a revisar el resumen del ya famoso Málaga - Tenerife y pensar que el penalti que hacen los canarios (Juanma, precisamente el jugador apuntado por Badiola como organizador de todo este asunto) fue más o menos voluntario o que su actitud fue más o menos pasiva durante el partido para adecuar los hechos a la denuncia. O puedo hacer lo contrario. Da igual, todo eso es ahora mismo irrelevante. Porque la denuncia podría ser tan verdadera como falsa. No escribo estas líneas defendiendo a ciegas una versión porque no tengo datos para hacerlo. Pido lo mismo que siempre: que se investigue. Porque la denuncia, de confirmarse, es muy grave y altera (y adultera) toda la competición. Y en caso de que quede probado que es un montaje, que haya sanción para quienes lo hubieran urdido, Badiola a la cabeza. Pero que se investigue. Con todas las consecuencias.
Aunque sólo fuera por eso, sin tener en cuenta quién pudiera salir beneficiado, Badiola debiera tener muchos más apoyos en esta petición de que se investigue, que, al final, es lo único que ha reclamado siempre la Real. Pero no los tiene y cabría preguntarse el porqué. La Federación ya ha tenido que rectificar su primera y esquiva posición, cuando dijo que eran hechos ya juzgados. El portavoz que metió la pata en esa apresurada reacción ha reconocido que pensaba que le hablaban del caso del Sevilla Atlético y no de uno nuevo. Otro argumento desmontado. Y tendremos que seguir desmontándolos. Porque se dijo que la grabación fue hecha sin consentimiento de Jesuli, algo que ya ha quedado demostrado que es totalmente falso. Y muchos han amenzado con llevar a Badiola a la Justicia por sus palabras. Pero ¿y si son ciertas? ¿Y si hubo compra? Eso lo tiene que decir la Justicia, estoy totalmente de acuerdo. Y me encanta que así sea porque de esta forma, y ahora sí, se investigará de verdad.
Lo que parece inadmisible es que quienes abogan por remar todos juntos para salvar a la Real ahora se muevan precisaemente en contra de los intereses de la Real. Es vergonzoso que El Diario Vasco y medios afines opten por dar más credibilidad a Lorenzo Sanz que a Badiola sólo por atacar al presidente del club, sin motivos reales ni objetivos. Es vergonzoso que se acuse al presidente de la Real de usar esto para tapar la situación del club, cuando todos sabemos que esta denuncia no interferirá en absoluto en la decisión del juez sobre el concurso de acreedores, la solicitado remoción del Consejo o la celebración o no de la Junta del día 20 o, por qué no decirlo, en el rendimiento del equipo cada fin de semana en el terreno de juego. Es vergonzoso que queramos enterrar un caso que puede suponer la evidencia de que alguien ha hecho trampas para perjudicar a la Real.
Es sencillamente vergonzoso. Hace unos años no lo hubiera creído. Pero ahora me lo creo todo. Incluso que el Málaga comprar a dos o tres rivales para conseguir el ascenso que podía haber sido de la Real. Que la Justicia actúe. Y que reparta precisamente eso, Justicia. Caiga quien caiga y beneficie a quien beneficie. Pero después habrá que pedir cuentas por todo lo dicho o escrito. ¡Benditas hemerotecas!
1 comentario:
Pues yo ya casi no es por la Real. Es por el fútbol en general.
Pero es que escuchando a Lorenzo Sanz en la primera grabación (en la que él reconoció que era él) pues algo huele a podrido.
Y recordemos que este señor ha sido presidente de un grande. Y si por un ascenso dicen que pagó es posible que pagara antes. Y yo creo que eso explica por qué no se quiere tirar de la manta.
Sea para bien o para mal hay que investigar. Limpieza sí, aunque la Real siga en segunda.
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