Puestos a recordar, y dado que el partido es en Anoeta, casi prefiero recordar el encuentro de ida de la pasada temporada, en el que la Real ganó en el descuento (qué ironías tiene la vida y mucho más el deporte, que la devolución de aquel resultado nos costara nada menos que un ascenso). Ya sé que no tuvo, ni de lejos, el mismo impacto deporitvo y emocional que el de Mendizorroza. Ya lo sé. Pero es lo que tiene esta Real, que me tiene completamente inmerso en una vorágine de optimismo a pesar de que la temporada esté dando sólo sus primeros pasos. Por lo general, soy optimista con la Real. No. Muy optimista. Pero esta temporada, además, he recuperado la tranquilidad con la que veía el fútbol antes de que de verdad tuviera la triste sensación de que el descenso a Segunda podía (y de hecho fue) una realidad.
Y por eso, en mi cabeza no quiero que esté el 3-2 de Vitoria, sino el 1-0 de San Sebastián. No quiero pensar en las decepciones del pasado, sino en las ilusiones del futuro. No quiero que haya ánimo de vendetta, sino un deseo de ganar tres puntos y alcanzar el liderato. O eso es lo que creo ahora, en frío, desde la segunda posición de la tabla y tres días antes del partido. En el fondo, sé que cada gol que marque la Real el domingo me llevará de nuevo a esa triste tarde del mes de junio... Y, a pesar de que sólo valga tres puntos y no sirva para devolvernos lo que en el minuto 91 de aquella jornada era nuestro, ésta es una de las victorias que más quiero para la Real este año. Aunque sólo sea por cerrar heridas.
Pero más que la vendetta ficticia ante el Alavés, lo que me preocupa es el árbitro del partido. Será Del Cerro Grande. Sí, el mismo que nos pitó en Gijón la tarde que la Real salió de los puestos de ascenso para nunca más volver a entrar la pasada temporada. Sí, el mismo que concedió un claro gol ilegal de los gijoneses, el único que se marcó aquel día y el que dio a los locales tres puntos valiosísimos en la lucha para el ascenso. Sí, el mismo árbitro con el que la Real no pudo ganar en ninguno de los tres partidos disputados mientras que el Sporting, casualidades de la vida, contaba sus arbitrajes por victorias. Y qué queréis que os diga, su designación me ha generado mucha preocupación, más después de lo visto la última jornada.
-
Hace años, al menos en Primera División, cuando un equipo sufría un atropello arbitral y se quejaba públicamente y en privado ante las instancias correspondientes, había un efecto directo en la designación del siguiente partido. Siempre te ponían un árbitro internacional a la primera oportunidad. Era una forma de tranquilizar los ánimos del equipo agraviado. Y solía funcionar. Obviamente, en el pozo de la Segunda División no se tiene esa posibilidad porque no hay árbitros de nivel. Pero que después de lo vivido en Alicante se le ponga a la Real un árbitro de tan infausto recuerdo da que pensar. Y mucho. Porque el año pasado, le pese a quien le pese leerlo, los arbitrajes fueron parte fundamental en la lucha por el ascenso. Ojalá que este año no sea así. Quizá Del Cerro Grande ha reflexionado durante el verano. Quizá. El sábado lo veremos.
2 comentarios:
Este año soy super hincha donostiarra para el ascenso.
Entre otras cosas porque el celtiña no va ni con eurosuper 98.
Me alegro saludarte y ver que sigues con muy buena cara en estes tus blogs.
Hola.
Este año la Real Sociedad está muy fuerte. Aunque parece que no tiene mérito después del rendimiento que tuvo el año pasado, tiene mucho.
Lo se por lo que he sufrido con el Depor en los años del "ascensor".
En fin, que mucha suerte a la Real Sociedad. Todos eramos de este equipo cuando estaba peleando por el título hace unas temporadas con Nihat y Kovacevic.
Un saludo!!
PD: Te agrego a mi lista de blogs de fútbol, si me agregas avísame por favor.
Publicar un comentario