La calidad marca la diferencia. En Primera y en Segunda. Esa es la realidad del fútbol y lo demás son cuentos. Los buenos jugadores son los que ganan partidos. Hoy Xabi Prieto marcó un golazo y dio a la Real un punto. Porque sólo los jugadores como Xabi pueden marcar la diferencia. Eso le está faltando a la Real este año, que sus buenos jugadores (que, insisto, los tiene, por mucho que estén escondidos en este primer tramo del penoso devenir de esta temporada en Segunda) marquen diferencias. Los extranjeros, que son los más señalados para esa tarea, no lo han hecho todavía, pero en la cantera también hay talentos. Discutido y objeto permanente de debate, pero Xabi Prieto es el jugador realista de más calidad. Hoy lo demostró con un golazo. El empate es agridulce porque el gol llegó cuando casi nadie podía esperarlo y la Real comenzaba a resignarse, pero después los de Coleman debieron ganar.
Tardó 73 minutos en llegar ese gol. Antes de eso, la Real dio un penoso espectáculo en Alicante, tierra maldita en la que nunca había ganado hasta hoy y sigue sin ganar el conjunto txuri urdin. Sigue siendo asombroso que un equipo como la Real apenas sea capaz de tener un par de ocasiones de gol por partido en la categoría de plata, cuando incluso en sus peores momentos en Primera, con rivales de mucha mayor entidad, sí consiguía tenerlas. Coleman tiene razón en que se necesita tiempo, pero es que lo que se ve no apunta la mejoría que se presupone a estos jugadores. De no haber llegado el gol de Prieto, el incendio hubiera sido importante en Anoeta, porque la ilusión sigue sin recuperarse y eso ahora mismo es fundamental.
Sorprendió bastante la alineación de Coleman. Hizo debutar a Larrea como mediapunta (no jugó Stevanovic de titular, a pesar de que era lo que se pensaba durante la semana) con Garitano y Elustondo por detrás. Aranburu empezó por la izquierda y acabó de mediocentro cuando Gari Uranga saltó al campo. Y sacrificó, como se intuía, al único delantero que ha marcado goles en esta temporada, Díaz de Cerio, que tuvo una clarísima ocasión en el tramo final. Delibasic tiene ya el puesto de nueve pero todavía no ha marcado ningún gol. Y no se puede decir que sea culpa suya exclusivamente (tuvo un par de oportunidades, una en la que despejó en lugar de rematar, y otra que le sacó el portero herculano), puesto que el fútbol en ataque de la Real ha brillado por su ausencia en la mayoría de los partidos.
La mejor noticia que deja el partido es que hoy la Real no sólo no se fundió en el tramo final del partido sino que fue la Real que muchos esperamos. El gol de Xabi encendió algunas luces en los jugadores realistas y llegaron algunas jugadas de peligro. La expulsión de Rodri, que dejó al Hércules con diez jugadores, acentuó el dominio blanquiazul, que acumuló cuatro ocasiones muy claras, muchas más que en los 75 minutos anteriores y más que en algunos partidos de esta temporada. La ambición que muestra Coleman en todos los partidos por conseguir la victoria, que a veces ha deparado la pérdida de un punto merecido durante muchos minutos, hoy se volvió a ver. No se pudieron conseguir los tres puntos, pero al menos no se perdió. Toca conformarse y seguir esperando que la Real aparezca y que haga de Anoeta el fortín que nos pueda devolver a Primera.
Otra semana más tendremos que pensar si el empate es bueno o es malo. Se han quedado dos puntos por el camino que la Real debió conseguir ante un rival inferior. Pero no se ha perdido un partido que pintaba muy mal mediada la segunda mitad. Salva Iriarte dice que se va contento porque es la primera vez que ve en la Real "un equipo con mentalidad ganadora". Coleman vio "suficientes ocasiones para ganar el partido". Los jugadores se mostraron contentos con "la sensación de la segunda parte", como dijo Gerardo, convencido de que "este es el camino". Pero que sea durante 90 minutos, porque la Real sigue sin ofrecer un partido completo que satisfaga a jugadores, técnicos y aficionados. ¿La semana que viene ante el Celta? Ojalá.
Aunque una nueva derrota, la que hubiera sido la quinta de la temporada, podría haber abierto una crisis importante, el empate permite a la Real recortar un punto a los puestos de ascenso. El equipo txuri urdin está a seis puntos del Sporting, que es quien marca la frontera del éxito. Se queda en la duodécima posición, de momento en tierra de nadie, aunque viva todavía después de dos partidos consecutivos fuera de casa. La victoria la próxima semana en Anoeta, en uno de los pocos partidos con sabor a Primera que tendrá la Real este año, se antoja ya imprescindible para volver a ilusionarnos, para seguir aspirando a los puestos de ascenso.
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