miércoles, enero 24, 2018

¿Cuánta paciencia tuvo la Real con los entrenadores que cesó?

Eusebio, técnico de la Real.
La Real, dicen, no va a cesar a Eusebio Sacristán por el momento salvo hecatombe. Lógicamente, no hay un punto invariable que se pueda aplicar en todos los casos, en el que se pueda considerar que un entrenador pasa de ratificable a cesable, porque hay muchos factores que sirven para evaluar la situación. No hay dos situaciones análogas, ni siquiera dentro del mismo club o con los mismos dirigentes, pero viendo que sobrevuelan rumores sobre la destitución y que es un tema ya recurrente en las conversaciones de los aficionados en las redes sociales, no está de más evaluar hasta dónde ha estirado su paciencia la dirección del club con los entrenadores de los ha prescindido en el pasado más reciente.

Desde que la Liga premia la victoria con tres puntos, la Real ha cesado a diez entrenadores jugando en Primera División. Eso excluye dos salidas más, ambas en la temporada 2007-2008 en Segunda, las de Chris Coleman, que dimitió tras la llegada a la presidencia de Iñaki Badiola, y la de José Ramón Eizmendi, que dejó su puesto a Juan Manuel Lillo. Así, los cesados en estas algo más de dos décadas han sido hasta ahora Salva Iriarte en la temporada 1995-1996, Bernd Krauss en la 1999-2000, Javier Clemente y Periko Alonso en la 2000-2001, John Toshack en la 2001-2002, José María Amorrortu y Gonzalo Arconada en la 2005-2006, José Mari Bakero en la 2006-2007, Jagoba Arrasate en la 2014-2015 y, finalmente, David Moyes en la 2015-2016.

Para evaluar si se está teniendo más paciencia con Eusebio que con otros técnicos, vamos a recurrir a tres porcentajes, el de puntos conseguidos, el de derrotas cosechadas y el de triunfos logrados. Y para que la comparación tenga razón de ser, vamos a contar con los datos de la Real de la presente campaña en su caída libre, es decir, prescindiendo de las tres primeras victorias que logró en las tres primeras jornadas. En ese nefasto tramo de la Liga, el equipo entrenado por Eusebio ha sumado 11 de los 51 puntos en juego, el 21,56 por ciento de los puntos en disputa, ha perdido nueve de los 17 partidos jugados, el 52,94 por ciento, y apenas ha ganado tres de esos 17, el 17,64 por ciento. Esos son los números que han puesto al actual entrenador txuri urdin en el disparadero. ¿Son mejores o peores que los que tenían los diez cesados desde que cayó Iriarte?

En general, peores que la media. Empecemos a comprobarlo por los puntos sumados. Ese 21,56 por ciento de los puntos en juego logrado por Eusebio en estos últimos 17 partidos solo superan los logros de dos de los diez técnicos mencionados antes de su despido, el 20 por ciento de Arrasate (seis de 30), y el paupérrimo 9,5 por ciento de Bakero (solo dos de 21). Con quien menos paciencia se tuvo en este sentido fue con Iriarte, que cuando fue cesado había conseguido para la Real el 35,7 por ciento de los puntos en disputa, 15 de 42. El 35 por ciento de los puntos posibles, que al final de la temporada serán los 40 ansiados por todos los que equipos que buscan la permanencia, lo rozaban la Real de Amorrortu (34,9, 22 puntos de 63 posibles) y la de Toshack (34,4, 30 de 87).

Vayamos a las derrotas, que al final es lo que provoca una sensación tan triste como la del pasado domingo. Ahí la Real de Eusebio está en el grupo medio, con cinco datos peores y otros tantos mejores. Hay tres entrenadores que sufrieron lo indecible en este sentido. El que más, Arconada, que vivió seis derrotas en los ocho partidos que jugó (75 por ciento), pero muy cerca andan Bakero (cinco de siete, 71,4 por ciento) y Periko Alonso (siete de diez, lógicamente el 70 por ciento). El 52,94 por ciento de derrotas de la racha actual de la Real de Eusebio mejora los datos también de los equipos de Moyes (54,54 por ciento) y Arrasate (60 por ciento). La Real que menos perdía antes del cese de su técnico era la de Krauss, que cayó en cuatro de los nueve partidos que llegó a dirigir, el 44,4 por ciento.

Y finalicemos con las victorias. Ahí comprobamos que la Real de Eusebio solo gana más que las de tres de los diez entrenadores despedidos. Su 17,64 por ciento de triunfos solo mejora la cifra de los equipos dirigidos por Clemente (una en seis partidos, el 16,6 por ciento), Arrasate (una en diez, un evidente 10 por ciento) y, por supuesto, la de Bakero, que no llegó siquiera a conocer la victoria en los siete partidos que le dio la directiva realista antes de despedirle en la dramática temporada que concluyó con el descenso txuri urdin. En el lado opuesto, tanto Iriarte como Amorrortu fueron cesados a pesar de que la Real, con ellos, ganó el 28,5 por ciento de los partidos, cuatro de catorce en el caso del primero y seis de 21 en el del segundo.

¿Conclusión? No la hay, en realidad, precisamente porque ninguna situación es idéntica a otra. Eso sí, es evidente que Eusebio no puede agarrarse a los números del pasado ni tampoco rasgarse las vestiduras si llega un fatal desenlace para su futuro en el banquillo realista. La caída libre de la Real no se justifica solo en los números mencionados, pero es evidente que son unos cuantos los entrenadores que han perdido el banquillo txuri urdin con datos mejores que los que presenta el equipo en esta desastrosa racha de 17 partidos que ha situado a los realistas en una posición que nadie podía imaginar hace cuatro meses. Pero es en la que está. La cuestión es saber hasta dónde se puede estirar la paciencia si los buenos resultados no empiezan a llegar cuanto antes.

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