El Sanse saluda antes del encuentro. |
Asier Santana respondió a las bajas en defensa colocando de central a Elustondo junto a Callens, a Zaldua como es habitual por la banda derecha y a la gran novedad, Diarra, como lateral izquierdo. Y el experimento salió francamente bien, hasta el punto de que el trabajo defensivo fue lo mejor del Sanse y Elustondo, a pesar de haber venido jugando como lateral, el jugador que más destacó, espectacular en el corte y muy contundente por alto desde el centro de la zaga. El Leganés trató de imponer al partido un ritmo alto desde el principio, con balones largos desde atrás que buscaran la espalda de la defensa txuri urdin, hoy de naranja, pero nunca encontró huecos. Los cuatro zagueros, bien asistidos por Gaztañaga, frenaron en seco todas las acometidas pepineras, y lo hicieron además cumpliendo a rajatabla una de las obsesiones de Santana, sin faltas. El detalle es más importante de lo que parece porque el Sanse sigue sufriendo a balón parado y los muchísimos córners que botó el Leganés hoy fueron una buena muestra de que los potrillos todavía tienen que dar un paso adelante en esta suerte del juego.
La ausencia de faltas, tampoco del Leganés (un equipo que no exhibe tanto aplomo y veteranía como mostró el Fuenlabrada hace dos semanas), provocó que se tratara de jugar a gran velocidad y a su vez eso derivó en muchísimas imprecisiones en el juego de ambos conjuntos. De esta manera, en algo más de los primeros veinte minutos del partido no sucedió prácticamente nada digno de reseñarse. En el minuto 23, el Leganés gozó de su primera ocasión clara de peligro, doble además, pero Bardaji reaccionó muy bien a un disparo a bocajarro de Eraso y después al de Luis Ruiz desde fuera del área en el rechace. Fue la ocasión más clara del primer acto con diferencia. El Sanse no se acercó hasta la portería local con cierto peligro hasta el último minuto de la primera mitad, cuando un córner forzado en una buena jugada de Zaldua y botado por Oyarzun estuvo a punto de colarse en la portería de Dani Barrio tras ser peinado en el primer palo. Desgastado Iker Hernández en un agotador trabajo en la presión y en saltos sin fortuna con la defensa local, el mismo Oyarzun probó fortuna desde lejos, pero no encontró portería.
Así hizo Fuchs el 0-1 definitivo. |
El partido se abrió mucho con el 0-1, y todo lo relativamente tranquilo en las áreas que fue la primera mitad quedó en el olvido. El público, que hasta ahora sólo había despertado para protestar por alguna perdida de tiempo de la Real y por una mano en el centro del campo que el árbitro pitó al revés, también reaccionó. En la siguiente jugada pudo marcar Fer Ruiz, pero su cabezazo se marchó fuera y a continuación el Sanse demostró que fiaba sus opciones al contragolpe con una buena jugada de Iker Hernández por la izquierda que acabó en córner. Oyarzun pudo sentenciar el choque al cuarto de hora de la segunda mitad con una excepcional galopada que arrancó en campo propio y que acabó frenando Dani Barrio lanzándose a sus pies para atrapar el balón. El entrenador del Leganés, Asier Garitano, introdujo un doble cambio en el minuto 51. Diez después, Paco Candela, uno de los hombres de refresco, estuvo a punto de darla la razón en sus movimientos tácticos con un espléndido disparo desde fuera del área que Bardaji mandó a córner con una sensacional estirada. Ahí se notó que la Real iba a acabar sufriendo para mantener la victoria.
Y más cuando el primer cambio fue obligado. Diarra salió tocado de un lance y aunque quiso volver dejó su sitio a Odriozola, que pasó a la derecha para que Zaldua fuera a la izquierda. Sin llegadas demasiado claras, el Leganés fue arrinconando poco a poco al Sanse en su área. Los potrillos lo pasaron mal en las jugadas de estrategia, pero sin que Bardaji tuviera que erigirse en salvador, simplemente mostrándose seguro por alto en casi todas las jugadas, a pesar de una salida en falso que el árbitro zanjó con una discutible falta en ataque. A seis minutos del final, Pírez entró con todo al remate y golpeó con su cabeza en la de Callens, que tuvo que ser atendido por una brecha y jugó los últimos minutos del partido con una aparatosa venda. El lance provocó que el árbitro decretara cinco minutos de descuento y prolongara el sufrimiento del Sanse hasta el final. El trabajo de todos fue descomunal. Como muestra, Oyarzun fue el último sustituido, marchándose con molestias y cojeando en el minuto 88 y después de ver una tarjeta amarilla por darse una carrera para cortar un ataque del Leganés antes de que pudiera llevar peligro y cuando todavía estaban atendiendo a Callens.
La sensacional parada con la que Bardaji evitó el empate. |
Aquí, galería de imágenes del partido en A través del Objetivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario