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Royo no puede más que mirar cómo entra el 1-0. |
La Real Sociedad B sufrió una clara pero quizá algo abultada derrota en su visita al Fuenlabrada, que con estos tres puntos se convierte en el nuevo líder del grupo II de Segunda B. Eso, y que esta sea la quinta victoria consecutiva del equipo que entrena Visnjic, puede dar idea de que la empresa de puntuar en tierras madrileñas no era nada sencilla. Pero si se complicó más de la cuenta fue porque el Sanse tardó mucho en entender el partido, dejó pasar casi toda la primera parte sin generar demasiado peligro y sólo en la segunda mitad encontró, aunque sin éxito, la forma de buscar las cosquillas al Fuenlabrada. Los dos goles de los locales en la primera mitad, en las que fueron prácticamente sus únicas ocasiones de peligro en ese periodo, dejaron el partido prácticamente sentenciado en su ecuador. La buena noticia, aunque escasa, es que el Sanse jamás se rindió y buscó siempre el gol, algo que encontró ya a última hora por medio de Kenan Kodro.
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El 2-0 llegó antes del descanso. |
Si ya era un partido difícil de antemano, con una Real buscando todavía su identidad en una trayectoria descendente en la clasificación y un Fuenlabrada en racha, el primer gol local fue un jarro de agua fría. Era el minuto 10 cuando el central Paco Aguza superó a toda la defensa realista, hoy de naranja, y conectó un buen cabezazo que superó con facilidad a un Royo que sólo pudo ver cómo el balón se colaba en su portería. El gol confirmó que el Sanse sufre mucho a balón parado. Pudo haber sido peor si el córner botado prácticamente a continuación del 1-0 por Antonio López hubiera encontrado portería en lugar de estrellarse en el larguero. El equipo txuri urdin sufría casi sin necesidad, porque el Fuenlabrada tampoco encontraba un juego fluido. Es verdad que el choque estaba más volcado sobre el área de Royo que sobre la de Basilio y que los locales tocaban el balón con cierta facilidad, pero no hubo ocasiones claras en ninguna de las dos porterías y el desplazamiento del balón era bastante espeso.
Así transcurrió una primera mitad insulsa hasta que el Sanse encontró un castigo demasiado severo a la frialdad del encuentro. En el minuto 39, una jugada de Carlitos por la banda izquierda apenas encontró oposición en Etxabeguren y Elustondo, y desde la linea de fondo pudo meter el balón atrás para que Antonio López subiera el 2-0 al marcador. Con claro dominio local, sin duda, pero el partido no estaba para un resultado tan severo. Al Sanse le costaba muchísimo sacar el balón jugado, con una gran presión de los locales y continuos robos de balón en la medular (enorme trabajo de Pachón bajando al centro del campo), y dependía de balonazos que un batallador Iker Hernández nunca tuvo opciones de bajar. Sólo al final y en tres córners consecutivos consiguieron los de Asier Santana que el equipo local tuviera que preocuparse por su portería, pero en ninguno hubo remates claros. Destacaba Zaldúa, tanto en defensa como en continuas subidas por la banda izquierda. Y eso que jugó mermado por la tarjeta amarilla que vio en el minuto 14 por una clara mano, e incluso con el susto de ver cómo se reclamó la segunda de nuevo por otra mano.
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Si no lo estaba ya, el 3-0 sentenció el partido. |
En la reanudación el escenario cambió. El partido frío de la primera mitad dejó paso a otro en el que hubo alternativas por parte de los dos equipos y, sobre todo, en el que el Sanse dio un evidente paso adelante y sí vio los caminos para buscar el gol, sobre todo por medio de un Oyarzun que estuvo en buena parte de las acciones de peligro. En el minuto 55, Iker Hernández pidió penalti en una entrada dentro del área de Josué, que bien pudo tocar al delantero realista al meter la pierna en su avance. El árbitro, Pena Varela, muy bien colocado, dejó seguir el juego pese a las protestas de Iker y Sangalli, que estaba junto a la jugada. En el minuto 61, Oyarzun tuvo la mejor ocasión del Sanse, al estrellar un precioso zapatazo en el larguero de la portería de Basilio. Eran con diferencia los mejores minutos de los realistas, que ahora sí estaban metidos en el partido y no merecían el contundente 2-0 que campeaba en el marcador.
Cuando comenzaron los cambios de ambos equipos, el Sanse pareció diluirse durante unos minutos y Royo tuvo bastante trabajo que, a pesar de alguna duda en sus salidas, solventó con mucho acierto y mantuvo cierta vida para su equipo en este encuentro. Santana comenzó a mover el banquillo quizá algo tarde, confiado en que el buen arranque de la segunda mitad diera algún fruto, ya en el minuto 69. Hervías entró por Sanz en ese minuto y la apuesta ofensiva llegó seis minutos después, cuando Kenan Kodro suplió a Zaldúa. Un delantero por un lateral, buscando una muy difícil remontada. El valiente cambio llegó justo después de Basilio salvara el 2-1 en un uno contra uno de nuevo frente a Oyarzun. En el minuto 80, Santana agotó sus cambios dando entrada a Odriozola por un Sangalli muy batallador pero que sólo pudo entrar en juego en los minutos finales de la primera mitad y en algunos instantes de la segunda. Pero Borja, que acababa de entrar en el terreno de juego, marcó el 3-0 en la siguiente jugada y puso punto final al partido.
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Así marcó Kenan Kodro el 3-1 final. |
Al menos en cuanto a su resultado, porque la Real, con un Odriozola que dejó unos muy buenos minutos finales por la banda derecha, no bajó los brazos ni siquiera con ese castigo, injusto por lo abultado que no por su signo. El mal llamado gol del honor llegó en el minuto 89, cuando Elustondo cedió en el pico del área a Kodro y éste se buscó el hueco para un disparo que Basilio no pudo detener. El filial realista siguió empujando aunque sabía que la derrota era inevitable, y pudo marcar el segundo en un córner que forzó ya en el descuento, pero el propio Kodro no pudo encontrar un remate claro y el balón se paseó por el área local. El Sanse, como el primer equipo, no conoce la victoria desde la primera jornada de Liga y suma ya siete jornadas sin puntuar. Hoy perdió en el estadio del nuevo líder, un Fuenlabrada que no conoce la derrota y que suma cinco victorias consecutivas. Eso y la buena segunda mitad son los argumentos a los que agarrarse. Pero una derrota es una derrota que duele independientemente de las circunstancias. La reacción no llegó en Fuenlabrada, pero empieza a urgir.
Aquí, galería de imágenes del partido en A través del Objetivo.
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