Pocas cosas enfadan más y dejan peor cuerpo al final de un partido de fútbol que una derrota en la que llueve sobre mojado. Hoy en Anoeta ha llovido sobre mojado. No en un aspecto del juego. Ni en dos. Ni en tres. Lo de hoy ha sido desesperante porque se han visto tantas cosas que recordaban a las ya vividas que casi parecía que el guión del partido lo había escrito el peor enemigo de la Real. La indignante actuación arbitral, la inoperancia y desidia realista del final del partido, un gol encajado de forma rocambolesca a balón parado, la gran actuación de ese Willy Caballero que tanto nos paró con la camiseta del Elche, un rival marcando sus dos primeras ocasiones de gol, la enésima oportunidad perdida para luchar por cotas superiores... Todo eso ya lo habíamos visto y todo eso lo hemos vuelto a ver hoy en Anoeta. ¿Resultado? 0-2. Si eliminamos esa sensación de que llueve sobre mojado, es un resultado injusto e inmerecido para una Real que, siendo serios y justos, no ha hecho un mal partido. Pero si pasan tantas cosas en contra, no hacer un mal partido no vale para nada.
Lasarte tiró de su vieja guardia, del once en el que más confía. La tentación de hablar de los ausentes es grande, pero también es verdad que este es el que mejores tardes ha dado a la Real esta temporada. Pero el partido empezó raro. Raro porque desde el inicio el árbitro ya sentó unas bases que rozan la tomadura de pelo. En el segundo minuto, una falta de Diego Rivas se convirtió en tarjeta amarilla. Viendo la ingente cantidad de faltas que sufren los atacantes realistas en cada partido sin que haya sanciones es vergonzoso comenzar así. Vergonzoso. Y hay que decirlo, porque ya está bien. Pero así se comenzó. Curioso, como poco. La sensación de que era un día raro continuó durante la primera mitad, donde el centro del campo veía más el balón que las áreas pero donde los centrocampistas no dominaban el partido, ni los de la Real ni los del Málaga. Por eso, las ocasiones llegaron a chispazos. Ahí se espera más de la Real, pero su línea de tres, por la razón que sea y sin que debatirla ayude a superarla, no pasa por su mejor momento. Quizá esa frase merezca una matización, pues Zurutuza fue el mejor jugador txuri urdin sobre el césped. Por él pasaban las mejores jugadas de la Real.
Xabi Prieto tuvo las dos primeras ocasiones locales, pero Caballero comenzó su gran actuación desviando a corner su primer disparo. El segundo, la peinada a una falta, se marchó fuera. En el minuto 24, el Málaga se adelantó gracias a un gol que hay que considerar, como poco, rocambolesco. Duda lanza una falta lejanísima que nadie toca y que se convierte en gol. Bravo, que sin ser culpable tampoco pasa por su mejor momento, no la olió. La defensa quizá estaba demasiado atrás, como reconoció Mikel González. El gol es curioso, porque un atacante del Málaga saca a Estrada de la trayectoria del balón en un empujón que me parece más clara en cada repetición que veo de la jugada. Por supuesto, Undiano no pitó nada, como tenía claro hacia qué lado pitar en cada jugada dudosa. Cuando Tamudo cayó en el área hasta en tres ocasiones, sabía que no había que pitar nada. Cada contacto al borde del área realista era falta y al contrario no. Era uno de esos partidos desesperantes, a lo que también contribuyó la Real con su juego y con su falta de sangre (¡si Karpin lo estuviera viendo...!). No protestó nadie la infracción de Estrada. Ni siquiera él mismo. Todos los demás lo hacen. Todos dan vueltas de campana cuando sufren una falta. Nosotros no. Reflexionemos sobre esto porque llueve sobre mojado.
El 0-1 era un castigo durísimo para una Real que no estaba jugando mal ni mucho menos y un mérito terriblemente excesivo para lo escasísimo que había hecho el Málaga. El equipo andaluz no había tirado ni una sola vez a puerta hasta entonces. No lo volvió a hacer hasta que marcó el 0-2. No es la primera vez que la Real encaja sin opciones de evitarlo casi todas las ocasiones de gol del rival, ni tampoco que haya encajado un tanto a balón parado. Ahí hace falta trabajo y no parece que se esté produciendo, porque, insisto, llueve sobre mojado. Después del gol malaguista, la Real tuvo algunas ocasiones de gol más antes de que llegara el descanso, sobre todo un cabezazo de Zurutuza a centro de Griezmann. Por supuesto, lo paró Caballero. Nada nuevo, vaya. El final del primer tiempo de la Real fue muy bravo, muy intenso, con muchas llegadas al área rival, incluyendo una clara ocasión de Tamudo y un disparo de De la Bella que se marchó fuera por poco. Undiano colaboró con el Málaga no señalando alguna falta y, sobre todo, algún corner bastante claro. No es que la Real creara demasiado peligro a balón parado, de nuevo llueve sobre mojado, pero a veces suena la flauta. Para el Málaga sonó.
El arranque de la segunda mitad fue también muy positivo en el juego realista. Los de Lasarte salieron dispuestos a ganar el partido. Ni siquiera a empatarlo, sino a ganarlo. El 0-2 y lo que vino después seguramente borrará todo rastro de esa sensación, pero es la que dejó el partido y es lamentable que lo olvidemos. Ante la ausencia inexplicable de Xabi Prieto (que además tenía delante a un extremo colocado de lateral), Zurutuza se echó el equipo a la espalda y le hizo llegar al área rival con bastante facilidad y con muy buena continuidad. Y eso tenía mérito, sobre todo porque el concierto de silbato que ofreció Undiano (señaló más de una veintena de faltas en contra de la Real sin que realmente se viera tanto) amenazaba con trabar el partido aún más de lo que ya lo intentaba el Málaga con sus continuas pérdidas de tiempo (que incluso le costaron a Caballero una de esas tarjetas que dan rabia porque se intuyen que sólo se sacan para igualar la estadística). El 0-2, en todo caso, fue la segunda llegada a gol del Málaga. Cuánto le cuesta a la Real sacar premio de partidos en los que no hace méritos y con qué facilidad se lo hacen al equipo txuri urdin.
Sin ser un error clamoroso, asombra que el Málaga pueda sacar un centro con tanta facilidad desde la banda de Dani Estrada para que, eso sí, Rondón anote con un gran cabezazo. La jugada llegó después de otra grandísima ocasión txuri urdin, ésta en los pies de Diego Rivas y que, ¿adivináis?, sacó Caballero. Con la cara. Porque ya se sabe que este guardameta, del que cabe decir que es asombroso que no haya dado antes el salto a Primera, lo para todo contra la Real y con cualquier parte de su cuerpo. El 0-2 mató el partido. Lasarte ayudó mucho a la muerte cerebral del encuentro con los cambios, y cercenó todo el juego que estaba generando la Real. El cambio de Zurutuza fue bastante inexplicable. El técnico reconoció que las sustituciones, para buscar una dinámica diferente, no funcionaron. No era el día de Xabi Prieto, y centrarle no ayudó a que entrara en juego. Al contrario, mató el juego de la Real. Sarpong estuvo activo pero tan fallón como en los últimos meses. Sacar a Diego Rivas del campo, entendible para no agrandar la herida quedándose con diez jugadores, secó por completo la labor de contención y dejó a Elustondo sin opciones de influir en el devenir del encuentro.
Cuando Agirrretxe saltó al césped de Anoeta en lugar de Aranburu, la Real ya no tenía nada que ver con el equipo de la primera hora. Algunos tímidos silbidos en la grada reprocharon al equipo su falta de fe y de convicción por sacar algo. Llueve también sobre mojado y éste es el peligro de no creer en cotas más elevadas. Cierto es que la permanencia todavía no está en el bolsillo, que el primer objetivo no está todavía asegurado y que todavía habrá que ganar un par de partidos para lograrla. Pero cuando la Real se queda sin objetivos, suele demostrar desidia. Lo hemos visto ya en demasiadas temporadas. Y la sensación que deja la media hora final del partido, agravada a cada minuto que pasaba, era que la Real se había quedado sin objetivo. Con el 0-2 se dio el partido por perdido. Y eso no se lo puede permitir este equipo en ningún caso, porque si se lo permite es imposible sacar algo de un encuentro, sea el que sea y ante cualquier rival. Así nos fue, por supuesto. Y en esto también llueve sobre mojado. Negarlo sería absurdo, pero es la consecuencia más obvia que nos deja este absurdo debate sobre el objetivo de la temporada, si ha cambiado o si estamos capacitados para más. Partido a partido. Eso es lo que funciona.
La Real no planteó un mal partido. Generó ocasiones y bastantes combinaciones de ataque. Si nos olvidamos del resultado, eso es obvio aunque no se quiera ver. Pero la media hora final, sobre todo los últimos quince minutos, dejan una sensación paupérrima. Si ni siquiera podemos aspirar a remontar un 0-2 en más de 30 minutos al colista de Primera, colista por bien o por mal que juegue, es cierto entonces que no estamos para cotas más elevadas. Pero no es un problema futbolístico en absoluto. La Real se queda con 35 puntos, pierde una posición por seguir ahondando en su sangría de goles recibidos y el descenso, que es lo que parece que hay que mirar porque lo contrario se convierte en una herejía, sigue a la misma distancia, nueve puntos. Yo hoy he visto a una buena Real que no ha tenido suerte, que ha sido mejor que el Málaga mientras ha querido disputar el partido. Pero cuando ha dado el partido por cerrado con tantos minutos por delante, ha enterrado esa sensación. Hasta el 60, no hubo suerte ni colaboración arbitral. Desde el 60, lo que hubo fue algo que merece duros calificativos y deja la victoria de otro equipo que ni es ni ha demostrado ser mejor que el txuri urdin. Y así, llueve sobre mojado y estamos para lo que estamos.
3 comentarios:
Ya se que seguirás sin compartir mis valoraciones pero mi cabreo llega ya, hasta no se donde.
Y ya van cuatro, bueno cinco si contamos la semana que viene ( si Juan ya se lo que me vas a decir pero que quieres que te diga, después de lo visto el lunes en Riazor y lo visto hoy en Anoeta, no confío en que saquen nada positivo de Santander).
Este es el equipo de “gala”? Pues no quiero ni pensar como serán lo peores, llevamos tiempo diciendo que hay tres jugadores que marcan la pauta, Zuru, Antoine y Prieto. Se podrían haber ido al cine en vez de saltar al campo (que a lo mejor hoy han descubierto, junto con otros del equipo, que el balón fíjate tu es redondo) Según dices por Zuru pasaban las mejores jugadas de la real? Y las peores. A mi no me ha gustado nada de nada. En realidad el equipo entero no me ha gustado nada de nada.
Pero bueno, dejando atrás quien ha sido mejor o peor en el campo, esto no hay ya ni por donde cogerlo, yo alucino, estos a que van a Zubieta a entrenar o pasar la mañana, porque no me digas que no son capaces ni de dar dos toques seguidos. Parece que se han conocido hace 15 días y han dicho venga vamos a formar un equipo, ya esta bien.
Y el domingo visita a Santander, que bien, que bien, que haremos allí? Se que muchos pensareis que es el día en que se va a sacar algo positivo (pero llamarme negativa y mujer de poca fe, pero lo siento mucho no veo que de allí nos traigamos algo, aunque ahora mismito firmaba un empate)
Dices que todos los equipos pasan por un bajón, bueno lo nuestro ya se ha convertido en algo más que un bajón. Y si este es nuestro bajón, como llamais al punto conseguido entre la jornada 2 y la 5, o a los 4 partidos seguidos perdidos entre las jornadas 15 y 18, ambas incluidas? Un desliz? Espero que pronto lleguen alegrias porque yo ya no se ni que pensar.
Solo que seguiremos sufriendo una temporadita más, total ya tenemos callo….
Nota: Con todo esto no quiero dejar pasar la gran actuación del hombre de amarillo, para un Oscar oye…mejor no voy a entrar en valoraciones, porque me han dicho que las chicas buenas no dicen tacos, y como yo soy una de ellas me voy callar (que bastantes le he soltado ya en el campo, suhhhhh no se lo digáis a nadie.)
Hola Luis:
Doy simplemente mi opinión, una más, sin más.
Sigo pensando que es cuestión de actitud, de entrega, de sacrificio lo de la Real. Ayer se jugó en casa, y un equipo que aspira a recuperar una identidad y un respeto perdido en los últimos años (no sólo los 3 de segunda), debe salir a ganar siempre, pero en casa más todavía.
El equipo salió a ganar aunque no entré en ritmo, más bien se contagió del juego lento y deslabazado del Málaga, pero cuando las cosas se pusieron en contra la Real se desinfló y se borró, tuvo algún intento de levantarse, pero nada. Más bien se borraron algunos jugadores que deberían dar la cara por su experiencia y su peso en el equipo, pienso en Xabi Prieto, en Aramburu, en Bravo y otros que han demostrado que ahora mismo no están al nivel exigido, caso de Estrada, desastrosa actuación ayer (que vuelva Carlos Martínez, por favor).
No creo que sea cuestión de cansancio, un partido a la semana no debe ser motivo de bajón físico en el equipo. Son 90 minutos a la semana.
Sabemos que la Real sabe jugar bien al fútbol, este equipo lo ha demostrado, pero su falta de regularidad y sus penosas actuaciones en algunos casos, me hace pensar que es un problema de actitud, no de aptitud.
Espero que la necesidad de tener que cumplir el objetivo, permanecer en primera obviamente, aporte la tensión necesaria para cambiar la dinámica de los últimos partidos. Contra el Racing podría ser un buen comienzo. Y espero también que no nos llegue ningún colista más a Anoeta, porque nos sale muy caro.
AGY
Campanilla, ya sabes que veo muchos puntos de coincidencia entre tus valoraciones y las mías, lo que cambia es el enfoque. Yo creo que no es tan terrible lo que estamos viendo, ni se aleja tanto de lo que se puede esperar de la Real. Estamos más cerca de arriba que de abajo. Y si se nos ocurre responder a esta mala racha con una buena, dentro de un mes tendremos duelos directos por Europa. Pero, como siempre, partido a partido...
AGY, no sé si me atrevería a decir que es cuestión de actitud, porque yo creo que el equipo lucha. Me inclino a pensar que, simplemente, a veces las cosas no salen. Quizá sí ha faltado tensión. Pero, como digo en mi último post y verás que coincidiendo contigo en pedir el regreso de Carlos Martínez, es que a veces falta entusiasmo.
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