miércoles, marzo 23, 2011

Desconfianza

Estoy convencido de que una de las cuasas de que la Real esté como está, moviéndose en un entorno de desconfianza notable, ha sido la falta de ambición. Puede que sea incluso la causa principal, aunque eso nunca lo sabremos. De hecho, es posible que los protagonistas lo negaran si se les preguntara. Pero es innegable que Europa estaba cerca y que se desdeñó siquiera la posibilidad de pelear por una plaza. Nos creímos pequeños e incapaces, asumimos que esa tarea nos venía enorme. Y de tanto creer algo, uno lo acaba consiguiendo. Lo bueno (¿que fue la temporada 2002-2003 sino un auténtico ejercicio de fe en que era posible el título de Liga?) y lo malo. Y ahora, después de cinco jornadas sin ganar, toca lo malo. La desconfianza se ha apoderado de la Real, más fuera del campo pero también en alguna medida dentro de él. La prueba definitiva fue ver en Santander el nerviosismo de Mikel González, para mí y sin ninguna discusión el mejor central que tiene el primer equipo.

Lo que hemos conseguido entre todos es que la Real asuma que esta temporada sólo puede pelear por la salvación. Objetivo importante, que no hay que dar nunca por supuesto, pero no el único al que podría haber aspirado este equipo, pues vemos equipos que daban por supuesta esa plaza que no están en la mejor de sus temporadas. Esa es una espina que, estoy seguro, voy a tener clavada durante mucho tiempo. Y ya no es cuestión de buscar culpables, eso no tiene ninguna importancia. Lo que de verdad interesa es que la desconfianza no se convierta en algo asfixiante. Para eso no hay mejor solución que ganar cuanto antes los dos partidos que nos quedan para certificar la permanencia. Dos de nueve. No parece un objetivo titánico precisamente. Hay quien dice que la permanencia se conseguirá con 39 puntos, con lo que faltarían cuatro. Y, de ser así aunque asumiendo que habrá que sumar siete u ocho más por si las moscas, en la historia reciente de la Real sólo hay un precedente que nos condenaría, y por los pelos, que es el inicio de la temporada 2006-2007, cuando se sumaron tres puntos en nueve encuentros, los que quedan para acabar la presente Liga.

¿Eso es motivo suficiente para tener tanta desconfianza? Para mí, no. Al contrario, creo que hay sobrados motivos para confiar en la Real... si la propia Real confía en sí misma. Lasarte socavó en parte esa confianza cambiando el sistema de juego en Santander. Cierto es que la sangría de goles encajados justificaba el movimiento, pero a mí no me convenció, ni por el rival que había enfrente ni por los hombres escogidos para sustentar el centro del campo con ese esquema. Sigo creyendo que la Real tiene unas armas muy definidas y que, por mucho que ya las conozcan los rivales, son difíciles de detener. Apostemos por ellas y dejemos los experimentos para la pretemporada. Apostemos por el talento de Xabi Prieto y Griezmann, que como quedó demostrado en El Sardinero brota incluso en sus peores momentos. Apostemos por el empuje y las subidas de De la Bella y Carlos Martínez, dos buenos defensas que se convierten en dos atacantes más cuando son necesarios. Apostemos por el talento de Zurutuza, por liberar a Tamudo de todo lo que no sea empujar el balón a la red, por devolver confianza a la defensa con Rivas por delante (o incrustrado como él sabe).

Y valoremos lo que tenemos. Porque de tanta desconfianza no nos damos cuenta de que, hasta la semana pasada, éramos el mejor equipo ascendido (ahora el Levante nos ha pasado, fruto de los tres puntos que se quedaron en el camino, los dos que perdimos y el que ganaron ellos en Anoeta). No nos damos cuenta de que Xabi Prieto está entre los mejores jugadores de la Liga, por sus números (seis goles y diez asistencias) y por su valoración (se habla del interés del Liverpool). Que cuando deja su portería a cero este equipo es imbatible. Creo que ni siquiera hemos sido completamente consciente de la esplendorosa irrupción de Diego Ifrán en Santander. El uruguayo demostró muchas cosas en media hora y después de un año sin jugar. ¿Pero sabéis cuál de todas ellas es la que más me gustó? Su confianza. Cogió el balón en el minuto 93 para lanzar una falta convencido de que la iba a meter. Cómo recordó a Nihat, en eso y en alguna cosa más. Palabras mayores. Si todos mostráramos esa confianza, estoy seguro de que no tendríamos razones para pensar que a finales de mayo la Real puede ocupar una de las últimas tres plazas de la clasificación.

No hay comentarios: