Si el sábado la Real invitaba a pensar que hay ocasiones en los que perder no duele tanto, hoy lo que ha pasado es que el equipo txuri urdin incita a sentir más dolor del normal por la derrota. Sí, hoy duele muchísimo. Duele perder así. Duele perder por el escenario y por el rival, porque aunque queramos quitarle hierro aun duele la herida de aquel día en el que la Real quedó condenada a descender a Segunda División en unas circunstancias muy duras. Por haber cobrado ventaja con un nuevo gol de Tamudo y haberla desperdiciado, sobre todo ante un rival que se desenvolvía sobre el campo con muchos nervios y con una grada cercana a la protesta multitudinaria. Por no conseguir que las rotaciones en el equipo dieran el efecto deseado. Por haber perdido la identidad que el sábado nos hizo grandes. Muchas cosas, y casi todas negativas. De las que tienen que hacer reflexionar, y más en el contexto positivo en el que ha comenzado la Real esta temporada. Así no se puede conseguir nada en un campo de fútbol. Absolutamente nada.
Martín Lasarte ha hecho una apuesta arriesgada en su once inicial y le ha salido francamente mal. Es duro personalizar, y es obvio que la culpa de la derrota de hoy no reside en uno o dos jugadores, pero está más que claro que los males de la Real hoy comenzaron en el centro del campo. El técnico uruguayo decidió prescindir en su equipo titular de los dos mediocentros titulares. Aranburu se quedó en San Sebastián y Diego Rivas en el banquillo del Reyno de Navarra. Y sin ellos para sostener el centro del campo, la defensa se vio más abandonada que nunca. Ni Markel ni Elustondo han dado todavía el necesario salto de calidad para jugar en este equipo, no lo habían dado en Segunda y hoy han impulsado los presagios más negativos sobre ambos en Primera. Y más teniendo en cuenta que por detrás empujan Illarramendi, Albistegi o Ros y que en enero llega Demidov, que puede jugar en el centro del campo. Hubo un tercer cambio en el once inicial, la entrada de Sutil en lugar de Griezmann, quien saltó al campo en la segunda mitad.
El partido empezó mal, muy mal. La defensa de la Real concedió una ocasión muy clara al Osasuna en un corner. Muy sorprendente por la fortaleza defensiva que tiene este equipo. Bravo gritaba desesperado. Fue el preludio de todo lo que supuso el partido, un ejercicio de impotencia como hacía tiempo que no vivía el conjunto txuri urdin, un "severo correctivo" en palabras del entrenador realista que ha llegado por perder todos los puntos de intensidad que el equipo había mostrado hasta ahora. Lo curioso es que, a pesar de haber encajado tres goles, lo mejor del equipo se puede ubicar en la portería, en un Bravo seguro al que el Osasuna tampoco exigió demasiado, y en unos centrales que estuvieron bastante bien en casi todas las facetas. El problema fue la falta de ayuda que tuvieron. Tampoco sería justo obviar en lo rescatable del equipo a Tamudo. Otro gol de pillo, aprovechando un cabezazo hacia atrás del centro del campo osasunista, de esos goles que le han convertido en el máximo anotador en activo de la Liga española. Y ya van tres. Pero, y ahí va un problema serio, sólo le han dado un punto a la Real.
El mayor de los problemas hoy del equipo txuri urdin ha sido no aprovechar esa ventaja, a los veinte minutos de partido y con todo a favor. Porque, y eso en fútbol es pecado, el Reyno de Navarra estaba ya muy cerca de silbar a los suyos, que hoy, paradojas de la vida, han batido su récord negativo de minutos sin marcar un gol en un inicio de Liga en toda su historia. Y luego han metido tres. ¿Cómo es posible? Muchas son las explicaciones. Para empezar, malas coberturas a los centrales, una frontal del área en la que todos los balones caían en los pies de Osasuna y una nula presión en el centro del campo. Mal, todo muy mal. El primer gol del equipo local llega por un centro fácil y sin que Elustondo presione desde la banda derecha. El segundo por una falta de compenetración entre De la Bella y Sutil, sobre todo por la falta de intensidad en el marcaje del extremo. Y el tercero, como ocurrió el sábado ante el Real Madrid, por la mala suerte de cuatro rebotes en una misma jugada que acabó además en falta de Aranda por saltar sobre De la Bella para anotar el gol.
Tan mal lo ha hecho la Real que nadie destacara la más que posible falta del tercer gol osasunista. Y no es que lo diga yo, es que el árbitro Velasco Carballo le dijo a De la Bella que "había visto medio falta pero que no habíamos protestado mucho". Para ahondar en la herida, no dudó en pitar una falta muy similar en el área contraria, diez minutos después, a Xabi Prieto. El arbitraje de hoy ha sido mucho más dañino para la Real que el del pasado sábado, a pesar de que nadie lo destacará en las crónicas. Y es que Osasuna se ha permitido el lujo de cortar todas las salidas de la Real con falta, de freír a Xabi Prieto a tarascadas, de mostrar gestos ofensivos en el rostro de jugadores como Soriano, Juanfran o Puñal. La Real ha hecho diez faltas. La primera en un salto ya le costó una tarjeta amarilla, a Markel. Los demás saltos con brazos vestidos de rojo no tuvieron consecuencia alguna.
El equipo de Lasarte ha tenido dos buenos momentos en el partido. Breves, sin excesos de calidad, pero buenos. El primero fue con el 0-1 en el marcador, y es ahí cuando se debió machacar el partido. Si hubiera llegado el 0-2, lo más probable es que el partido hubiera acabado en goleada. Pero no sólo llegó el 1-1, sino también el 1-2 en apenas cinco minutos, en una falta de concentración terrible y bastante difícil de olvidar. El otro momento bueno llegó en la segunda mitad, con la entrada en el campo de Griezmann, muy activo, y de Llorente. Pudo llegar el 2-2 en una falta lateral botada por el francés que tuvo que sacar Ricardo casi sobre la línea. En la siguiente jugada llegó el 3-1 y se acabó el partido, por mucho que siguiera luchando Llorente, como en él es costumbre. Es hasta doloroso que la derrota sucediera así, porque un 3-1 es un muy mal resultado para pensar en remontar un average particular que quién sabe si será importante al final de la temporada.
El palo es fuerte y tendrá consecuencias. Seguro que las tendrá en el once que saltará al campo en Mallorca el próximo domingo. Sin duda mañana cuando miremos la clasificación. La Real dormirá undécima con cuatro puntos, pero ocho de los nueve equipos que están por debajo en la tabla juegan mañana. Son pocos partidos y el dato no es trascendente, pero una media de un punto por partido no da para salvarse en la jornada 38. El equipo de Lasarte llegará a la próxima jornada para jugar su segundo partido consecutivo fuera de casa después de encajar dos derrotas seguidas. Y mirando a la clasificación tanto da que esas derrotas hayan llegado tras un enorme partido ante el Real Madrid o un horrendo encuentro ante el Osasuna. Pero ojo a los datos. En los dos partidos jugados fuera de casa, la Real ya ha encajado cinco goles. Menos mal que en Almería, pese al mal sabor de boca, se sumó un punto.
Está bastante claro que cuando la Real no juega con la intensidad debida, cualquiera le puede ganar. En Segunda y con más razón en Primera. Osasuna hoy no ha demostrado mucho más que ser eso, un equipo cualquiera. Pero eso le ha bastado para quedarse con los tres puntos. Y eso, por los recuerdos de hace algo más de tres años, duele más de lo normal. Mucho más.
3 comentarios:
Vi a la Real muy blandita, demasiado para competir contra Osasuna que pelea mucho en los partidos de casa.
La apuesta de Markel y Elustondo no me gusto, no hubiera visto mal que sacara a Elustondo con Rivas pero para mi Markel no tiene nivel para 1ª, en 2ª ya lo veía justo. A De la Bella se le han visto sus limitaciones defensivas, no ha estado fino en defensa. Lo mejor el golito de Tamudo y la vuelta de LLorente, pero la buena racha de Tamudo nos han dado muy pocos puntos.
Ni eramos tan buenos el sábado ni tan malos ahora pero en 1ª hay que jugar con mas intensidad y recuperar la solidez defensiva, creo que nos echamos muy atrás y contra equipos que cuelgan tantos balones como Osasuna es jugar con fuego.
Lo de Markel no es normal. El árbitro hace parar un saque de banda porque Markel y un jugador de osasuna están empujandose. Sin más. Pero es que en ese mismo saque de banda va Markel y salta dandole un codazo a Pandiani!!! Como no le va a sacar amarilla si le acaba de advertir? En fin... hace mucho que perdí la esperanza con Markel y Elus...
Cityground, estoy contigo. Cambios tan radicales cuando el mediocentro sujeta tanto en este equipo no podían salir bien. De todo se aprende, vaya... Y estoy de acuerdo, ni tan bueno ni tan malos. Ante todo tranquilidad, que van cuatro partidos.
Soro, no es Markel santo de mi devoción, pero a mí la amarilla me pareció injusta. Sobre todo porque Zuru y Xabi estaban recibiendo leña y no la cortó. Contra los nuestros también saltaron osasunistas con el brazo y el codo por delante y no hubo tarjetas.
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