"La Real Sociedad (...) posee las mejores probabilidades para coronar sus deseos. Lo que caracteriza al once vasco, compuesto de elementos esencialmente de su cantera, sin jugadores importados, sin estrellas fulgurantes, sin contratos prodigiosos, es la solidez del equipo, la cualidad de su juego práctico, directo y sin florituras inútiles, y, sobre todo, en su espíritu realista, más preocupado del fin que del presente". El desaparecido diario donostiarra La voz de España reproducía el 5 de diciembre de 1979 estas líneas que la revista France Football dedicaba a la Real. Hay que salvar una distancia enorme, porque aquella Real luchaba por el título de Liga en Primera División, pero admito que he pensado también en la Real actual.
Espíritu realista y solidez del equipo. Eso es lo que ha llevado al equipo txuri urdin hasta donde está hoy, hasta el segundo puesto de la Liga, hasta la mejor posición que ha tenido en estos tres años que lleva ya en Segunda División. Sigo teniendo la inquietante sensación de que no se valora todo lo que está haciendo la Real, ni siquiera recordando los dos frustrados intentos de recuperar nuestro sitio en la élite del fútbol español. ¿Que podría ser mejor? Claro. ¿Que el juego podría ser más bonito? Sin duda. Pero esas no han sido las armas de la Real a lo largo de su historia, ni siquiera las de aquel equipo que nos hizo campeones. Los Arconada, Kortabarria, Alonso, Zamora, López Ufarte o Satrústegui, dirigidos por Ormaetxea, conformaron un equipo rocoso, durísimo de batir, presente en los partidos del minuto 1 al 90, que sabía reantabilizar sus goles y que convertía Atotxa en un fortín. ¿Juego bonito? A veces. Lo importante era ganar. Y si no se podía, no perder.
Salvando las distancias, insisto, ese es el camino que lleva el equipo de Lasarte, el que ha escogido a conciencia de que puede ser el más efectivo. Ha habido grandes partidos, pero ha predominado "el juego práctico, directo y sin florituras inútiles", como decía France Footbal de aquel conjunto que logró el todavía hoy vigente récord de imbatilidad. Esa es la fórmula para lograr el objetivo. No todo el mundo sabe o quiere recordar que en la temporada 80-81, la Real fue pitada en algún encuentro en Atotxa. Y acabó siendo campeona. Este año no ha habido silbidos. Los hemos cambiado, quizá también porque los bajones han llegado lejos de Anoeta, por el miedo a perder nuestra posición de privilegio. Yo no siento necesidad de silbar al equipo ni de temer por el ascenso. Siento necesidad de seguir soñando. Y que el Numancia sea una nueva víctima de nuestros sueños. De sus pesadillas. Del espíritu realista, en definitiva.
2 comentarios:
El partido del domingo es de los mas importantes de la temporada, podemos dejar al Numancia lejos y recuperar mucha confianza con una victoria.
Espero ver a una Real que genere mas ocasiones de gol, hay que salir con ambición.
Nunca hemos hecho un fútbol espectacular pero muchas veces por garra e intensidad nos hemos comido a los rivales sobre todo en el viejo atocha, ese es el espíritu que hay que recuperar.
Cityground, es muy importante la visita del Numancia, sí. Aunque tampoco podemos perder de vista que para ellos lo es más que para nosotros. Con nuestras armas de siempre, las que mencionas, seguro que tenemos muchas opciones de ganar.
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