Cada vez que la Real tiene que jugar en Villarreal, me viene a la cabeza la misma jugada. A los cinco minutos de la segunda parte, con 1-1 en el marcador, Xabi Alonso recibe el balón en la zona izquierda del campo propio. Levanta la cabeza y ve como justo en el otro extremo del campo Tayfun levanta la mano y empieza a correr. Aunque parezca imposible, lo que Xabi Alonso hizo fue dar desde esa posición una asistencia de gol. Luego el turco se deshizo de Arruabarrena y enganchó un disparo fabuloso a la cepa del palo izquierdo de la portería de López Vallejo. Pero en la retina quedó ese pase extraordinario...
Estaba viendo el partido en el salón de mi casa, pero hubiera deseado estar en Villarreal. No celebré ese gol. No me dio tiempo. No podía dejar de gritar "¡Qué pase, qué pase!". Aquel día, el 12 de mayo de 2001, viví con aquel pase la consagración de Xabi Alonso como el mejor centrocampista del momento, como el mejor jugador que había dado Zubieta en muchos años. Era el decimoquinto partido que jugaba en la Real, que jugaba en Primera División, el menor de los hijos futbolistas del mitico Periko Alonso. Aquel día, Xabi se consagró como el mejor. Con este pase que lo tiene absolutamente todo: visión de juego, toque, fuerza y fútbol, muchísimo fútbol.
Tayfun hizo un partidazo aquel día en Villarreal y tuvo el honor de marcar el gol que siguió a esta brillante lección futbolística de Xabi. "¡Vaya pase me dio Xabi Alonso! Fue increíble. Yo corrí con todas mis fuerzas y superé a Arruabarrena, para hacer gol. De verdad que jugamos un encuentro sensacional", recordaba el turco esta semana en una entrevista en El Diario Vasco.
En ese mismo periódico, Pedro Soroeta escribía lo siguiente en la crónica del partido, hace ya casi seis años: "Todo el equipo estuvo sensacional, pero mención aparte merece Xabi Alonso. Cada vez que le veo jugar me pregunto qué hacía este chico en Segunda División. El tolosarra maneja todos los tiempos del fútbol. Está donde debe estar, sabe parar y mandar, cortar y pasar, enviar en corto y en largo. De verdad que no se explica qué hacia jugando en Segunda el hombre que ahora es la referencia del equipo". Estaba en Segunda División, en el Eibar, porque ahí lo había cedido Javier Clemente. Toshack le dio la camiseta que merecía, la de la Real.
Y con esta imagen en la cabeza pienso, cada vez que la Real tiene que visitar El Madrigal, que la victoria es posible. Aquella temporada, la 2000-2001, la segunda de nuestro particular sufrimiento, la Real llegó a Villarreal en la jornada 33, en el puesto 18 y a dos puntos de la salvación. Los tres puntos que se trajo de Castellón fueron los primeros de una racha de diez puntos consecutivos, una racha que culminó en San Mamés, en la penúltima jornada. La victoria 1-3 frente al Athletic de Bilbao supuso la salvación matemática del descenso. ¿Por qué no repetir victoria este año en tierras castellonenses...?
1 comentario:
No sabrás donde se puede encontrar el vídeo de éste gol, ¿no?
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