lunes, abril 07, 2014

Rubén Pardo sigue sin contar en los partidos grandes

El único partido grande completo de Pardo, con gol en el 90'.
La situación de Rubén Pardo en la Real se está convirtiendo en todo misterio que nadie termina de explicar. Cumple su tercera temporada con el primer equipo, la primera de ellas con dorsal del filial pero como miembro en realidad de pleno derecho, y es inevitable seguir sintiendo todavía hoy que no tiene la condición de titular, o al menos de hombre importante, que su calidad y sus números merecerían. Es indudable que cada temporada ha ido contando más que la anterior, pero sigue sin ser una opción preferente. En la temporada 2011-2012, Phillipe Montanier le dio sólo 346 minutos en quince partidos, apenas dos de ellos como titular. El francés siguió infrautilizando al riojano en la siguiente Liga, con 1.086 minutos en 25 partidos disputados pero sólo diez de ellos como parte del once inicial. Y aunque con Jagoba Arrasate sigue mejorando sus números y superando los precedentes, acumulando ya 1.645 minutos en la Liga, con 30 partidos jugados y 18 como titular, nunca es una opción fija para el técnico realista en los partidos grandes.

Esos datos generales, escasos para el potencial del jugador y las esperanzas que hay puestas en él, tienen un claro reflejo en esos partidos. Se han jugado ya 23 partidos ante el Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid (hoy los tres grandes de la Liga de forma indiscutible) y Athletic de Bilbao (el derbi tiene esa misma consideración de partido destacado) y los datos son demoledores. Pardo ha tenido minutos en poco más de la mitad, en catorce, sólo ha sido titular en tres de ellos, apenas ha jugado uno de forma completa y no llegó a saltar al campo en nueve, estando en el banquillo en ocho de los que no disputó (no estuvo convocado por molestias en el Bernabéu esta presente temporada). Obviamente, tampoco se pueden considerar minutos trascendentes, ni para su consolidación en el juego del equipo ni para ayudar en su formación (si es que todavía se puede pensar que está en esa etapa) los cambios para perder tiempo o con resultados ya cerrados, algo que sucedió en cinco de esos duelos.

No parece casualidad que su único partido completo en este grupo de encuentros fuera el derbi en Anoeta de esta temporada, en el que marcó el definitivo 2-0 ya en el descuento. O que los otros dos en los que también fue titular, la visita al Camp Nou de la temporada 2011-2012 y la del Bernabéu de la 2012-2013, fueran las dos únicas derrotas honrosas en esos estadios desde que la Real regresó a Primera, 2-1 y 4-3 respectivamente, aunque la Real no diera una imagen del todo buena en ninguno de esos dos partidos. O, por poner la mirada en los dos técnicos que han manejado la presencia de Pardo en el campo desde que alcanzó el primer equipo, que sólo en el mencionado choque ante el Athletic fuera titular por delante de algún centrocampista apto (Elustondo estuvo en el banquillo). Todos los centrocampistas del equipo, a excepción de Ros, han jugado estos partidos por delante de él. Incluso Mariga fue titular en el primer derbi en Anoeta de Montanier.

Parece evidente que Pardo sigue sin ser una de las elecciones predilectas de Arrasate como no lo era de Montanier, ni en general ni, como apuntan estos datos, en los partidos grandes. Es verdad que el técnico vizcaíno ha dado algo más de confianza al jugador riojano, pero también que cuando tiene a todos sus centrocampistas disponibles es mucho más proclive a alinear a Markel, Elustondo y Zurutuza en posiciones en las que podría jugar Pardo, por mucho que éstos no mejoren las prestaciones de Pardo, sea por calidad o por estado de forma. Y cada vez que se intuye un partido físico, incluso sin grandes rivales de por medio, se prescinde con mucha facilidad del 14 realista. Ahí radica el misterio. Pardo es un jugador que ha demostrado que cubre mucho campo, que tiene buenos números en la recuperación del balón, y que además aporta en el juego ofensivo del equipo, nada menos que con ocho asistencias de gol (el segundo mejor del equipo en esta faceta, dos por detrás de las diez de Vela) y tres tantos. Y sin embargo, por mucho que demuestre, Pardo sigue sin disfrutar de los partidos grandes desde donde debería hacerlo, desde el campo.

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