martes, abril 15, 2014

Los cambios son inútiles para la Real

Pardo, relevo habitual y con no muchos minutos.
La Real lleva años dejando la sensación de que los tres cambios de futbolistas que permite el reglamento son inútiles como arma para ganar los partidos. Sucedió con Martín Lasarte, con más claridad todavía en la etapa de Philippe Montanier y es inevitable la sensación de que este problema se ha acrecentado incluso algo más con Jagoba Arrasate en el banquillo. Analizar las sustituciones confirma que no se está sacando a los cambios el partido que permite la plantilla de la Real. Y la evidencia más notoria está en que sólo uno de los 56 goles que ha logrado el equipo txuri urdin en lo que llevamos de Liga, nada más que uno, lo ha conseguido un jugador que Arrasate ha colocado sobre el césped saliendo desde el banquillo. Y fue muy poco decisivo, puesto que se trató del 5-0 a Osasuna, logrado por Seferovic el día que tuvo la ocurrencia de mandar callar a la afición de Anoeta, en el minuto 87. Desde entonces, duodécima jornada, ningún suplente ha logrado marcar.

Hay más datos que confirman que los cambios son uno de los puntos débiles de la gestión de Arrasate. El tiempo medio que pasa un suplente realista sobre el césped es de 20,3 minutos, lo que acerca los cambios a ese minuto 70 que tantas veces se intuye como tardío y que con Montanier en el banquillo ya provocó justificadas chanzas sobre esa falta de capacidad de reacción. Tan poco valor se le da a los cambios que, de los 33 partidos que ya se han jugado de Liga, en cuatro de ellos no llegó a agotar los relevos el técnico txuri urdin. Y como muestra de que no encuentra en ellos la herramienta para ganar los partidos igualados, hay que destacar que la Real sólo sacó los tres puntos de uno de esos cuatro partidos en los que despreció la tercera sustitución, 1-0 ante el Valencia hace muy pocas jornadas. Arrasate tampoco utilizó su tercera bala en el empate a uno en Anoeta ante el Sevilla de la primera vuelta, la derrota ante casa ante el Rayo por 2-3 y en el empate a dos en Valladolid.

La inacción de las sustituciones se hace patente al comprobar que la Real apenas variaría su puntuación actual con o sin cambios. Tras hacer la primera sustitución ha mejorado sus marcadores hasta el punto de ganar ocho puntos (ganó uno en Elche y en Anoeta contra el Sevilla, y tres contra el Celta en casa y contra el Espanyol en Cornellà-El Prat), pero dejó escapar los mismos (perdió uno en Vallecas, Sevilla y Vigo, otro en los partidos jugados en Anoeta ante Rayo y Real Madrid, partidos todos ellos que tenía empatados, y dos en Valladolid, donde sin cambios iba ganando). Después de hacer el tercer relevo y agotar esta vía reglamentaria también hay igualdad casi total, cuatro puntos ganados y tres perdidos. De esta manera se terminó de remontar al Celta en Anoeta el partido que se estaba igualando y lo mismo se hizo en Cornellà-El Prat ante el Espanyol. Pero de nuevo el empate en Valladolid restó dos puntos que se tenían al hacer el último relevo y la derrota en Almería en el descuento se llevó el ya insuficiente premio del empate.

De forma individual, los datos de los jugadores también son relevantes. De los 24 jugadores de campo que ha alineado Arrasate a lo largo de la temporada (toda la primera plantilla salvo Ifrán que no llegó a jugar antes de marcharse cedido al Deportivo, más los potrillos Zaldua, Gaztañaga y Sangalli), 17 han tenido minutos empezando desde el banquillo. Los seis que de momento han sido titulares o no han jugado son Iñigo Martínez, Markel Bergara, José Ángel, Cadamuro, Zaldua y Carlos Martínez. Salvo Markel, todos defensores, la linea que menos se ve afectada por los cambios. Los que más partidos han jugado saliendo desde el banquillo son dos jugadores que tendrían que gozar de jerarquías muy diferentes en el once, Rubén Pardo y Haris Seferovic, ambos con trece encuentros. Ambos presentan además medias de minutos muy bajas y por debajo de la del equipo en conjunto, de 17,7 minutos por encuentro jugado de suplente en el caso del centrocampista y de 14,2 en el caso del delantero.

Ese dato revela que Arrasate piensa en Seferovic como revulsivo desesperado, aún cuando sólo ha marcado un gol en esos trece partidos que arrancó en el banquillo, y que a Pardo no le da casi nunca periodos largos de tiempo para que pueda dominar el centro del campo.  Y las comparaciones acrecientan esa sensación. De los suplentes con un número de partidos reseñable, otro centrocampista, Zurutuza, tiene una media de 29,3 minutos con los 207 jugados en sus siete duelos iniciados en el banquillo, mientras que Agirretxe eleva esos números hasta los 31 minutos de media, con 217 minutos en siete partidos. Pero si hay un jugador que se puede quejar de los pocos minutos que tiene de esta forma, ese es Chory Castro. El uruguayo tiene la media más baja de minutos como relevo de toda la plantilla, sólo 8,7 minutos, cifra que resulta de los escasísimos 78 minutos que ha disfrutado en los nueve encuentros que disputó sin formar parte del once inicial. Es el único que tiene menos de diez minutos de media saliendo el banquillo. Comparativamente, Griezmann suma una media de 25 en los tres choques que ha tenido y Vela se queda en 17 en dos partidos.

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