sábado, abril 19, 2014

REAL SOCIEDAD 2 - ESPANYOL 1 Vela marca la diferencia

Vela volvió a ser decisivo.
Carlos Vela es un lujo para la Real. Da igual que esté físicamente bien, que esté fundido, que esté metido en los partidos o que peque de individualista. Nada importa si coge un balón en condiciones de demostrar que es la estrella del equipo txuri urdin y da, en tres decisiones inmediatas, un recital de fútbol. Con el tiempo ya cumplido y cuando el empate parecía inevitable, hizo un control orientado magnífico para enfilar la portería de Casilla, dio un toque de balón magistral para dejar atrás a su marcador y finalmente colocó el balón dentro de la portería espanyolista con una impresionante sangre fría. El gol, el 2-1, dio a la Real la victoria cuando más difícil parecía ya. Después de una buena primera parte en la que el Espanyol marcó en su único disparo entre los tres palos, el partido se enquistó en lo que tanto le gusta a Aguirre, eso que denominan el otro fútbol. Pero ese fútbol, ante la calidad de jugadores como Vela, palidece, se empequeñece y no tiene soluciones. Cuando eso sucede, hay que celebrarlo. Incluso cuando la segunda mitad mantuvo las dudas sobre la disposición realista para acabar la temporada de forma notable.

Arrasate apostó por el once más previsible. Ansotegi y Chory Castro suplieron a los sancionados Iñigo Martínez y Griezmann, Pardo acompañó a Markel en el centro del campo y Canales mantuvo su plaza en la mediapunta, donde se ha convertido ya en un indiscutible. La única duda real, el lateral derecho, dejó claro que Zaldua está hoy por hoy por delante de Carlos Martínez. Esa fue la apuesta del técnico txuri urdin para aplacar la desilusión de las últimas jornadas y esta Real demostró que tiene fútbol en sus botas. Sin necesidad de hacer un partido espectacularmente brillante, los realistas manejaron con mucho acierto el primer tiempo, recuperaron sus señas de identidad en ataque y movieron el balón con bastante acierto. Buena salida desde el centro del campo con un Pardo hoy algo irregular pero siempre exigiendo protagonismo, y sobre todo un Canales que se ha echado el equipo a los hombros y es la mejor referencia del juego realista, ante el estado de forma que han venido mostrado en los últimos tiempos Griezmann y Vela.

Las buenas sensaciones que dejaba el equipo, eso sí, tardaron en convertirse en ocasiones de gol. La primera de cierto peligro, de hecho, la tuvo el Espanyol, con un disparo de Víctor Sánchez que se marchó ligeramente desviado. Las buenas combinaciones que estaba trenzando la Real no llegaban al interior del área, pero sí generaban el suficiente peligro como para que el equipo barcelonés sufriera. Y servía para forzar faltas, menos en realidad de las que hacían los de Aguirre, pero suficientes como para que los visitantes sufrieran. Pasado el primer cuarto de hora, la primera llegada seria de la Real acabó con el balón en el interior de la portería de Casilla. Tras un pase de Pardo, Mikel González envió el balón al interior de la portería, pero Velasco Carballo lo anuló a instancias de su linier. Mikel no estaba en fuera de juego, pero Markel sí, y el mediocentro sí estaba en posición antireglamentaria. Y dio la impresión de que el fuera de juego no se señaló por eso, sino porque, en la vorágine, el linier vio varios realistas adelantados.

Aunque a partir de ahí el dominio txuri urdin fue más claro, el gol llegó en la portería de Bravo. Y llegó por el enésimo fallo defensivo de la temporada, de nuevo de un Mikel González que, sin hacer hoy un mal partido, evidenció que está muy lejos del nivel que dio la pasada temporada. No debió salir en busca de Córdoba, porque dejó al espanyolista la opción de salir disparado hacia la portería realista. Bravo no pudo hacer mucho para evitar el 0-1. La mejor noticia es que esta vez la Real tuvo suerte y consiguió el empate muy pronto y además en una jugada afortunada. Un córner botado en corto (la Real mostró mucha diversidad desde la esquina, aunque le costó hacer verdadero peligro) lo envió Canales al interior del área, rebotó en la espalda de Lanzarote y evitó que Casilla pudiera reaccionar. A partir de ahí, la Real mostró sus mejores armas y un dominio aún más claro. A continuación pudo marcar Canales tras una preciosa jugada de tiralíneas en la que primero el balón rebotó en Pardo y después Casilla evitó el gol.

A pesar del empate que registraba el marcador al descanso, la Real hizo una buena primera parte. No con excesivo control en el centro del campo, pero con fútbol suficiente como para que el resultado fuera claramente favorable al conjunto realista, el único en realidad que quería ganar el partido. El Espanyol se encontró un resultado que no mereció y trató de gestionarlo. Pero a la Real le sucedió algo parecido a lo que ha venido mostrando en las últimas semanas, y es que tuvo un bajón considerable después de unos minutos de actuación notable. Al menos, lo mejor duró esta vez 45 minutos y no sólo los veinte que se vieron en Vigo. Pero la segunda mitad no tuvo mucho que ver con la primera. Tanto fue así que incluso sin hacer gran cosa el Espanyol pasó a rondar el área de Bravo. Y despertó el malestar en Anoeta, que temía una nueva decepción, la que de hecho ya estaba señalando el marcador.

No ayudó Arrasate con una nueva demostración de que sigue tardando demasiado en hacer los cambios. Para cuando el técnico realista decidió mover ficha, el Espanyol sí había tenido una ocasión clarísima de marcar, en una contra de Sergio García que Bravo despejó con mucho acierto en el primer palo. A continuación llegaron los cambios, pero en realidad sin más cambio que el de nombres. Seferovic entró por Agirretxe sin que ninguno de los dos delanteros viera puerta una jornada más, y Hervías debutó con el primer equipo, supliendo como era de prever por los antecedentes a Chory Castro y dejando algunos detalles interesantes y valientes, como un disparo desde bastante distancia que estuvo muy cerca de sorprender a un adelantado Casilla. El último cambio de Arrasate fue la entrada de Zurutuza por Canales y dio paso a un final lleno de alternativas. Mikel estuvo a punto de aprovechar una salida en falso de Casilla, Bravo detuvo un cabezazo de un Colotto desmarcado en un córner y después llegó el gol de Vela. El golazo de Vela, el que marcó la diferencia en el marcador y en el fútbol.

La primera parte fue esperanzadora, pero la segunda amenazó durante demasiado tiempo con dejar un nuevo empate triste sin que hubiera reacción desde el campo o desde el banquillo. Esa es la lectura preocupante del partido. La optimista está en que el fútbol y la calidad de sus hombres ofensivos bastaron para dar una victoria que, tampoco se puede ocultar, fue bastante merecida porque el Espanyol, en realidad ya con la temporada finalizada, apenas quiso cumplir el expediente, perder todo el tiempo del mundo y beneficiarse la habitual pasividad arbitral con la que se juzga a los visitantes de Anoeta. Pero el gol de Vela dio tres puntos más que necesarios para, al menos, romper la dinámica de resultados negativos, recuperar cierto carácter de fortín para Anoeta y seguir en la pelea por evitar rondas previas de la Europa League durante el próximo verano. No es poco viendo la forma en la que se está precipitando el final de la temporada.

2 comentarios:

toni dijo...

Una pregunta Juan, ¿Por qué diablos la Real comienza jugando con mucha ventaja y va bajando el ritmo de manera qie nuestro rival nos pise por encima? Como ocurrió en Vigo, que por cierto, allí estuve defendiendo nuestros colores y tuve el placer de hacerme fotografías con Iñigo Martínez y Agirretxe.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Toni, la respuesta fácil, la que todo el mundo está dando, es que el equipo ha llegado al final de la temporada muy tocado físicamente después de empezar la competición tan pronto por la previa de Champions. Si es así, más vale aprender de los errores, porque parece que la próxima temporada también habrá previa de Europa League, al menos una. ¡Lástima que no te pudieras venir de Vigo con la victoria!