Ganar en el Camp Nou nunca ha sido fácil. Ni en los mejores momentos del
Fútbol Club Barcelona ni en sus horas más bajas. De hecho, la Real sólo lo ha
conseguido en tres de sus 66 visitas. Ahí es nada. Pero hubo un tiempo en el
que no parecía una misión tan imposible como muchos creen ahora. Un tiempo en el que
la Real siempre competía por ganar allí y no había voces que hablaran de que el partido
del coliseo blaugrana fuera de otra Liga. La primera de aquellas tres victorias
con color txuri urdin llegó en la temporada 1978-1979. Un 1-3 nunca es poca
cosa y conseguirlo en un estadio como aquel es aún más importante. Si además
aquel día, aunque entonces no se supiera, forma parte de un récord de leyenda,
merece ser recordado. Y es que aquella victoria en el Camp Nou fue el cuarto de los 38
partidos que estaría invicta la Real entre esa temporada y la siguiente, la del
todavía imbatido récord de 32 jornadas sin conocer la derrota.
La importancia de aquella victoria está en que contribuyó decisivamente a
que la Real se clasificara para la Copa de la UEFA. Alberto Ormaetxea debutó en
aquella campaña como entrenador del equipo y no pudo hacerlo con mejor pie, con
un cuarto puesto. La Real llegó al Camp Nou en esa misma posición, pero Las
Palmas, su siguiente rival en Atotxa, tenía los mismos puntos y el propio Barça le pisaba los talones a uno de distancia.
Eso sí, el Barcelona ya tenía sitio en la Recopa, que acababa de ganar
pocos días antes de este duelo liguero al Fortuna de Dusseldorf. De hecho, la
Real le hizo al equipo culé el pertinente pasillo de homenaje a los campeones.
No fue el único detalle que tuvo el equipo txuri urdin con el blaugrana, ya que, a pesar de que la defensa era uno de los fuertes de aquel equipo, dio muchas facilidades para que los locales se adelantaran en el marcador.
Y es que apenas se llevaban jugados cinco minutos de partido cuando, quizá
todavía contagiados del ambiente festivo del ofrecimiento de la Recopa al Camp
Nou, la defensa realista no estuvo acertada a la hora de hacerse con el cuero tras un
despeje de puños de Arconada, Tras varios intentos de remate, Martínez acabó
consiguiendo el gol con un disparo raso. En la primera mitad, el balón fue del
Barça, que dominó territorialmente el partido y probó a Arconada en otro
disparo de Martínez. La Real dio la réplica con la mejor ocasión de los primeros
45 minutos, una jugada maravillosa de López Ufarte que cedió el balón a Zamora
y éste, aunque parecía un gol fácil, disparó fuera. En aquella época, por
cierto, Zamora era objeto de deseo del Barça. El realista reconocía al final
del partido que la victoria de la Real y la entonces aún no certificada
clasificación para la UEFA hacía más difícil el traspaso. Eran todavía los tiempos
en los que el derecho de retención estaba bien vigente.
Si el Barcelona había marcado pronto en el inicio del encuentro, aún menos
tardó la Real en igualar la contienda al regresar de los vestuarios. Fue en el cuarto minuto del
segundo acto cuando Satrústegui puso las tablas en el marcador. Los locales pidieron
falta sobre Artola en el salto del delantero realista en busca de un balón bombeado, pero el colegiado no
señaló nada y dio validez al posterior remate del artillero realista. El empate acentuó el control que la Real tenía sobre el partido y
puso a los de Ormaetxea en disposición de irse a por la victoria. Tras el pitido final, así explicaba el técnico realista las claves del partido: "Hemos sabido sujetar perfectamente a las piezas importantes del rival y Krankl, por poner un ejemplo, no ha podido demostrar sus indudables cualidades de goleador. Asensi ha estado muy sujetado y el que más ha inquietado, sin duda, ha sido Carrasco, que tras el descanso ha estado mejor marcado y ha perdido en buena parte su peligrosidad cara al marco de Arconada".
Ormaetxea dijo que los segundos 45 minutos de la Real fueron "realmente primorosos". Es verdad que el Barcelona acusaba cansancio (la final de la Recopa pasó por la prórroga y los penaltis) y algunas bajas, pero marcar tres goles en un tiempo en un campo como el del Barça es algo grande. Nadie discutió la justicia de la victoria. Corría el minuto 57 cuando Idígoras, en una jugada personal, puso el 1-2 en el marcador. Hizo varios regates que ningún defensor blaugrana acertó a cortar y acabó aprovechando un error del goleador local aquel día, Martínez, para enganchar un disparo raso al que Artola no pudo responder. Si el dominio txuri urdin ya era grande, a partir de ponerse en ventaja los de Ormaetxea podrían haber logrado un resultado de escándalo en el Camp Nou.
Se quedó en un 1-3 tras un jugadón de Zamora, una carrera de 30 metros en la que ningún jugador del Barça pudo ni siquiera acercarse al balón. La salida a la desesperada de Artola no pudo evitar el golazo. "El tanto me ha salido bordado y aunque en estas jugadas influye la suerte lo cierto es que me vi capaz de materializarla", explicó Zamora a la conclusión del partido, que sirvió para que la Real se llevara dos puntos importantísimos en esa carrera hacia la UEFA. La Real llegó al Camp Nou después de lograr dos victorias (en Atotxa 1-0 contra el Valencia y 1-3 en Salamanca) y un empate (a cero, como local, ante el Real Madrid). Tras derrotar a domicilio al Barcelona, sumó dos puntos más venciendo en Atotxa a Las Palmas, su rival por la UEFA, por 2-0 y acabó la Liga empatando a uno en San Mamés. Tras el verano llegarían otras 32 jornadas sin perder, pero eso forma parte de otra historia. O quizá de esta misma.
Fútbol Club Barcelona (Joaquín Rifé): Artola, Zuviría, Manolo (Esteban,
63'), Olmo, De la Cruz, Martínez, Rexach, Tente Sánchez (Félix, 78'), Krankl,
Asensi, Carrasco.
Real Sociedad (Alberto Ormaetxea): Arconada, Celayeta, Gajate, Kortabarria,
Olaizola, Iriarte, Diego, Idígoras (E. Murillo, 78'), Zamora, Satrústegui
(Amiano, 83') y López Ufarte.
Goles: 1-0, minuto 6, Martínez; 1-1, minuto 48, Satrústegui; 1-2, minuto 55,
Idígoras; 1-3, minuto 73, Zamora.
Árbitro: Ausocua Sanz.
Camp Nou, casi lleno.
ABC: "En el segundo tiempo el Barcelona fue presa fácil para la
Real".
Mundo Deportivo: "El precio de la gloria. Un Barça desarticulado y en
relax cedió dos puntos a un discreto Real Sociedad".
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