Iñigo Martínez será el decimoctavo jugador de la Real presente en el torneo de fútbol de unos Juegos Olímpicos. El central realista estará en Londres 2012 rompiendo con una larga racha de nada menos que 16 años sin la presencia de un futbolista txuri urdin en la mayor cita deportiva del mundo. Hubo presencia de realistas en cinco Juegos, los de Amberes de 1920, Amsterdam de 1928, Montreal de 1976, Moscú de 1980 y Atlanta de 1996. Agustín Aranzábal es el que más partidos olímpicos ha disputado, cuatro, y cinco de estos realistas (Mariano Arrate, Martín Marculeta, Ángel Mariscal, Txomin Zaldua y Santi Idígoras) tuvieron el honor de marcar un gol. Los primeros Juegos en los que el fútbol fue oficial fue en los de hace 104 años, los de Londres de 1908, pero hay que retroceder 92 años para encontrar a los primeros realistas olímpicos.
En la cita olímpica de 1920, celebrada en Amberes, hubo cuatro jugadores de la Real: Agustín Eizaguirre, Mariano Arrate, Juan Artola y Silverio Eizagirre. La selección española ganó en aquel torneo una medalla de plata lograda en singulares circunstancias. España ganó a Dinamarca en el primer partido por 0-1, gol del irundarra Patricio Arabolaza. Tras ver este encuentro, Agustín Eizaguirre decidió dejar el grupo y volverse a casa porque, tras la gran actuación de Ricardo Zamora, pensó que no iba a jugar. Aunque para muchos era Eizaguirre el mejor portero del momento, el seleccionador español, Paco Bru, apostó por Zamora como titular. En el segundo partido, Bélgica ganó 3-1 al combinado español, apeando ya de esta forma a España de las semifinales del torneo. Mariano Arrate hizo, de penalti, el tanto español en el minuto 80, con el partido ya casi decidido.
España ganó en el tercer partido a Suecia por 1-2, en el día que nació el concepto de la furia española, con el grito, discutido por la historia, de "¡A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo!" que Belauste lanzó antes de empatar el partido en una acción de fuerza y raza. Pero entonces, cuando España estaba ya eliminada, aunque debía seguir jugando por la quinta plaza, sucedió lo inesperado. En la final del torneo Checoslovaquia se retira en protesta por el arbitraje, dando automáticamente el oro a Bélgica. Los organizadores decicen abrir la lucha por las otras dos medallas al resto de equipos, en lugar de jugar un partido entre los dos semifinalistas, Francia y Holanda. Pero los franceses rechazan jugar porque ya tiene a gran parte del equipo de regreso a su país.
De esta forma, España juega contra Italia para dilucidar qué equipo se jugará las medallas con Holanda. Con medio equipo español lesionado en la batalla contra los belgas, España ganó 2-0. La anécdota llega cuando, con Zamora lesionado, el realista Silverio tiene que jugar el último cuarto de hora bajo los palos... y mantiene su portería a cero. En el partido por las medallas, España ganó a Holanda por 1-3 y se lleva la de plata. Durante muchos años, hasta el gol de Marcelino que sirvió para ganar la Eurocopa de 1964, éste fue el mayor logro futbolístico de la selección. Arrate juega tres partidos, Artola juega dos y Silverio uno. Eizaguirre no llega a debutar. Los cuatro, en todo caso, consiguen la medalla de plata, inaugurando el palmarés olímpico de la Real.
Los Juegos de 1928, celebrados en Amsterdam, forman parte involuntaria de una épica narración de la historia txuri urdin. Real y Barça jugaron la final de Copa, empataron el partido y también hubo tablas en el marcador del encuentro de desempate. Como buena parte del equipo txuri urdin debía ir con la selección olímpica, a la que sólo acudían podían acudir futbolistas amateurs, el tercer partido se tuvo que posponer hasta después de los Juegos. Como es sabido, el cansancio de los realistas, que sí eran amateurs, y el tiempo que un Barça ya profesionalizado pudo dedicar a preparar ese tercer partido impidieron que la Real consiguiera entonces una más que merecida Copa, que habría sido la primera de su historia. Curiosamente, aquella situación se dio por una noble torpeza española. Todas las selecciones llevaron profesionales de forma encubierta, pero la Federación española sólo llevó amateurs, como los de la Real, mayoría en el combinado.
Nada menos que ocho jugadores de la Real estuvieron en Amsterdam. Martín Marculeta, Amadeo Labarta, Luis Iruretagoyena Kiriki y Trino Aizkorreta jugaron los tres partidos del torneo, Ángel Mariscal y Domingo Zaldúa jugaron dos, e Ignacio María Alcorta Cholín y Paco Bienzobas disputaron uno. El mítico Benito Díaz, entrenador txuri urdin en aquel entonces, acudió a la cita olímpica como ayudante del seleccionador, José Berraondo. En el primer partido, España machacó a Mexico por 7-1. Dos de los tantos los hicieron Marculeta y Mariscal. En el segundo, una gran Italia es el rival y el favorito para seguir adelante en el torneo precisamente por el carácter profesional de sus jugadores, pero España da la sorpresa y consigue empatar a uno con gol de Zaldúa, lo que obliga a un partido de desempate. En aquel, los transalpinos sí confirman los pronósticos y destrozaron al combinado español por un contundente 7-1.
No hubo participación española en el torneo de fútbol de los Juegos de Berlín de 1936, Londres de 1948, Helsinki de 1952, Melbourne de 1956, Roma de 1960, Tokio de 1964 y Munich de 1972. En México, en 1968, sí estuvo España, pero sin ningún jugador txuri urdin en la listam pues la Real apenas acababa de regresar a Primera tras el ascenso de Puertollano. Para ver a un nuevo realista en unos Juegos hubo que esperar hasta 1976. De la mano de Ladislao Kubala fueron dos a ese torneo disputado en Montreal, Luis Arconada y Santi Idígoras, que jugaron los dos partidos que disputó España en la primera fase (la retirada de Zambia dejó ese grupo con un equipo menos). Idígoras, de hecho, fue el autor del gol español en el primero de ellos y el único en todo el campeonato, aunque no sirvió para evitar la derrota ante Brasil por 2-1. La República Democrática de Alemania derrotó en el segundo encuentro a España por 1-0 y envío a la selección a casa a las primeras de cambio.
El siguiente olímpico txuri urdin fue Agustín Gajate, que vistió la camiseta de la selección española en los Juegos de Moscú, en 1980. El central, pilar defensivo junto a Kortabarria de la Real que fijó el récord de imbatibilidad en la Liga, jugó los tres partidos de España, tres empates (1-1 ante la República Democrática de Alemania y Argelia, 0-0 ante Siria) que no sirvieron para seguir adelante en la competición. La selección estuvo de nuevo ausente en la competición olímpica de fútbol en Los Ángeles en 1984 y Seul en 1988, y el carácter de anfitrión le devolvió una plaza en los Juegos que acogió Barcelona en 1992. España ganó el oro olímpico en esa cita, con una selección en la que no hubo ningún jugador de la Real pero sí dos futbolistas formados en Zubieta, Mikel Lasa y David Billabona, que entonces ya vestían respectivamente las camisetas de Real Madrid y Athletic de Bilbao.
Con el éxito de Barcelona en mente, España acudió a los Juegos de Atlanta en 1996 pensando en reeditar una medalla y con una selección cargada de estrellas como Raúl y De la Peña. Aunque ahora es inusual que el seleccionador nacional se haga cargo del combinado olímpico, Javier Clemente capitaneó aquel conjunto. Había dos jugadores de la Real, Agustín Aranzábal e Iñigo Idiákez. Javi De Pedro fue uno de los últimos descartados, aunque formó parte de la selección sub-21 que poco antes logró el subcampeonato de Europa. España pasó a los cuartos de final como segunda de grupo, por detrás de Francia, con la que empató a uno, y gracias a sus victorias 1-0 ante Arabia Saudí y 3-2 ante Australia. Pero en cuartos, Argentina vapuleó a España con un contundente 4-0 y se esfumaron las opciones de repetir medalla. Aranzabal, que tuvo la mala suerte de marcar en propia puerta el segundo gol argentino, jugó los cuatro partidos e Idiakez, que no partía como titular, se hizo con un puesto y disputó tres.
España volvió a las mieles del éxito y consiguió la medalla de plata en los Juegos de Sydney, celebrados en el año 2000. No había de nuevo realistas en aquel equipo, aunque dos de los 22 jugadores que formaron parte de la expedición, Tamudo y Jesuli, vistieron la camiseta txuri urdin más adelante. Hablando de estos realistas que lograron medalla sin estar vistiendo en aquel momento la camiseta txuri urdin, habría que recordar que Yaw, aquel futbolista ghanés que fichó Iriarte y que no llegó a triunfar, formaba parte de la selección que consiguió el bronce en Barcelona 1992. España no estuvo tampoco en Atenas 2004 ni en Pekín 2008, aunque estos últimos Juegos la Real estaba en Segunda División, lejos de poder aportar jugadores a la selección olímpica. Londres 2012 lleva de nuevo la camiseta de la Real a unos Juegos Olímpicos. Veremos si Iñigo Martínez se convierte en el quinto txuri urdin en poder lucir una medalla al cuello siendo jugador de la Real.
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