Nada, absolutamente nada puede con la Real. Ni los rivales, que caen todos como moscas en Anoeta ante el dominio aplastante del equipo txuri urdin (ganar al próximo, al Hércules, disparará los cálculos sobre dónde puede puede producirse el ascenso). Ni los árbitros. No, los árbitros tampoco. Ellos tuvieron buena parte de culpa, se diga lo que se diga, en que la Real no subiera hace dos años y no luchara en realidad por los tres primeros puestos en la pasada temporada. Este año la suerte no estaba siendo tan esquiva, pero ante espectáculos como el de hoy es difícil enfrentarse. La Real lo ha hecho dando una lección soberbia de saber estar. Y lo ha hecho con las armas del fútbol. Del buen fútbol, del de Xabi Prieto y Zurutuza. De la garra, la de Ansotegi, la de Rivas, la de Bueno. La de todos. Porque hoy la Real ha subido un peldaño maravilloso en su camino de regreso a la Primera División. No importan los defectos, importa que las virtudes han colocado al conjunto de Martín Lasarte donde se merece: arriba, muy arriba. Líderes en la tabla y con una ventaja magnífica para afrontar el tramo final de la competición. Esta Real es grande. Nada puede con ella.
Antes de llegar al demencial y vergonzoso show arbitral que por fortuna no ha tenido incidencia en el resultado final, pasemos por lo futbolístico. Lasarte no sorprendió con el once. Como en las últimas semanas, la apuesta en el centro del campo fue por Diego Rivas y Elustondo (de nuevo sustituido) en el mediocentro y Aranburu por delante, con Griezmann y Xabi Prieto por las bandas y Bueno arriba. El uruguayo recuperó su puesto en la delantero y lo hizo bastante más entonado que en sus últimas apariciones. La Real saltó al césped olvidando por completo lo atenazado que jugó el equipo en las últimas comparecencias fuera de casa. Había que ganar, tercera victoria consecutiva en casa, para dar un importante puñetazo sobre la mesa y el equipo lo entendió a la perfección. La presión fue espléndida y el balón era por completo txuri urdin. El Levante no era capaz de unir tres pases seguidos. El único pero es que el control absoluto del partido no desembocaba en ocasiones claras de gol. Sólo Bueno dispuso de una bastante clara.
Hasta que apareció Xabi Prieto. El 10 realista es un genio. Pero es un genio al que le cuesta mucho recuperar el ritmo de competición cuando sale de una lesión más o menos larga. Le ha pasado en las tres temporadas de la Real en Segunda. En las tres se lesionó de gravedad y en las tres fue mejor antes que después de la lesión. Pero es un genio que hoy ha sumado dos asistencias más para su cuenta. Su primer balón reseñable en el partido es un maravilloso pase a Carlos Bueno, facilitado además por el generoso esfuerzo de Carlos Martínez, que se llevó dos defensas con su subida por banda. El uruguayo no falló. Ocho goles ya. Por fin se rompió la sequía de los delanteros. Y, viendo las prestaciones del Levante hasta ese momento, el 1-0 podría y tendría que haber bastado para ganar el partido. Pero apareció Pino Zamorano. Antes de eso, bien es verdad, el Levante recuperó algo de balón, aunque sin forzar ocasiones de peligro ante Bravo. Nada, a excepción de un centro que el chileno no atajó y que permitió lucirse a su defensa para evitar el gol.
La segunda parte no cambió mucho el panorama. Quizá el Levante podía tener un poco más el balón, pero el dominio del partido era txuri urdin y la sensación de peligro sólo se vivía en el área levantinista. Griezmann, en unas de sus pocas intervenciones decisivas en ataque (compensadas por el generosísimo esfuerzo en defensa), dejó en bandeja el segundo gol a Aranburu con una magnífica dejada atrás desde la línea de fondo, pero su disparo salió repelido por la defensa. Y apenas instantes después de esa jugada, ahora sí, apareció Pino Zamorano. Hasta entonces había hecho un arbitraje horrendo. Muy poco casero en realidad. Estaba dejando sin pitar muchas faltas del Levante, muchas de las muchísimas que hizo para cortar la salida de la Real o las intentonas de Xabi Prieto (como siempre). Estaba errando incluso en los saques de banda. Se le pidió un penalti por mano en la primera parte, pero era difícil de pitar. Tan difícil, eso sí, como el de Ansotegi en Girona que sí se pitó. Acabó expulsado a los dos entrenadores (Lasarte pidió disculpas por sus acciones, producto de las pulsaciones que las que el uruguayo vive el fútbol) y hasta al delegado de la Real, Juantxo Trezet, todavía no se sabe muy bien por qué.
Y entonces llegó la jugada clave. Un penalti, un penalti inverosímil, que sólo un mal árbitro puede pitar. Pino Zamorano es muy malo y lo pitó, claro. Bravo ya había dicho que quería pitar un penalti decisivo para romper esa racha que ya dura siete años. Hoy lo era. Y lo paró. Pero el rechace fue gol. El horrendo colegiado protagonista, que ya había provocado casi diez minutos de retraso en el partido por no se sabe muy bien qué problema con las medias de algunos jugadores, no vio o no quiso ver que el autor del tanto, Juanlu, estaba dentro del área en el momento en que su compañero disparó a puerta. Estaba justo al lado del árbitro. Era imposible no verlo. Y tan claro debió de ver que no era penalti, que parece imposible que no sacara tarjeta amarilla a Diego Rivas (que, casualidades de la vida, también cometió el penalti del partido de ida ante el Levante). ¿Cargo de conciencia? No seré yo quien diga lo contrario. Como, quizá, la expulsión de Ballesteros apenas unos instantes después. Admito que no sé a qué se debió. Ballesteros es un jugador de esos que se tiene ganado saltar al campo con tarjeta amarilla. Hoy ha visto la roja. No sé si justa o injusta, pero tampoco sé si se puede quejar mucho.
Quedaban quince minutos para el final y el árbitro había empañado un partido que estaba totalmente bajo control. Sólo por medio de córners se estaba acercando el Levante a la portería de Bravo, pero de nuevo sin crear demasiado peligro. Pero Pino Zamorano, que aumenta la leyenda negra de los penaltis esta temporada en contra de la Real (a favor y en contra), soliviantó a la grada de Anoeta, revivió un partido que estaba bastante cerrado y dio opciones al Levante. Pero, como decía, nada puede con la Real, que a partir de entonces vivió un hermoso y memorable éxtasis. Lasarte movió las fichas adecuadas. Metió en el campo a Johantan Estrada (algo revolucionado; tampoco se le puede achacar nada al jugador visto el ambiente) y Agirretxe, y sacó del césped a Aranburu y Elustondo. Antes se había marchado Griezmann para dejar su sitio a Zurutuza. En medio de la ansiedad por la actuación arbitral, de la tensión que te genera que haya un incompetente al mando de un partido, la Real mantuvo la calma de una forma admirable.
Y gracias a eso, a que esta es la Real, llegó el segundo gol. Un golazo. Una maravilla que crearon los dos jugadores de más talento. Zurutuza, que ayudado por la inferioridad numérica del Levante ya se había hecho dueño y señor del centro del campo, puso un balón en la banda a Xabi Prieto. Éste, en otra genialidad, puso el balón en el área. Y llegó Ansotegi. Llegó como un tren, con una fuerza inusitada. Con la fuerza que tiene que dar esta camiseta, estos colores y esta afición. Llegando desde atrás en carrera. Dicen que Ansotegi es lento, y es verdad. Tras el gol de hoy, ya sabemos que las ganas de subir te dan hasta velocidad, porque partía de bastante atrás. Cuarto gol de Ansotegi y el delirio en la grada. Un gol clave para el ascenso y así tendrá que verse en los próximos meses y cuando se escriba este capítulo de la Historia de la Real. Dio tiempo hasta para un tercero, para un maravilloso gol de Zurutuza después de que Xabi Prieto descompusiera por completo a la defensa del Levante con un control del balón asombroso.
La victoria de la Real no es sólo muy merecida. Es de las que hacen época. Por la forma en que llegó, por el sabor a fútbol que desprede. Por el ambiente. Por el color txuri urdin. Por el partidazo de los laterales Carlos Martínez y de la Bella, por la leve mejora de Elustondo, por la impresionante seguridad de los centrales, sean quienes sean. Por la tensión desde el minuto 1. Por los goles. Por la entrega. Por todo. Ha sido una gozada, una de las victortias bonitas de verdad. Una de las que destacará para siempre en el camino a Primera. La Real ha ganado en Anoeta a todos los rivales por el ascenso que han pasado por allí. Es líder con 55 puntos, tiene tres más que el Hércules, siete más que el Cartagena. Y a la espera de lo que haga el Betis esta tarde, a diez puntos del cuarto clasificado. El Levante se queda esa misma distancia, pero en realidad a once puntos con el golaverage. Porque hoy importaba ganar. Pero ganar por dos goles de diferencia aportaba un punto más. Ansotegi llevó el deliro a todo aquel que tiene corazón txuri urdin. Zurutuza puso la guinda. Qué grande.
7 comentarios:
No se si nadie podrá con esta REAL, lo que esta claro es que los malísimos árbitros como nuestro “amigo” Pino desde luego que no. No se como no le da vergüenza. Ganas de esperarle a la salida del campo no me han faltado, pero como una buena señorita que soy me he contenido. Y por la alegría de ver a mi equipo hacer bien las cosas y darme una buena razón para estar ahí domingo tras domingo.
Si no fuese por el show del arbitro hoy habría salido mucho mas contenta del campo y no es que no lo haya echo, Dios me libre, pero es vergonzoso como se han reído de nosotros algunos los del equipo contrario (sobre todo Ballesteros en la expulsión), este arbitro no sirve ni para arbitrar a los niños de la playa. Y después la expulsión de Lasarte, durante la primera parte ya le había comentado a mi amiga, que esta tarde expulsaban a Lasarte, no me preguntéis porque lo sabia, pero eso era lo que intuía y no me he equivocado.
Hasta como tu muy bien dices la aparición de Xabi, no ha habido claras ocasiones de gol. Ese genio al que hay que decirle que los partidos comienzan en el minuto 1 y no en el 23. Efectivamente como comentas le cuesta volver después de una lesión. De acuerdo en que hoy ha dado dos magnificas asistencias pero aparecer en el min. 23, a ver si que aquí al final de liga le vemos dándolo todo desde el primer minuto.
Los que me conocen se asombraran de mis palabras pero este año si que lo veo claro.
GORA ERREALA. AURTEN BAI
P.D.: Por cierto que se me olvida, no se como te van a salir a ti las cuentas. Mas que nada porque estamos a 3 puntitos del Hercules y no a dos, jejejeje.
Saludotes.
Gran triunfo, vaya alegría me lleve cuando vi el 2º gol de la Real en el teletexto antes de comer.
Dos grandes asistencias de prieto y que huevos tiene Ansotegui, buena noticia que marcara Bueno.
Ahora hay que ganar el partido fuera de casa y ya pensaremos luego en el Hércules.
Huele ascenso por todos lados.
Esta se parece a la Real de siempre, con orgullo y que nunca se rinde, y la señal fue el remate de Ansotegi...¡¡IMPRESIONANTE!!
Lo mejor es tener ahora a 7 puntos no solo al 4º sino al 3º, y que el Hércules está pasando su bache. Creo que tanto Cartagena como Hércules pueden acusar el asedio del Betis, que juega esta semana el sábado y nosotros también, y como ganemos los dos, seguro que el domingo falla al menos uno.
ENORME los de Anoeta, cada día tienes más cerca su regreso a Primera.
De la mano de Bueno y Griezzman llegaran seguro, se ecxha de menos el partido Real Sociedad-Bilbao.
Saludos Intercambiamos links?
Guti, Héroe o Villano.
Campanilla, ya está corregido del dato del Hércules, muchas gracias. Pino Zamorano es muy, muy malo. Y dicen que puede subir a Primera con nosotros, qué horror... Xabi tiene lo que tiene. Pero ojalá no esté durante algunos minutos y dé dos asistencias de gol en cada partido...
Cityground, pues una pena que no pudieras ver el partido, porque fue una explosión de júbilo anunciada, telegrafiada por el balón de Xabi y la carrera de Ansotegi. Córdoba es un gran sitio para pegar otro golpe en la mesa...
Javi, estoy contigo, a partir de ahora van a pesar mucho los resultados y la presión que generan. Otros años la hemos padecido nosotros como perseguidores, ahora les toca a otros.
Alberto, muchas gracias. La verdad es que sí se echan de menos esos derbis, sí. Y otros muchos partidos. De links verás que sólo tengo en este blog de páginas dedicadas a la Real.
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