Esperando una tarde de gloria, la Real se ha topado con la mayor de las desgracias. Con un auténtico desastre que no se puede esconder de ninguna de las maneras. Con una nueva derrota en el campo, la primera por más de un gol y sin recibir un penalti (excepción hecha de la goleada que le endosó el Hércules) y con graves consecuencias además para la próxima semana y, probablemente para más. El Córdoba ha ganado con justicia a una Real triste, anodina y carente de personalidad. El equipo txuri urdin ha hecho el peor partido de la temporada, sin ninguna duda, y lo reconoció Lasarte. Pero es que además el destino le reservaba más fatalidades que nadie podía esperar cuando, mediada la primera mitad, Claudio Bravo detuvo por fin un penalti. Xabi Prieto fue expulsado, ironías de la vida, por caer dentro del área. Y, lo peor de todo, Bravo se marchó lesionado en la rodilla. Parecía de gravedad, aunque puede que haya suerte y sea algo que no le haga perderse mucho tiempo de competición. Y para colmo, con otra intervención arbitral negativa. Ahora toca levantarse de este desastre.
Lasarte, como estaba previsto, repitió la alineación que venció al Levante hace una semana. Zurutuza, que era la única variación probable en el once antes del partido, tuvo que esperar su oportunidad en el banquillo. Ni siquiera fue el primer cambio, algo que también sorprende, pero acabó saltando al campo en la segunda mitad. Y el cambio fue el mismo de las últimas tres semanas, ya que entró por Elustondo. A pesar de la leve mejoría de la semana pasada, Elustondo no está bien. Después de lo visto en Córdoba, sería difícil de entender que Zurutuza no fuera titular la semana que viene ante el Hércules. Muy difícil de entender, a pesar de que tampoco marcó una diferencia en Córdoba en los minutos que tuvo. El problema de la Real sigue estando en el centro del campo. Ahí es donde el Córdoba empezó a fraguar el claro dominio que ejerció en la primera mitad. Dispuso de algunas ocasiones bastante claras para meter un gol, pero perdonó bastante. El tópico, en cualquier caso, no se cumplió y los cordobeses acabaron adelantándose en el marcador.
Antes de eso, una de las ocasiones que perdonó el Córdoba fue un penalti. Sí, otro penalti en contra. Pero esta vez, si es que sirve de consuelo, un penalti claro, cometido por Mikel González, que no termina de encontrar el nivel que le corresponde. Y esta vez Bravo, que ya ha pasado a la Historia esta temporada por ser el primer portero txuri urdin en marcar un gol en su centenaria andadura, decidió poner una nueva pica en su brillante carrera en la Real y lo detuvo. Hacía más de siete años que un guardameta realista no paraba un penalti y que el rechace no acabara en gol. Siete larguísimos años. Y esta temporada por fin se rompió la maldición. Bravo lo paró y, a diferencia de la pena máxima lanzada por el Levante hace seis días, no hubo quien remachara el balón a la red. El penalti parece clarísimo. Pero es muy sintomático que sólo haya errores que perjudican a la Real, nunca los hay en contra. Se quejó el Levante, y a saber si ha tenido algo que ver, pero no creo que nadie, con la mano en el corazón, se haya sentido robado en un partido ante la Real en mucho tiempo.
No es normal que este equipo siempre acabe con más tarjetas que el contrario, cuando no pega una triste patada. No es normal que en el área contraria nunca haya penaltis a favor de la Real. No es normal que una caída de Xabi Prieto en el área, sea o no sea penalti (Zubillaga, director deportivo del Córdoba, admitió que sí fue penalti), acabe en su expulsión, porque no siempre se muestra la amarilla en una caída dentro del área sin que haya derribo y hoy sí se ha sacado. No es normal, lo veamos como lo veamos. Hoy pitaba un debutante en Segunda División, la semana pasada un veterano que ya había pasado por la Primera. Qué más da. No es que no le regalen algo a la Real, que no tienen que hacerlo. Es que siempre perjudican. A veces acertando, a veces fallando, a veces exagerando, pero las decisiones siempre van en contra de la Real. Lo de Prieto es una exageración tremenda que, además, tiene consecuencias para la semana que viene. No estará ante el Hércules. No lo habría estado aunque no hubiera sido expulsado, pues ya había visto su quinta amarilla. Ahora se queda con cuatro y un partido de sanción. Con lo que le pegan habitualmente a Xabi, y que sea él expulsado. No es normal, no.
Pero volvamos al partido. Tras aquel momento de gloria al parar el penalti, y después de que Gerardo tirara al palo, pocos podíamos imaginar lo que se le veía encima a la Real. El primer detalle sorprendente es la forma en la que llegó el primer gol del Córdoba. Sorprendente a medias vista la caraja con la que jugó hoy la Real (bueno sería que alguien explicara cómo se puede salir así después de la inyección de moral de la semana pasada y de saber que el Betis había perdido), pero sorprendente. Lo cierto es que el equipo se durmió, todo el equipo, en una falta lanzada por los andaluces. Esto es lo que suelen llamar una falta de pillo. Pero en realidad es una falta de concentración impresionante. Y sorprendente por eso, porque no es lo que se espera de una Real que está escribriendo una brillante página de la Historia. No hay forma de justificar que llegue un gol cuando la defensa se está colocando. Pero no podía considerarse sorprendente el gol viendo lo que se estaba viendo sobre el césped. El 1-0 era muy justo y lo lógico tras lo visto en los primeros 45 minutos. El Córdoba salió a por el partido y la Real sólo dispuso de una ocasión clara, en los pies de Griezmann, y un par de llegadas no excesivamente claras.
La segunda parte no cambió mucho el panorama. Más bien nada. Incluso empeoró con las circunstancias que se vivieron en los segundos 45 minutos. Y el panorama ya era poco alentador en el descanso. Y digo poco alentador por tratar de utilizar un adjetivo lo menos dañino posible para la Real, que hoy se ha merecido calificativos mucho más crueles. Posesiones escasas y muy breves, un centro del campo que no dominaba el juego y un equipo que no sabía aprovechar sus virtudes. Sólo una y de forma muy puntual: la subida de los laterales. A los diez minutos de la segunda mitad, la Real enseñó otra: la llegada al área de sus pivotes. Elustondo tuvo una ocasión muy clara que no aprovechó. Pero fueron eso, fogonazos. Detallitos insuficientes en un partido para olvidar. Para entonces, el Córdoba ya había apostado claramente por un juego de contraataque buscando el segundo gol. Luego llegó la expulsión de Xabi Prieto y el partido entró en una nueva fase, una aún más perjudicial para la Real, si es que era entonces posible empeorar un resultado en contra y un juego más que decepcionante en el día en que todos esperábamos un golpe sobre la mesa.
Alberto Iturralde, con Lasarte en la grada sancionado, decidió mover ficha. Quitó a un Griezmann desaparecido tras la ocasión inicial y metió a Nsue en el campo. La banda derecha quedó para Carlos Martínez. Instantes después se produjo la entrada de Zurutuza. La Real perdió todo el orden en el campo y el partido entró en una fase de alocado correcalles. El Córdoba buscaba ataques rápidos y el equipo txuri urdin se estrellaba constantemente en la defensa andaluza. Así dicho, parece que la Real dominó más, pero no fue así. Fue, de hecho, totalmente al contrario. El balón siempre fue del Córdoba, el peligro siempre estuvo en el área de Bravo, que salvó el segundo en una doble intervención a quince minutos del final, justo antes de tener que marcharse lesionado, rubricando una tarde muy dolorosa. Y la concentración de la Real durante toda la temporada, la sensación de que este equipo sabe lo que hace, saltó por los aires como seña de identidad de este equipo con esta nefasta actuación.
Con un Zubikarai ya en el campo sin calentar, lo normal era que llegara el segundo. El Córdoba se cansó de perdonar y marcó de nuevo, sentenciando un partido que siempre pareció tener en su mano y que la Real jamás hizo nada por ganar. Nada salió bien, absolutamente nada. Lo de hoy es más preocupante que la goleada que sufrió en Alicante hace justo una vuelta por lo visto y por las consecuencias que ha tenido. Sobre todo lo de Bravo, sí, pero también porque es un mazazo a la ilusión que había generado la gran victoria en Anoeta ante el Levante y da al Hércules la posibilidad de recuperar mañana el liderato. Porque no ha funcionado nada sobre el campo, ni siquiera cuando el Córdoba se quedó también con diez jugadores en el descuento. Porque ésta no puede ser la actitud con la que puede saltar a cualquier campo un equipo que quiere y va a volver a Primera División.
El caso es que la Real encaja su quinta derrota de la temporada, cuatro de ellas lejos de Anoeta. El equipo txuri urdin acumula ya cinco jornadas sin ganar como visitante, y eso impide que el equipo dé el ansiado golpe de efecto, el que esperábamos en los dos partidos consecutivos en casa o en las salidas a Huesca o Salamanca, con miles de realistas arropando al equipo en las gradas. El ascenso tendrá que esperar y más vale que todos tengamos claro que, por bien que vayan las cosas, hay que pelear por el objetivo todos los días. Lo bueno, una vez más cuando la Real no consigue la victoria en esta cada vez más agobiante Segunda División, es que no hay daño clasificatorio. La derrota del Betis minimiza el impacto, pues la cuarta plaza seguirá a siete puntos de distancia. Pero salvo eso, todo salió mal. Un desastre. Un auténtico desastre.
3 comentarios:
Lo de la Real fuera de casa en la 2ª vuelta es muy preocupante y lo de los árbitros también, alucino con la expulsión de Xabi Prieto. La lesión de Bravo un putada, esperemos sea lo menos posible.
Fuera de casa estamos jugando muy mal y perdiendo oportunidades en desplazamientos asequibles, ojala sigamos fuertes en casa y no tengamos que acordarnos de tanto punto perdido.
Si ganamos al Hercules daremos otro paso pero hay que puntura fuera para no sufrir en exceso al final de temporada, porque jornadas como esta donde pinchan todos no creo que se repitan mucho mas.
La Real sigue mal fuera de casa, y lo del trivote que no cambia (va a tener que haber lesión o sanción para cambiarlo).
Viendo los demás rivales la Real está igual en las últimas semanas que ellos:
- Hércules: mala racha
- Betis: no remata su última buena línea
- Cartagena: ya no le gana a nadie
- Numancia: Irregular
- Levante: Equipo duro pero que creo que no tiene equipo.
O sea que a seguir sumando todo lo que se pueda, que entre lo que fallan los demás y los cruces entre ellos, no falta tanto para la meta final (ya dije en un comentario anterior que con 70-72 puntos puede valer)
Cityground, pues sí que es preocupante, sí. Pero tampoco podemos volvernos locos, basta con mirar la clasificación para darnos cuenta de que los de atrás vienen peor. Pero sí, va siendo hora de ganar fuera.
Javi, fíjate cómo será la cosa que yo creo que el principal miedo que puede existir ahora mismo en muchos está en cuestiones extradeportivas... Estoy contigo en las dos cosas: hay que cambiar el centro del campo y creo que con 72 puntos se sube casi seguro.
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