sábado, enero 09, 2010

REAL SOCIEDAD 4 - CÁDIZ 1Imparable Real

La Real está imparable. La goleada de hoy hay que entenderla con matices, porque en realidad el Cádiz ha sido un magnífico rival que no ha merecido una goleada tan severa. Pero es que esta Real es mucha Real. Y cuando además tiene la suerte de cara, al equipo contrario tiene que parecer poco menos que casi imposible vencer en San Sebastián. Porque hoy el conjunto de Martín Lasarte ha tenido suerte cuando la ha necesitado, sí, pero que eso no sirva para menospreciar todo lo que deja hoy el equipo txuri urdin: ha remontado el partido, ha acabado goleando, ha lanzado dentro de los tres palos un elevadísimo porcentaje de sus tiros a puerta y la victoria habría sido más amplia de no haber mediado otra nefasta e incomprensible actuación arbitral. Tres puntos más, llegamos a los 39, que es una cifra sobresaliente. Ocho victorias consecutivas en Anoeta. Ocho. Y la sensación de que este equipo tiene hechuras de campeón. Suena a gloria, pero la gloria no llega hasta junio.

La alineación ha sido más o menos la esperada, con la triste noticia de que Carlos Martínez no ha sido finalmente titular. No tiene suerte esta temporada el bravo lateral navarro, esperemos que le sonría algo más a partir de la próxima semana. La solución escogida por Lasarte ha sido la esperada, con De la Bella en el lateral izquierdo y Mikel González en el derecho. La misma de Alicante. Y aunque el resultado ha sido diametralmente opuesto al de aquel día, se puede decir que la apuesta ha salido medio mal. El catalán ha cuajado una buena primera parte y se ha ido diluyendo poco a poco, aunque ha tenido arrestos para hacer alguna subida en los últimos minutos, con el partido ya decantado para la Real. Mikel González, en cambio, ha sufrido muchísimo. Tanto en defensa, donde en más de una ocasión se ha visto desbordado, como en ataque, donde ha pagado con creces el hecho de no ser lateral. La nieve acumulada al borde del terreno de juego pagó el enfado de Mikel tras desaprovechar en la segunda mitad una buena dejada de Xabi Prieto.

El partido ha empezado con una Real arrolladora. Dos llegadas de peligro y una clarísima ocasión de Aranburu a pase de, quién si no, Xabi Prieto. Lo imposible era fallarla, pero el capitán lanzó el balón, desde la línea del área pequeña, contra los pies del único defensa cadista que había bajo palos. Debió ser el 1-0, pero lo que llegó fue el 0-1 en la siguiente jugada. Y llegó de la forma más inesperada. Bravo hizo una salida mala, despejó el balón peor y dejó la portería vacía para que Diego Tristán empujara el balón a su interior. Ya es noticia que Bravo falle. Pero ya sabemos que si falla una vez lo normal es que no vuelva a hacerlo en todo el partido. Y no lo volvió a hacer. Pero en ese momento fue un mazazo. ¿Sería hoy el día en que acabaría la racha de la Real en Anoeta? Pues no.

Cinco minutos después empató la Real. Sólo cinco minutos después. ¿El carácter que faltó en Villareal quizá? El gol vino a redimir el fallo anterior. Su autor, Aranburu. Ni adrede se podía planear mejor la forma de hacer la remontada. Las aguas volvían a su cauce, al partido que más o menos podíamos esperar. Pero no fue así porque el Cádiz no quiso. El equipo andaluz, necesitadísimo de puntos, llegó a Anoeta con ganas de jugar al fútbol. Y ya lo creo que jugó. Le falta veneno arriba, y a eso contribuyó que llegara con lesiones arriba y que Diego Tristán tuviera que retirarse del campo mediada la primera mitad. Pero es un buen equipo. Ojalá Javi Gracia tenga tiempo de sacar al Cádiz de los puestos de descenso. A tenor de lo visto hoy ante la Real parece que se lo merece. La primera parte fue muy buena, muy entretenida, se pasó volando. Y es que había dos equipos jugando al fútbol, y eso que las condiciones no eran precisamente las mejores, bajo una intensísima nevada y con un césped medio congelagdo.

Lo cierto es que la Real debió irse al descanso con ventaja en el marcador, y la razón de que no lo hiciera hay que buscarla en el arbitraje. El linier marcó cuatro fueras de juego a la Real. En uno de ellos, Agirretxe marcó gol y fue anulado. Ese fue el único en el que el asistente acertó. En los otros tres cometió fallos clamorosos, privando al menos de dos unos contra uno de delanteros realistas (Agirretxe y Griezmann) con el portero cadista sin oposición alguna de la defensa. El propio árbitro principal tuvo un tono anticasero, señalando con falta cada intervención de Diego Rivas (le sacó tarjeta amarilla en una acción en la que el manchego se enfadó muchísimo con el jugador rival al que seguramente ni tocó) y dejando de señalar algunas infracciones a favor de la Real, incluyendo un agarrón entre la falta al borde del área y el penalti que sufrió Agirretxe. Faltaba lo mejor del árbitro, pero eso llegó al final. Luego vamos.

Nada más comenzar la segunda parte, la Real vivió la aparición de eso que llaman la suerte del campeón. Con la pinta que tiene este equipo, no puede ser otra cosa. Un despeje de la defensa del Cádiz rebota en un compañero y el balón se queda muerto, y sin portero bajo palos, a los pies de Agirretxe. El nueve realista hizo así el 2-1, quizá cuando menos lo esperaba. La suerte del campeón. Ahí empezaron los peores minutos de la Real. El Cádiz no tuvo ocasiones claras de gol en toda la segunda parte, pero llegaba con tanta facilidad al área de Bravo y con tanto fútbol ensus pies que el resultado parecía peligrar. Digo parecía porque, insisto, sí hubo sensación de peligro, pero no de gol. Y entonces apareció la suerte del campeón por segunda vez. Elustondo lanza una falta con potencia, rebota en la rodilla de un defensa y descoloca al portero. 3-1 y partido sentenciado.

Quedaban algo más de diez minutos y el Cádiz bajó los brazos. En su situación, lo más normal. Sólo tuvo tiempo para tener su única ocasión clarísima de gol, un centro precioso a la espalda de los centrales que encontró un mal remate de cabeza que se marchó fuera. Sólo quedaba tiempo para la sentencia al contraataque. Y para que Johnatan Estrada saliera al campo y dejara algunos detalles más que interesantes. Quizá la buena marcha del equipo sirva para recuperar a jugador que vimos en la pretemporada. Quizá. Pero la estrella fue Griezmann. Al recital de caños de la primera mitad, sumó el cuarto gol del equipo. Un magnífico contraataque que culminó con un lanzamiento precioso. Parece un tanto fácil, pero es un golazo. Tan golazo como maravillosa fue su celebración lanzándose al montón de nieve más allá de la línea de fondo. Qué felicidad. La suya y la nuestra.

Con el tiempo ya cumplido, otro contaataque acabó con gol de Xabi Prieto. Era el 5-1, pero el linier, el otro, no el de la primera parte, no quiso que fuera gol. ¿Por qué? Pues no es posible adivinarlo. Xabi Prieto corre siempre por detrás del balón, con lo que el fuera de juego era imposible. Pero lo pitó. Quizá le pareció que el 5-1 era un resultado demasiado abultado para el Cádiz. A saber. Lo único que queda es esperar que fallos tan clamorosos como el de hoy no se produzcan en partidos de marcadores apretados y que nos dejen disfrutar del fútbol. Del de un Griezmann que sigue saliéndose y que, toques del entrenador al margen, merece siempre un sitio en este equipo. Del de un Xabi Prieto que, a pesar de desaparecer algunos minutos y seguir demostrando su intermitencia, es el único que ha sabido leer los peores minutos del partido. Del de una defensa ejemplar, aunque hoy no haya funcionado precisamente al altísimo nivel al que nos tiene acostumbrados.

La Real suma su octava victoria consecutiva en Anoeta y alcanza los 39 puntos. La mitad del camino, que decía ayer, porque parece complicado que con 78 se escape al ascenso (aunque eso lo sucedió al Hércules la temporada pasada), y todavía a dos jornadas del final de la primera vuelta. Eso quiere decir que queda un mundo. Pero también que el camino es inmejorable. El equipo txuri urdin duerme de líder, a la espera de lo que hagan mañana Hércules y Cartagena en el partido que les enfrenta. Y con el Numancia en la tercera posición. ¿A que ahora sabe todavía mejor aquel 1-3 de las primeras jornadas en Soria? Ni siquiera el borrón de Alicante se recuerda ya demasiado en el gol average. Con el marcador de hoy, la Real ya tiene más 14, sólo un tanto menos que el Hércules en esta balanza. Cómo pinta esta Real. Imparable. Ojalá que no pare.

2 comentarios:

cityground dijo...

Por lo que comentas el partido fue mas complicado que lo que indica el marcador.

Muy buena noticia que marcaran Aguirreche y Griezmann, Mikel Gonzalez sufre mucho de lateral derecho, eso hay que mirarlo.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Cityground, a mí me lo pareció hasta el tercer gol, aunque demasiadas crónicas han visto más suficiencia que yo. Yo a Mikel no le veo en la derecha. Es muy bueno, pero creo que ahí le desaprovechamos. Veremos mañana.