Anoeta ha visto uno de esos partidos de los que uno sale, con perdón, encabronado. Casi todo lo que ha pasado en el partido conduce a esa amarga sensación. El resultado, para empezar. 0-1 y primera derrota en casa de la temporada. Para continuar, la forma en la que ha llegado el gol rival, en los primeros minutos y después de un error de principiante cometido por uno de los jugadores más experimentados que había sobre el campo, Claudio Bravo, que provoca un absurdo penalti y se autoexpulsa. Más aún. Por fin un penalti a favor de la Real, el primero y era la última jornada de la primera vuelta. Y se falla, claro, porque justo hoy es el día en que falta el experto lanzador de los últimos años, Xabi Prieto. Pero no se vayan, que aún hay más. Un esperpéntico arbitraje acaba por nivelar el número de jugadores sobre el campo, aunque con justicia. Y es justo entonces cuando la Real no tiene ninguna ocasión de gol clara. Lo que decía, encabronado. Porque, aunque las consecuencias son mínimas, se ha perdido de la forma más absurda.
La clave del partido ha llegado pronto. No era ni el minuto diez y Bravo decicidió. Estamos acostumbrados a que decida a favor de la Real, pero hoy lo hizo en contra. Le salió mal uno de esos regates a los delanteros que intenta tan a menudo y perdió el balón. En lugar de permitir que el Elche se adelantara limpiamente en el marcador, Bravo parece un principiante juvenil e hizo penalti. Perjuicio grave y doble. Por debajo en el marcador, sí, pero además con uno menos, y de forma justa. Quedaban nada menos que 80 minutos por jugar, más o menos que los que tuvo la Real para acabar goleando al Cádiz. No deja de ser curioso que este clamoroso error de Bravo (más error es la expulsión que el gol) llegue en la misma semana en la que se había quejado del reconocimiento que recibe en la Real, en la que dijo que le quedaba la duda de qué se diría de él si fuera canterano. Yo no voy a variar mi discurso por un error. Me parece un porterazo que tiene sitio mucho más arriba de donde está ahora. Pero igual hoy ha salido de Anoeta con la cabeza agachada. Hay que pensar las cosas más. No sé quién decidió que saliera a la sala de prensa tras el partido, él mismo, el entrenador o el club, pero desde aquí mi aplauso para quien lo hiciera. Estas cosas hacen falta.
Decía que en el anterior partido en Anoeta, el Cádiz también se adelantó pronto en el marcador y la Real respondió con autoridad. Quedaba ver cómo lo hacía el equipo de Lasarte teniendo un jugador menos sobre el campo. Y la respuesta no fue del todo buena. Mala en realidad si hablamos sólo de fútbol, aunque la entrega fue notable durante todo el partido. Lasarte decidió sacrificar a Nsue (igual no fue el cambio acertado, el entrenador lo justificó en los problemas que ha tenido durante la semana) para meter en el campo a Zubikarai, debutando esta temporada, lo que obligó a Rivas, Elustondo y Aranburu a un trabajo inemnso. Sobre todo a los primeros, y Elustondo además se acercó al área contraria con mucha frecuencia. Eso dejó muchos espacios en el ataque del Elche, pero se topó con el regreso al centro de la defensa de Mikel González. Inmenso partido el suyo. Inmenso. Ansotegi estaba siendo el puntal realista en esta línea, pero hoy Mikel ha demostrado que es el mejor central de este equipo. Y seguramente de la categoría.
A pesar del mal partido general que ha hecho el conjunto txuri urdin, no es nada descabellado decir que el resultado justo al descanso era el empate. El Elche, si bien es cierto que tuvo el valón, no probó ni una sola vez a Zubikarai en la primera mitad (en la segunda sí tuvo que hacer un paradón de esos a los que nos acostumbró la temporada pasada cuando le tocó suplir a Bravo), sólo tuvo dos centros que no encontraron rematador y dos lanzamientos lejanos que se marcharon fuera de la portería con Zubikarai muy bien colocado. La Real en cambio, pudo adelantarse en tres ocasiones. Las dos primeras nacieron de centros de De la Bella, el primero rematado por Elustondo junto al palo sin que Willy Caballero hubiera podido hacer nada de coger puerta ese balón, y el segundo rebotado en el cuerpo de Bueno y finalmente a las manos del portero ilicitano. El tercero fue el penalti. Penalti, por cierto, cometido sobre Carlos Martínez. Luego vuelvo a hablar del lateral.
Ya es casualidad que justo el primer día que falta Xabi Prieto sea el día en el que un árbitro se acuerda de que las faltas en el interior del área que sufre la Real son penalti. Ya es casualidad. Bueno cogió el balón (parece que Griezmann quería tirarlo, pero estaba ya decidido desde antes del partido que sería el uruguayo el encargado de lanzarlo en caso de producirlo) y lo lanzó fuera, un lanzamiento blandito y cuya dirección había adivinado Caballero. El uruguayo ha sido la sorpresa en el once inicial, ya que nadie había captado ni una sola pista sobre su titularidad a lo largo de la semana. Y su partido, por desgracia, ha sido desastroso. No ha ganado balones áreos, no ha forzado muchas faltas (aunque no le han pitado unas cuantas de las que ha sido objeto) y dentro del área ha estado absolutamente negado, no sólo por el penalti, sino por una buena cantidad de llegadas de la segunda parte. Se equivocó cuando quiso ser generoso y se equivocó cuando quiso ser egoista.
Al poco de iniciarse la segunda mitad, el árbitro dejó al Elche también con diez jugadores. Fue la mejor acción en todo el partido de Diego Rivas, que fue quien forzó la segunda amarilla de Juli (justa, por mucho que se quejara el jugador, por mucho que dijera lo contrario el entrenador del conjunto visitante). No deja de ser curioso que el árbitro acertara en las jugadas clave del partido, los dos penaltis y la expulsión, porque en el resto desquició bastante sobre todo a la Real (incluso con una horrible colocación que entorpeció alguna jugada realista). Permitió multitud de faltas del Elche en el centro del campo, a veces sin señalarlas y casi siempre sin sancionarlas con tarjeta (salvo en la expulsión), no cortó las flagrantes pérdidas de tiempo del Elche (por mucho que sea una queja que sólo se escucha cuando se pierde, no deja de ser menos justa) y añadió un tiempo de descuento impropio tanto en la primera como en la segunda mitad. Sobre todo en la segunda mitad, porque fue una jugada más con la desesperación de la Real.
Porque la Real, sí, pareció algo desesperada. Zurutuza salió en la segunda mitad demostró que es un jugador imprescindible en este equipo porque fue el único jugador que aportó luz en el centro del campo en los últimos minutos. Se tiene que hablar de Xabi Prieto, por oportunista que pueda parecer, porque hoy se ha echado de menos una gran cantidad de factores de su juego. Desde los balones que gana por alto y que nadie ha sido capaz de ganar, hasta el desborde por la banda y sus centros peligrosos al área. Hoy habría encontrado un apoyo de lujo en Carlos Martínez. Es cierto que el lateral ha sufrido en defensa, y que todos los centros peligrosos del Elche han llegado desde su banda, pero eso lo solventará con partidos. Sin haber entrado todavía demasiado en el equipo, ya ha demostrado que su lucha, su garra, su pundonor y su entrega son impresincibles. Y De la Bella ha hecho un buen partido, a pesar de haber sido el sacrificado para meter a Agirretxe en el campo y jugarse la última basa ofensiva (bien por la arriesgada apuesta de Lasarte, no es tan habitual ni siquiera perdiendo).
Cuando el Elche se ha quedado con diez jugadores, ha decidido encerrarse y perder tiempo. Se ha agarrado a la peor cara del fútbol. Hasta entonces había sido un buen rival y nada que reprochar a su apuesta porque le ha salido bien. Pero no me gustaron ciertas cosas. Igual tiene algo, pero desde fuera dio la impresión de que Caballero, en el último minueto de la segunda mitad, fingió una lesión en el muslo para perder tiempo. Hizo el teatro de parar el partido para ser atendido y que un defensa sacara de puerta en la jugada siguiente. A los 30 segundos fue él quien sacó de nuevo. Por dos veces. Es un gran portero. Hoy se ha portado realmente mal. La Real, en todo caso, no le probó en toda la segunda mitad. Hubo paciencia, sí, hubo desgaste, hubo ganas de ganar. Pero ni hubo suerte ni hubo forma de encontrarla, y aunque Bravo y Bueno opositaron a personificar ese estado de ánimo fue Griezmann quien lo ejemplificó, desaparecido en el campo y sin fortuna a balón parado. El día tonto que en todas las temporadas tiene que llegar.
Lo bueno es que ha llegado hoy y las consecuencias son mínimas. Con esta derrota, a la Real se le escapa ese título honorífico de campeón de invierno. Viendo que en Primera este equipo no fue campeón al final de la temporada cuando sí lo fue al final de la primera vuelta, puede que sea hasta mejor. La distancia con respecto al primer equipo que está fuera de los puestos de ascenso, el Numancia, que es quinto (cuarto es el Villarreal B, que no puede subir), es de diez puntos. Diez. Cuatro partidos nada menos, una distancia considerable. Eso es gracias a que Rayo, Numancia y Betis perdieron y el Cartagena empató. Eso quiere decir que la temporada sigue siendo maravillosa a pesar del cabreo de hoy. Con lesionados, con rachas rotas y con todo lo que se quiera. La Real está ahí, instalada con firmeza en puestos de ascenso. Y aunque alguno prefiera lamentarse de que el Hércules esté delante, son tres las ciudades que celebran lo mismo al final de la temporada, independientemente de las posiciones que ocupen en ese trío de cabeza. Ganar a Las Palmas vale para calmar el ánimo y seguir soñando.
3 comentarios:
Ayer teníamos el día cruzado, la expulsión de Bravo imperdonable para un jugador de su experiencia y Bueno ayer no marcaba ni a puerta vacía.
Si se gana a Las Palmas solo nos acordaremos del partido de ayer como un día tonto que tienen todos los equipos.
Se nota Xabi Prieto, con sus cosas pero es el jugador de mas calidad de la plantilla.
Mal día es perder un partido después de tantos ganados, y con la diferencia de puntos que tenemos al quinto?, yo no lo creo. Ayer nos sirvió el partido para aprender como jugar con diez, como posicionarnos en situaciones complejas, por si de aquí a junio nos encontremos con alguna de estas situaciones, no es de extrañar que esto ocurra. Lo que menos me gustó, aparte de la consabida expulsión y derrota, fue no poder ver el planteamiento de Lasarte, ante la baja de XP10. Me hubiera gustado ver a Nsué en el puesto de interior. Creo que le hubiera dado más mordiente al ataque. La semana que viene volvemos a jugar en casa con una UD flojita, que se queda sin Marcos Márquez por expulsión.
Haber como sale la cosa.
Aupa erreala
Cityground, estoy contigo, ganando a Las Palmas esto se queda en una mala tarde sin mayores consecuencias, ni siquiera en el aspecto psicológico.
Iván, digo mal día por lo visto en el campo. Evidentemente, estoy encantado con la situación general de la Real y con la actitud que demostró sobre el césped ante el Elche. Seguro que ante Las Palmas salen mejor las cosas.
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