Faltó, eso sí, la guinda del gol. Con un gol hubiera sido un partido cercano a la perfección. Agirretxe lo tuvo en una ocasión magnífica en la que, dentro del área pequeña, impulsó el balón con la cabeza apenas unos centímetros a la izquierda de Casillas. Podía haber disparado con el pie, pero no se dio cuente de que Casillas le había dado ese espacio suficiente para no acelerar tanto su resolución. Si ese gol sube al marcador, quién sabe si esta pequeña Real de Segunda hubiera podido darle un susto al grandísimo Real Madrid de Cristiano, Kaká, Benzema, Xabi Alonso y compañía. Quién sabe. La derrota por 0-2 da idea de la superiodad de los madridistas, cierta sobre el papel, pero la forma en que llegaron los goles hace que sea necesario relativizar la derrota. Primero, porque los dos goles llegaron a balón parado, no como producto de una superioridad técnica que, también hay que decirlo, se notó por momentos incluso aunque el Madrid no hiciera un partido brillante. Lasarte tiene trabajo en Zubieta para asegurar la defensa de las faltas. Segundo, porque en Segunda División no hay muchos jugadores que lancen faltas como Cristiano o Sneijder.
De puertas hacia fuera se dice que este partido no tenía como objetivo sacar conclusiones para el futuro, pero se pueden sacar, ya lo creo que sí. La más positiva, que la Real ha encontrado lo que hace años que no tenía: un mediapunta. Zurutuza se convirtió en el jugador txuri urdin más destacado (y por eso sorprendió que fuera el primer jugador sustituido por Lasarte; y, ya puestos, también sorprende que hace un año se tuviera tanto empeño en cederle y no darle oportunidades en el primer equipo). El canterano ha aprovechado la confianza que le ha brindado el entrenador uruguayo y ha tomado ventaja a Sergio, el jugador que a priori partía con más posibilidades de ser titular en la primera jornada de Liga, por su lesión. Y también es de destacar la presencia de Dani Estrada en el lateral derecho. Lo que empezó siendo una solución de emergencia parece ya una fórmula asentada, a menos que Carlos Martínez trabaje más allá de sus límites. Estrada, que lleva dos años pasando inadvertido en el equipo como suplente de Xabi Prieto, parece haber encontrado su lugar. Tuvo su papel en que Cristiano Ronaldo fuera la estrella madridista a la que menos se vio, y hay que reconocérselo.
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Los nuevos realistas no tuvieron demasiadas oportunidades para brillar. La banda izquierda que forman De la Bella y Jonathan Estrada parece conjuntada, pero no encontraron margen para trenzar jugadas de ataque, algo que debe ser su fuerte en Segunda. Por la derecha, Xabi Prieto dejó alguna pequeña pincelada ante Drenthe, pero no se erigió aún como el líder que debe ser para este equipo. Agirretxe se fajó con bravura con los defensas del Madrid y, como decía, tuvo la mejor ocasión del partido tras una inteligente y brillante dejada de cabeza de Zurutuza. En Liga no debe fallar esas ocasiones, pero es que en Liga tampoco se va a encontrar porteros que puedan intimidar tanto como Casillas. En la portería de la Real, Bravo hizo un partido muy interesante, con bastantes paradas de mérito, pero, curiosamente, pudo hacer más en los dos goles. No debe ser fácil blocar un tiro de Cristiano Ronaldo y no debió intentarlo. Y la barrera en el segundo no pareció del todo bien ajustada. Pero, si no media un traspaso, es el portero de la Real, el Zamora de Segunda y uno de los valores más seguros del equipo.
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En la segudna parte, Lasarte dio minutos a los dos potrillos más prometedores: Ros y Griezmann. El primero confirmó las sensaciones del final de la pasada campaña y se confirmó como alternativa a los mediocentros del primer equipo, puede que no de forma demasiado habitual en la temporada que está a punto de empezar, pero seguro que en el futuro. Al francés, la sensación de esta pretemporada, el partido y el rival le vinieron grandes y poco pudo intervenir, pero seguro que le ha servido para aprender, seguro que en Segunda tendrá un espacio a lo largo de la campaña y seguro que se convertirá en un valor importante del equipo. También tuvo minutos Markel Bergara, que dejó una gran arrancada desde atrás, y Nsue, que a pesar de ser un fichaje muy deseado por la dirección deportiva no parece arrancar la temporada con un papel demasiado destacado.
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Las conclusiones, en todo caso, parecen más claras en cuanto a los nombres que sobre la forma de jugar. Obviamente, la Real no se va a encontrar rivales de la talla del Madrid. Obviamente, el equipo no va a precisar un esfuerzo físico tan grande en defensa en toda la temporada. Sí pareció clara la vocación del equipo de jugar mucho por las bandas, de que sus laterales se incorporen constantemente al equipo y de que los extremos lleven buena parte de la carga ofensiva. También quedó de manifiesto que el mediapunta (o el segundo delantero, según el esquema que finalmente escoja Martín Lasarte para cada partido) tendrá mucha libertad para caer a las bandas, igual que uno de los mediocentros tendrá camino abierto para adentrarse en el área. Elustondo (que jugó unos minutos como mediapunta), aunque no hiciera un gran partido ante el Madrid, es el elegido para hacer esa labor.
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Del Madrid, que colocó a todas sus estrellas para engrandecer este partido del centenario, siempre se puede esperar lo que sucedió sobre el césped de Anoeta. No arrolló a la Real, no, en parte por el buen hacer y la entrega de los de Lasarte y en parte porque la maquinaria blanca todavía no está del todo engrasada. A Xabi Alonso se le vio ya como el jugador fundamental que fue en la Real y después en el Liverpool. A Kaka se le vislumbró como el desequilibrante centrocampista que es. Benzema mostró que domina toda la frontal del área con brillantez. Cristiano no necesita siquiera estar enchufado en el partido para cambiar su curso en una sola acción. Todo ese arsenal se vio frenado en la primera mitad por la Real. Si no olvidamos dónde estamos, aunque todos tengamos claro (incluso Pellegrini, qué grandes palabras las suyas hacia la Real) que nuestro lugar está más arriba, entenderemos el mérito que tuvieron los realistas.
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Porque si algo deja el partido del centenario, pese a la derrota, es una Real crecida, que se agarra a lo que sabe hacer, a lo que su técnico quiere que haga, y que por encima de todo muestra corazón. No sé si conseguirá aprovechar esta inercia para la Liga, pero bien haría el técnico realista en recordarles que quienes tutean al Real Madrid durante 45 minutos pueden y deben mostrar la misma grandeza en Segunda División durante toda la temporada. Sólo así un público que no cesó de animarles en todo el encuentro verá el regalo que más ansía: el ascenso a Primera. Esa, y no otra, sería la mejor guinda al año del centenario. Los recuerdos son hermosos, pero el presente empieza ahora y no es precisamente bueno, no lo olvidemos. La temporada empieza en Segunda. Que acabe en Primera. Que esta visita del Madrid sea la última que vemos con el equipo en el pozo de la categoría de plata.
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