miércoles, enero 22, 2014

REAL SOCIEDAD 3 - RACING 1 Un absurdo final empaña una buena ventaja

El primero de los dos goles de Mikel González.
La Copa no termina todavía de dar las alegrías que promete a la Real. Cuando parecía que con un 3-0, y además cuantiosas ocasiones para hacer alguno más, se conseguía encarrilar la eliminatoria de cuartos de final, independientemente de la división en que milite el Racing, los últimos minutos han empañado los logros anteriores. Es un 3-1 que da mucha ventaja a la Real, no hay otra forma de analizar un marcador como el que dejó el partido de Anoeta, pero el gol racinguista en el minuto 83 hace que la eliminatoria no esté tan resuelta como tendría que haber estado. El equipo txuri urdin ha ido cumpliendo el guión al pie de la letra. Marcó pronto, aumentó la renta en la primera mitad y debió irse al descanso con una ventaja mucho mayor, algo que impidió también Velasco Carballo anulando de forma inexplicable un gol legal a Vela. En la segunda mitad, la Real volvió a marcar. Pero acabó con un sufrimiento absurdo y difícil de explicar. Pero es la Copa, una competición que, aún ya en cuartos, le sigue costando mucho al equipo txuri urdin.

Es curioso lo que cambia la valoración de un partido por un solo gol, cuando éste además no cambia el signo de un partido. Porque los primeros 75 minutos fueron bastante irreprochables en casi todos los sentidos. La Real consiguió una renta cómoda de tres goles que debieron ser más. En defensa el equipo estuvo perfecto. Gaztañaga y Ros formaron una muy buena pareja de pivotes, entendiendo el ritmo del encuentro, cortando muchos balones y dando el control del juego. Los dos laterales ofrecieron continuas ayudas en ataque, sobresaliente una vez más Zaldua en todas las facetas. Chory estuvo incisivo a más no poder. La Real tocaba y tocaba en sus jugadas de ataque, encontrando las bandas con facilidad. Y se logró además el gol tempranero. Era el minuto 4. Chory Castro colgó al área un córner que había recibido en corto y Mikel González abrió un inmenso agujero en la defensa racinguista para marcar a placer.

Con el 1-0, la Real se sintió con confianza, aunque en ocasiones ralentizó demasiado el ritmo del partido, quizá también por la intensa lluvia que enturbió el primer tiempo. Eso sí, generó el suficiente fútbol y considerables ocasiones como para que se notara en el marcador la diferencia de categoría entre los dos equipos y entre lo que uno y otro estaba siendo capaz de hacer en este partido de Copa. Y es que la primera media hora fue un absoluto monólogo txuri urdin, con un Racing que no daba la sensación de ser el equipo que había vencido a domicilio a los dos equipos de Primera a los que había eliminado previamente. Vela pudo marcar, pero le faltó algún centímetro para llegar de cabeza a un centro desde la izquierda. Completamente solo, Chory lanzó fuera un disparo que tendría que haber sido el 2-0 y pocos minutos después Seferovic provocó una poco ortodoxa parada de Mario, tras recibir el balón en un córner botado con rapidez.

El Racing no se acercó hasta la portería de Zubikarai hasta el minuto 31, aunque cuando lo hizo asustó a la Real. Aunque fue un disparo algo centrado, el guardameta realista respondió con reflejos a una falta lanzada por Andreu y tocó el balón lo suficiente para que se estrellara en el larguero y no acabara en el fondo de la red. Fue una de esas ocasiones que amenazan con meter al rival en el encuentro, pero la Real respondió bien y de inmediato. Primero con una nueva ocasión de Seferovic que sacó Barrio bajo palos y después haciendo el 2-0. Vela inició la jugada con un espléndido cambio de juego hacia Chory Castro, que de primeras enganchó una sensacional asistencia para que el inusual bigoleador de la noche, Mikel González, rematara a placer. Un mazazo para el Racing que desactivó su posible reacción. Y al descanso se debió llegar con 3-0, pero el asistente de Velasco Carballo, no olvidemos que será el representante español en el Mundial de Brasil, anuló incomprensiblemente un gol legal de Vela por un fuera de juego inverosímil. Justificar errores así con los tópicos de siempre es absurdo, porque fue una cantada indigna de unos cuartos de final de Copa.

El once inicial.
Dio la impresión de que el Racing quiso adelantar algo las líneas en el arranque de la segunda mitad, incluso Zubikarai tuvo que actuar para impedir que Lafuente marcara en los primeros minutos tras la reanudación, pero pronto recuperó la Real el dominio del juego y las ocasiones para aumentar el marcador. Ahí se convirtió Seferovic en el hombre del partido, pero por desgracia de forma negativa. Gozó de numerosas ocasiones de gol, tres clarísimas, una tras recibir una sensacional asistencia en profundidad de Chory Castro, la segunda repelida por Mario tras una buena subida de José Ángel y la última tras hacer un buen control con la rodilla, pero está negado y no le entra nada, prolongado una sequía que no tiene visos de acabar. Para colmo, hoy sus compañeros desperdiciaron más de un contragolpe en el que el suizo podría haberse quedado solo, el más evidente una conducción en la que Ros nunca llegó a encontrar el momento del pase aunque el delantero realista se lo marcó hasta en tres ocasiones. Seferovic está desesperado y no lo disimula. Más bien lo sufre.

No obstante, la Real consiguió aumentar su renta con otro gol más. Otra de las muchas incorporaciones al ataque de José Ángel acabó en un pase al área que Xabi Prieto dejó pasar con maestría para que Vela colocara el balón con suavidad en el interior de la portería, sin que Mario pudiera hacer nada más que ver el gol. Nada más anotar, y que Velasco Carballo está vez sí le diera validez, el mexicano dejó el campo para que entrara Zurutuza. Y quizá ahí empezaron los problemas de la Real. Porque el del Racing ha sido un encuentro en el que se han dado algunos pasos adelante (especialmente los jugadores del Sanse, pidiendo no ya partidos para dar descanso a los jugadores del primer equipo sino para oficializar que han pasado a algunos de sus compañeros y están en mejor forma que ellos), pero también algunos atrás. No es que Prieto esté brillando precisamente, pero Zurutuza mostró con claridad que, ahora mismo, no está para aguantar el ritmo o la intensidad de un partido de primer nivel. Y ojo que el rival de hoy era un Segunda B.

El primer cambio de Arrasate no salió bien, porque Zurutuza no entró en juego. El segundo no terminó de tener lógica. El técnico txuri urdin pareció conformarse con el 3-0 y la posibilidad de que cayera algún gol más en alguna de las jugadas que estaba trenzando el equipo y decidió refrescar el centro del campo, lo habitual con un marcador que da ventaja, pero de una manera que pareció algo innecesaria. Ros, que apenas ha jugado esta temporada, no es precisamente uno de los futbolistas que necesiten recambio o que estén en peor condición física, pero aún así fue él quien dejó el terreno de juego para que entrara un Pardo que no llegó a coger el ritmo que requería el partido. Y tres cuartos de lo mismo le sucedió a Griezmann tras sustituir a Xabi Prieto. Sea porque los cambios restaron más que sumar o porque el Racing decidió que ya no tenía absolutamente nada que perder, lo cierto es que el último cuarto de hora tuvo un clarísimo color visitante.

Y resulta algo incomprensible, porque ni el marcador ni el juego apuntaban en esa dirección. A la Real le hubiera bastado con tirar algún contragolpe mínimamente peligroso para cortar las alas de los racinguistas, como sucedió con el segundo gol en la primera mitad tras el disparo que Zubikarai despejó al larguero, pero ni eso consiguió. Poco a poco, el Racing se lo fue creyendo. Fue forzando córners que a la Real le costaba despejar, fue abriendo balones a las bandas en los que el equipo txuri urdin nunca impuso su superioridad. Y tuvo ocasiones. Gaztañaga tuvo que despejar un primer remate de Andreu, justo antes de que una mala colocación de Iñigo Martínez en un centro desde la izquierda permitiera a Koné rematar absolutamente desmarcado. Un gol esta vez bien anulado por fuera de juego de Mariano no contribuyó precisamente a calmar los ánimos de la Real y el mismo Mariano tuvo a renglón seguido la ocasión más clara de su equipo en todo el partido.

El marcador final.
El final dejó un sabor de boca bastante amargo, debido a que el Racing sigue siendo un equipo de Segunda B y por mucho que todo el mundo quisiera concienciarse antes del partido de que eso tenía menos importancia que el hecho de que se jugaban los cuartos de final de la Copa. Viendo el desarrollo del partido, un 3-2 habría sido sencillamente catastrófico, pero un 3-1, con todo, da una ventaja bastante importante a la Real. Eso es un hecho. Para caer eliminada y no pasar a semifinales, tendría que perder en Santander por dos goles de diferencia (algo que en la Liga sólo ha sucedido ante Barcelona, Real Madrid y Villarreal, segundo, tercero y quinto clasificados de Primera División) o por tres si es capaz de marcar dos goles o más, algo que el equipo txuri urdin ha conseguido en la mitad de los partidos de Liga que ha jugado lejos de Anoeta. Eso también es un hecho. Pero con los muchos sinsabores que ha dejado la Copa en las dos últimas décadas, es también lógico que este 3-1 deje una mueca de desaprobación en el aficionado realista porque una eliminatoria que debió quedar sentenciada aún está abierta. Con ventaja, pero abierta.

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