No sé cómo tendrá el cuerpo el aficionado txuri urdin, pero yo lo que siento ahora mismo es que tengo pocas certezas y muchas incógnitas por resolver. No es, ojo, un sentimiento necesariamente negativo, no suelo ser pesimista y lo leído hasta el momento del nuevo entrenador de la Real, Philippe Montanier, me invita más al optimismo que a otra cosa. Pero sigo sintiendo que nos queda mucho por averiguar de aquí al comienzo de la Liga, en el penúltimo fin de semana de agosto. Al menos ya está cerrada la contratación del técnico, porque tengo que reconocer que estar sin entrenador desde el final de la Liga era una situación que me generaba angustia. Bastante angustia. Estar descabezados en la parcela deportiva hacía que me cuestionara aún más las decisiones tomadas y que lamentara las oportunidades perdidas. Eso ya se ha acabado, y ahora toca trabajar. Es lo normal en esta época del año, pero llevábamos ya tres años de cierta tranquilidad en torno al banquillo (Lillo continuó, Lasarte estaba ya fichado desde el final de la temporada anterior y permaneció en el equipo tras el ascenso) y estos momentos de espera no me han parecido del todo agradables.
Ya hemos escuchado al nuevo entrenador de la Real. En francés, como escuchamos durante dos años a Denoueix. La primera impresión es que Montanier parece un técnico trabajador. Eso me gusta. Dicen que a sus equipos le sgusta jugar al fútbol y eso, evidentemente (¿soy el único que ha revivido las sensaciones tras anunciarse el fichaje de Krauss, hace ya catorce años?), también me atrae mucho. Sabemos que él y su ayudante se van a hacer cargo de la preparación física, la fecha en la que empieza la pretemporada... y poco más. Vayamos por partes. A Montanier se le ha insistido en preguntarle por el sistema de juego. Dicen que en Francia jugaba con un 4-3-3, parecido, por ubicarnos todos, al que utiliza Pep Guardiola en el Barcelona. La comparación es dañina, porque al menor síntoma de mal juego en la Real siempre habrá alguien que la recuerde. Y creo que Montanier ha escapado bien de esas preguntas. Como es lógico, dijo que utilizará el esquema que se adapte a los jugadores que tenga. Ese fue el gran acierto en la Real de entrenadores como Krauss o Denoueix, que supieron apostar por lo que tenían. Lillo o Lasarte, por ejemplo, no tenían mimbres para jugar de la misma forma que aquellos y no lo hicieron.
Por lo que dicen Montanier y Loren, además de por una simple cuestión de números, no descartaría sorpresas en la plantilla. Tras confirmar el director deporitvo que Illarramendi y Cadamuro son jugadores del primer equipo a todos los efectos desde el 1 de julio, la Real cuenta con 24 jugadores con contrato. Eso sin mencionar a Ros, Esnaola y Albistegi, sobre los que habrá que tomar alguna decisión. Y se habla de fichajes, alguno aventura que serán entre dos y cuatro. Eso, siempre y cuando no haya alguien en el Sanse que sea capaz de convencer a Montanier como Griezmann convenció a Lasarte, nos coloca con 30 jugadores sobre la mesa y nos lleva a la conclusión de que seis o siete tendrán que abandonar su sitio. La apuesta fácil sería por cesiones (o traspasos e incluso cartas de libertad) para Ros, Albistegi, Viguera, Cadamuro o Illarramendi. Los jóvenes, en definitiva. ¿Pero tienen tan seguro el puesto en el equipo jugadores como (y lo digo sin tener en cuenta su rendimiento o el aprecio personal que les tenga) Elustondo, Estrada, Carlos Martínez, Labaka, Sutil o Sarpong? Todo eso, por supuesto, contando con que alguno de los que sí son intocables no reciban ofertas y se marchen. Complicado, pero no imposible.
Hemos escuchado a Loren dos veces. A Aperribay una, y ya está anunciada otra comparecencia en la que tendrá que aclarar cuestiones que salieron en la presentación del entrenador y que optó por dejar para esa próxima rueda de prensa. A Montanier también le hemos escuchado. Y ahora comienza el periodo de expectación en el aficionado. Sin ninguna información en concreto, ya que todas estas intervenciones públicas no han servido para despejar las incógnitas, me huele que va a haber sorpresas. Porque no acabo de tener claro cuál es el rumbo de la Real. Se habla, al mismo tiempo, de progresar en la línea marcada, la de los dos últimos años (qué pena que siempre se olvide a Lillo en esa línea) y de propiciar un nuevo comienzo (lo que suena, por contradictorio que parezca, como un varapalo a Lasarte). No me hago a la idea de cómo va a ser la Real 2011-2012. Insisto, no es una sensación negativa por sí misma. Pero es diferente a lo que hemos venido viendo en los últimos años. Desde el año del descenso no tenía la misma sensación de que hay tantas incógnitas, aunque, obviamente, la situación es muy distinta. Porque no es lo mismo plantearse cómo y con quiénes va a jugar Montanier contra Barcelona y Real Madrid que aventurarse a imaginar cómo se sobrevivirá al infierno de Segunda.
2 comentarios:
Por lo que he leído la opción de Montanier me gusta, parece un buen técnico que trabaja bien con los jóvenes. Pero todo dependerá de la plantilla que tenga, actualmente tenemos algunos buenos jugadores pero otros no llegan casi al nivel de 1ª, los reservas bajan mucho el nivel.
Espero se refuerce la plantilla dentro de las posibilidades económicas del club y se de oportunidades a jugadores como Illarramendi.
Cityground, la verdad es que sí tiene buena pinta, pero habrá que evaluarle en función del nivel que consiga sacar de la plantilla, claro. Yo creo que Illarra se hace un hueco en este equipo con rapidez si progresa partiendo de lo que ya mostró en la Liga recién finalizada.
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