Castigo durísimo el que se ha traído la Real del, ya se puede decir con toda tranquilidad, campo más maldito para este equipo de toda la geografía española. En veinte visitas, ni una sola victoria. Y doce años que, pese a todo, llevaba sin perder, se han visto quebrados por la mayor goleada que ha encajado el conjunto txuri urdin en esta andadura en Segunda División que transita ya por su tercera etapa. El castigo ha sido, decía, duro. Pero tan duro como ha sido, y sin atender al desasosiego que genera un marcador así, se puede afirmar que ha sido muy injusto, porque no refleja en absoluto lo que ambos equipos mostraron sobre el terreno de juego. Y, a la vez, se puede decir que es muy fácil de explicar visto lo visto sobre el césped del Rico Pérez, en mucho mejor estado de lo que se temía en las horas previas al encuentro.
La Real ha perdido 5-1 ante el Hércules fundamentalmente por cuatro motivos. El primero, el agujero en el centro del campo que ha permitido maniobrar al conjunto local. El segundo, la carencia que tiene este equipo en los laterales, independientemente de quién juegue o lo bien que lo pueda hacer. El tercero, los despistes individuales, que a este equipo le suelen costar muchos puntos. Y el cuarto, la falta de acierto ante la portería contraria. La parte menos preocupante de una derrota tan contundente como ésta es que dos de los cuatro errores tiene fácil solución en el trabajo semanal que se hace en Zubieta. Con el último vamos a tener que convivir durante un tiempo, quizá durante toda la temporada. Y el otro, el tercero de ellos, encontrará remedio con un mayor compromiso o, en caso de no lograrse, con el cambio de piezas en el once inicial. Martín Lasarte, como tipo sensato que es (acierte o se equivoque), asumió tras el partido toda la responsabilidad de la derrota. La tiene en parte y, si aplica esa sensatez, encontrará fácil solución para muchas cosas.
El técnico desplegó un once muy novedoso y decidió prescindir de Agirretxe y Griezmann. Con ello, y gracias a la derrota, Lasarte se convertirá en protagonista de un debate muy difícil de digerir, y es si la Real está en condiciones de prescindir de dos jugadores de sus características (sobre todo en el caso del francés, ya que su recambio natural, Johantan Estrada, volvió a quedarse sin minutos; fue Nsue quien ocupó la banda izquierda). Desde fuera da la sensación de que Lasarte ha querido poner músculo sobre el campo para evitar lo que sucedió en Valencia contra el Levante. Lo ha conseguido a medias, porque la primera mitad, quizá incluso los primeros 60 minutos, han sido un precioso enfrentamiento futbolístico, de poder a poder entre dos de los mejores equipos de la categoría. La Real consiguió frenar la arrancada inicial del Hércules y se metió pronto en el partido, generando ocasiones de gol que podrían haber escrito un guión muy diferente. Sobre todo un cabezazo franco de Bueno, titular hoy por delante de Agirretxe, que se marchó elevado.
Entramos aquí en el primero de los errores. El Hércules se ha manejado con cierta comodidad en el campo de la Real, con lo que ha podido llevar peligro al área txuri urdin (que no a la portería de Bravo, que apenas se ha tenido que emplear en todo el partido más que para sacar el balón del fondo de la red). La explicación hay que encontrarla en el mal partido de Markel, titular hoy. Si no endereza su rumbo, Markel lleva camino de convertirse en una eterna promesa, y más teniendo en cuenta que la Real de esta temporada cuenta en su mediocentro con Elustondo y que desde el Sanse vienen pujando muy fuerte Ros (hoy en el banquillo), Illarramendi o Albistegi. Markel venía de hacer buenas actuaciones en segundas partes, pero su regreso al once ha sido tan desafortunado que el regreso de Elustondo le condenará seguramente al banquillo, quizá incluso a la grada, durante un tiempo. Lasarte lo vio claro y Markel se quedó en el vestuario en el descanso, para dar entrada a Agirretxe y reforzar el ataque.
Ese cambio, aunque no sirvió para solucionar el problema en el centro del campo, fue muy acertado porque le dio al equipo mayor potencial ofensivo estando por detrás en el marcador. Agirretxe hizo suya la frontal del área, de una forma que Bueno (acabó sustituído por Sergio) no había sido capaz de lograr. El nueve realista tuvo una muy buena ocasión para marcar, a la que respondió el meta Calatayud con una notable estirada. Para entonces el Hércules ya ganaba 1-0, tanto que había materializado mediada la primera mitad. Aquí entramos en el segundo de los errores que ha motivado la derrota: la falta de laterales. El primer gol alicantino es producto de un error de los dos jugadores de banda. De la Bella cierra en la jugada la línea de fondo, pero permite el centro desde fuera hacia el segundo palo. Allí, un Mikel González muy desplazado hacia el centro, no en vano es central, deja demasiado espacio al atacante para que anote el 1-0.
Carlos Martínez estaba señalado como el lateral derecho titular y único de este equipo tras la marcha de Gerardo, pero su lesión en el primer entrenamiento de la pretemporada abrió el debate. Dani Estrada, con algunos altibajos, había cubierto con soltura la carencia de la Real en el lateral. Su primera sanción por tarjetas ha demostrado que falta algo en la plantilla. O quizá que Lasarte tendría que haber ido metendo a Carlos Martínez poco a poco, ya que hoy se estrenaba en una convocatoria, por lo que es probable que también se hubiera visto como precipitado el darle los 90 minutos. Pero en la izquierda también hay un problema. De la Bella no termina de responder del todo y parece que el técnico no confía en Sarasola (como tampoco en otros dos de los potrillos subidos del Sanse este año, el central Esnaola y el delantero Viguera). Este problema parece tener mala solución si no es con un fichaje de invierno.
La Real en todo caso, demostró coraje con el marcador en contra y, con el cambio ofensivo introducido por Lasarte en el descanso, se fue a por el partido. No sólo a por el empate, sino que también parecía claro que se pensaba en ganar. Y ahí entraron en juego los otros dos errores. Primero, porque a la Real le ha faltado pegada. Ha llegado al área rival con facilidad, con buenas combinaciones en el centro del campo, pero sus tiros apenas han tenido peligro. Ni Xabi Prieto ni Aranburu han generado el miedo en la grada o en el equipo rival a pesar de sus buenas posiciones de tiro. El segundo de los errores ha sido el más decisivo de todos: el de los despistes individuales. Cuando más hacía la Real por empatar, Diego Rivas ha perdido un balón absurdo en el centro del campo y ha permitido el contraataque herculino que ha acabado con el 2-0. Y probablemente con el partido.
Griezmann ha saltado al campo por Nsue (muy activo pero sin mucha suerte) para solventar el problema en ataque. Y ha marcado un gol que, pese a todo, ha devuelto a la Real al partido. Digo pese a todo porque cuando el francés marcó el equipo txuri urdin ya perdía 3-0. El tercero fue una reproducción del problema del primer gol: Mikel González no es lateral (y hay que tomar nota de ello; aunque le salga alguna buena actuación en la banda, su rendimiento bajó mucho el año pasado porque se le sacó con demasiada frecuencia del centro de la zaga, entonces para la defensa de tres con la que jugó Lillo durante buena parte de la campaña), no siguió una pared bien trenzada por el Hércules y el delantero remató a placer. El 4-1 revivió el error del lateral, y el 5-1 el de concentración individual. Esta vez fue Labaka quien regaló un balón franco para que el resultado se convirtiera en la mayor goleada recibida por la Real en Segunda desde 1966 (el Deportivo le venció entonces por el mismo resultado).
Anunque la crónica deportiva tiene la costumbre (y el defecto) de magnificar lo que sucede en el campo, sea a favor o en contra, en función del resultado, lo cierto es que el 5-1 que señalaba hoy el marcador fue profundamente injusto. El partido fue igualado y se decidió por el buen hacer en el contragolpe de un magnífico equipo, el Hércules, que será sin duda uno de los rivlaes en la lucha por el ascenso, como ya lo fue el año pasado (cuando se convirtió en el equipo que más puntos sumó en la Segunda de 22 equipos sin lograr una de las tres primeras plazas y, por tanto, el billete a Primera). Lo que más duele, de hecho, no es ni la derrota ni la goleada, sino precisamente eso, que ha sido ante un rival directo. La Real ha tirado a la basura el gol average particular contra el Hércules, lo que ya le obliga, mirando a junio, a sumar un punto más que los alicantinos o a al menos igualar la goleada en su visita a Anoeta.
A la espera de lo que haga el Numancia esta tarde en su visita al Levante, la Real mantiene la tercera posición, y eso sigue siendo una buena noticia. Tan buena como mala es que las dos defensas del liderato que ha tenido que hacer el conjunto de Lasarte hasta ahora se hayan convertido en las dos derrotas realistas en esta Liga. El comienzo del tramo más duro de la campaña ha sido malo. Muy malo. Toca responder con autoridad en la segunda etapa, el sábado que viene ante el Recreativo en Anoeta. El 5-1 obliga a Lasarte a reflexionar para encontrar solucionar a los evidentes problemas que ha manifestado la Real hoy en Alicante. Pero que nadie se vuelva loco. Aunque la factura ha sido elevada, los problemas han sido cuatro. Muy fácilmente localizables y, algunos, subsanables con trabajo. Este equipo sigue mostrando detalles positivos y esos son los que nos pueden llevar a Primera. Si sabemos aprovecharlos y rentabilizarlos. El sábado, otra oportunidad de este larguísimo trayecto hasta junio de 2010.
2 comentarios:
Pues seguís en tercer lugar,pero este año el ascenso va a estar apretadísimo (ya hay cinco equipos con 15 puntos).
A veces un 5-1 podía haber quedado 0-0 ó 5-5,el fútbol es lo que tiene.
Doctora, sí parece que va a estar apretado, al menos durante unos cuantos meses. El Hércules mereció ganar, pero la goleada no refleja lo que se vio sobre el campo, aunque para variar la crónica deportiva ha preferido despedazar al equipo...
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