No es la Real un equipo que haya generado un torrente de ocasiones de gol en los tres años que lleva ya en la Segunda División, pero es difícil encontrar un partido en el que haya llegado tan poco a la portería contraria como en el de hoy. El de Albacete ha sido un partido muy aburrido, de juego inofensivo por parte de los dos equipos. Ninguno de los dos conjuntos ha tenido realmente ocasiones de gol. El Albacete tuvo alguna llegada por la inercia de jugar como local y la Real las tuvo al final, llegando mucho más entera que su rival a los últimos minutos, pero realmente sin opciones reales de marcar. Con este panorama, el empate a cero era el resultado más fácil de esperar, aunque el sabor de boca que deja es muy malo por las opciones del final y porque el partido se antojaba relativamente asequible (sensación que, además, el Albacete ha corroborado).
La alineación que presentó Martín Lasarte en el Carlos Belmonte ha sido más o menos la esperada. Sin cambios en la defensa, con el regreso de Elustondo y con la inclusión de Sergio en la mediapunta. Y como suele pasar con demasiada frecuencia en la Real, quien aprovecha unos minutos finales en la segunda parte no suele responder tan bien cuando, acto seguido, se le concede la titularidad. Sergio no ha tenido opciones de generar fútbol, como tampoco Elustondo, que se ha parecido mucho más al de las primeras jornadas de Liga que al jugador que nos ilusionó la temporada pasada y justo antes de lesionarse. Griezmann tampoco estuvo, que en esta ocasión se diluyó en uno de esos partidos para olvidar que todo equipo tiene durante una temporada. Algo se vio a Xabi Prieto, quizá el jugador más entonado durante todo el partido, pero nada demasiado claro.
Bien arropado por la defensa, Riesgo no tuvo que intervenir en todo el partido. Notario, meta del Albacete, tampoco. Y eso sí que es negativo para una Real de la que todos hemos destacado la calidad que tiene arriba. Agirretxe prolonga una semana más su sequía goleadora, y ya sí que empieza a ser preocupante. No ya porque no marque, sino porque ni siquiera tiene ocasiones de gol. Al nueve realista le ha pesado el mal partido que ha hecho el equipo y, sobre todo, que durante 80 minutos ni siquiera haya buscado la victoria. Y esto es lo preocupante, porque en los últimos diez sí que se ha lanzado el equipo de Lasarte a por los tres puntos y ha rondado la portería del Albacete. Esos minutos han dejado claro que la Real es mucho más equipo que el Albacete, pero, visto desde el prisma contrario, colocan en el debe del equipo que haya tirado a la basura la mayor parte del encuentro y hayan despreciado la opción de conseguir, cómodamente, una victoria en el Carlos Belmonte.
¿Por qué en esos diez minutos se ha conseguido llegar al área rival todo lo que no se había logrado previamente? Quizá los cambios hayan tenido algo que ver, sobre todo la entrada de Carlos Bueno, que en un partido entre dos equipos inofensivos ha sido capaz de poner algo de picante, lucha y entrega. Ante la poca calidad desplegada en el césped, eso parecía suficiente para que uno de los dos equipos desequilibrara el marcador. Pero a la Real se le hizo tarde, no tuvo tiempo suficiente como para pasar del dominio territorial y del cerco al área (que no a la portería) de Notario. El uruguayo, de todos modos, también acumula una nefasta racha de cara a puerta, aunque con menos minutos que Agirretxe. Johnatan Estrada también apareció en esos instantes finales. Quizá los cambios tendrían que haber llegado antes, ya que el rival no asustaba y las carencias en el centro del campo parecían obvias.
El lastre con el que se encontró el entrenador fue la sustitución obligada de De la Bella. El lateral no está respondiendo a las expectativas y hoy, además de haber recibido un golpe, se había ganado a pulso el cambio por su juego, por algunas pérdidas de balón y porque vio una tarjeta amarilla a los tres minutos de partido. Labaka salió por él en el descanso y Mikel González volvió a verse desplazado a la banda izquierda. Se reforzó la defensa como hacía falta, pero eso dejó al técnico sólo dos balas para intentar ganar el partido. Las gastó, pero tampoco sirvió. La Real hizo un partido sencillamente para olvidar, sorprendente si tenemos en cuenta el claro objetivo con el que se viajó a Albacete y que la victoria ante el Recreativo hizo olvidar el varapalo de Alicante. La Real fracasó donde menos se esperaba ante un contrario como el Albacete: en la creación, en la posesión de balón y en la generación de ocasiones.
Da rabia este resultado, visto además el rival, porque se le escapa a la Real una opción de abrir hueco en la clasificación en un partido que, salvo accidente rocambolesco, parecía imposible perder. El equipo de Martín Lasarte duerme a un punto del líder, el Cartagena, que si gana mañana se asegurará el liderato pase lo que pase la próxima semana en Anoeta. Si vence el Hércules, la Real caerá a la tercera posición, y si el Betis ganara los dos partidos que tiene pendientes (el de mañana y el aplazado) saldría de los puestos de ascenso. El equipo txuri urdin, y a la espera del Betis, tenía asegurado mantener una plaza entre los tres primeros pasara lo que pasara en Albacete. Pero el objetivo en tierras manchegas era abrir hueco y eso no se ha conseguido. El punto y la portería a cero son las únicas buenas noticias que saca la Real de este desplazamiento, que en realidad es algo positivo. Lo demás, aburrido. Muy aburrido.
1 comentario:
Mal partido pero si ganamos al Cartagena el domingo se nos olvidara, el resultado no es del todo malo después de llevar dos derrotas seguidas a domicilio.
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