martes, noviembre 10, 2009

Canteranos

Es curioso que el debate sobre la cantera sólo surja, salvo muy contadas excepciones, cuando las cosas vienen mal dadas. Obviamente, esto es como resultado de que, juegue quien juegue, lo que todos queremos es que la Real gane. Si lo hace con ocho jugadores de fuera, no habrá queja alguna. Como si son ocho los de casa. Pero siempre he creído que la Real es un equipo diferente en este sentido, que su apuesta por la cantera es elegida libremente, un orgullo para sus aficionados y, además, una política necesaria para sobrevivir en un club que nunca ha destacado por el estado boyante de sus cuentas.

Dicho esto, me llama la atención que en la discusión sobre la cantera se omitan ciertos detalles que me parecen interesantes. Es indudable que la Real vive en un momento de apuesta por la cantera. Por convicción y por obligación, pero de cantera al fin y al cabo. Uno mira los onces semana tras semana y juegan entre siete y diez futbolistas procedentes de Zubieta. Como decía más arriba, un motivo de orgullo. Tanto como acertar con los jugadores que vengan de fuera para apoyar la progresión de los potrillos.

Pero no se dice nada de los canteranos que no juegan, y eso es una pequeña trampa en la que todos caemos. Cuando yo hablo de apostar por la cantera, hablo de dar oportunidades reales a los chavales que merezcan dar el salto al primer equipo. Por eso es importante destacar cuántos juegan en el once. Puedes tener quince en la plantilla, y que los diez de fuera sean titulares. Si no se cree en ellos, está la opción de dejarles salir del club o la de mantenerles un tiempo más en el Sanse. No es una política acertada de cantera dar dorsal del primer equipo a jugadores con los que no se cuenta sólo para superar las veinte fichas profesionales y aparentar que se tiene una plantilla más o menos larga.

Por las causas que sea (no es fácil juzgarlas y diagnosticarlas desde fuera, sin ver los entrenamientos en Zubieta todos los días y sin saber qué piensa el entrenador de algunos jugadores), en ese error ha caído la Real esta temporada. Lo más probable es que haya razones económicas detrás de este movimiento (o lo que es lo mismo, la imposibilidad de traer a nadie más y pagarle un sueldo acorde con su procedencia). No veo otra explicación para que Borja Viguera o Iosu Esnaola tengan ficha del primer equipo. Ninguno de los dos ha jugado un minuto esta temporada, el primero ha entrado en una sola convocatoria y el segundo ha visto todos los partidos desde la grada. Después de once jornadas de Liga, sólo parece haber una conclusión posible: Martín Lasarte no cuenta con ellos.

En situación parecida se pueden hallar otros dos jugadores del primer equipo. La más cercana es la de Iñigo Sarasola. Jugó tres partidos, pero dejó de hacerlo incluso cuando De la Bella, el jugador con el que tendría que jugarse el puesto, estaba lesionado. Y, aunque ésta sea su tercera temporada en el equipo, Carlos Martínez también parece estar en la misma situación. Ambos laterales son la tercera opción en sus puestos para el técnico. Con Carlos Martínez no había otra alternativa, pero si Viguera, Esnaola y Sarasola tienen la capacidad de progresar, están perdiendo un tiempo precioso.

Sobre todo porque en estos casos no se da la explicación que suele ofrecerse, y es que los foráneos les cortan el camino (por poner dos ejemplos concretos, Johnatan Estrada no juega desde la jornada cuarta y Sergio apenas ha estado en cinco y sólo dos de titular). Por descontado, no estoy pidiendo que estos canteranos jueguen a toda costa. Tampoco que se les dé oportunidades si no se las merecen (precisamente ese es el error que no se debe cometer), y ahí el único que sabe el nivel que pueden dar es el técnico que les dirige todos los días en los entrenamientos. Pero sí creo necesario alertar de esa trampa que nos hacemos en nuestra política de cantera. Y veo imprescindible que, para que se pueda contar con ellos en el futuro, si es lo que se quiere, vayan entrando de alguna forma.

Cuando Estrada vio su quinta amarilla, Martín Lasarte no había metido todavía en una sola convocatoria a Carlos Martínez. Entiendo el riesgo de hacer que un jugador, además un jugador que puede no gozar de la confianza absoluta del técnico, pase de no convocado a titular, y por eso asumo que lo normal es lo que hizo el técnico: colocar a Mikel González de lateral derecho. ¿Pero qué ocurrirá si en la misma semana no están Agirretxe y Bueno? ¿Estará Viguera entonces de afrontar un encuentro completo a nivel de competición? ¿Podrá Esnaola suplir a cualquiera de los centrales titulares en caso de ser necesario? Mikel González está apercibido de sanción, y eso unido a una lesión de Labaka o Ansotegi dejaría muy coja nuestra defensa sin que Esnaola haya tenido la más mínima preparación para entrar en el equipo.

Me llama la atención este, de algún modo, abandono de estos jugadores, cuando Martín Lasarte ha demostrado mucho inteligencia en este sentido con los porteros. El titular es Bravo y el segundo es Riesgo, que para eso ha jugado éste todos los partidos en los que ha faltado el chileno. Pero Zubikarai está entrando en las convocatorias, ahí sí hay rotación. Ese es un privilegio del que no han disfrutado ni Viguera ni Esnaola (tampoco Carlos Martínez), y del que apenas se ha beneficiado Sarasola. Y ojo, que todos pueden ser necesarios a lo largo de la temporada.

2 comentarios:

javilanzarote dijo...

Hola! Es mi primer comentario en esta página. Soy realista de siempre y lector habitual de esta página.
Un fallo muy frecuente de la Real en los últimos años es que ha sido muy barato jugar en el primer equipo, y muchos partidos además. El caso que para mi es más claro es el de Gari Uranga, jugador que como mucho era para debutar en algún partido y pocos minutos, y que ha jugado 100 partidos ( no conozco la cifra exacta, pero por ahí andará).
Si estos jugadores del artículo no son para jugar mucho sino para completar, Lasarte nos está demostrando su criterio.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Javi, antes de nada bienvenido, me alegro de que te hayas decidido a comentar. Ya sabes que ésta es vuestra casa y que acepto encantado todos los comentarios, críticas y sugerencias que podéis hacerme.

Parece claro que Lasarte tiene personalidad y decide quién juega por encima de cualquier otro criterio u orden (ahí está Riesgo, a pesar de no renovar y de todo lo que se ha dicho). Me preocupa más este tema pensando en la dirección deportiva. Se suben canteranos con los que, en realidad, no se cuenta, para maquillar una política de cantera que, en realidad, es muy buena y está bien llevada en casi todos sus términos (y las recientes renovaciones así lo prueban).