La Real recibe al Rayo Vallecano (domingo, 17.00 horas, Anoeta, sin televisión) con dos claros objetivos. El primero, forzado por el inesperado empate en Córdoba cuando ya se pensaba en sumar tres puntos, no descolgarse de la cabeza en una jornada de enfrentamientos directos entre los equipos de arriba. El segundo, prolongar la buena racha en Anoeta, donde ya se acumulan tres victorias consecutivas, todas ellas por la mínima (ante Huesca, Alicante y Salamanca, dos equipos que hoy están por delante en la tabla y uno que está en puesto de descenso a Segunda B). Para conseguir los dos objetivos no queda otra que ganar. El empate es insuficiente para lograr el ritmo de puntuación que permita seguir soñando con el necesario ascenso, y más teniendo en cuenta la más que irregular trayectoria del equipo fuera de casa.
Para lograr esos tres puntos, Lillo repite lista de convocados. Eso quiere decir que se queda fuera un jugador del primer equipo, Dramé otra vez. Es una incógnita, como casi siempre, saber qué equipo va a sacar Lillo. Se da por seguro que habrá, al menos, una novedad en el once, la entrada de Mikel González en el centro de la defensa. Y casi se ha dado por seguro que el que saldrá del equipo será Ansotegi, pero la lentitud de Labaka al defender la jugada que supuso el empate del Córdoba reparte papeletas entre ambos. También es una incógnita saber quién será el delantero titular. Necati tenía reservado ese papel tras la lesión de Iñigo Díaz de Cerio, pero el gol de Agirretxe en Córdoba y la ansiedad que arrastra el turco por no haberse estrenado todavía abre el abanico de posibilidades. No sería descabellado ver a ambos en el once titular, por delante de Xabi Prieto y Marcos, muy en forma los dos. Los otros tres nombres seguros son Bravo, Castillo y Aranburu. El resto se sabrá poco antes del partido.
A muchos detalles habrá que atender en Anoeta. Será el primer partido en el que se siente en el palco el nuevo presidente, Jokin Aperribay, después de los incidentes registrados en la junta en la que fue elegido, y varias decisiones polémicas como la de no encabezar la expedición realista en el viaje a Córdoba. Se esperan protestas, pero nadie es capaz de predecir si la habitualmente fría grada de Anoeta estallará contra el presidente (antes, durante o después del partido) o si, por el contrario, la queja será minoritaria. Habrá que ver si el fichaje de Abreu, que se da por seguro en demasiados sitios cuando todavía no está cerrado, afecta a los ánimos de la gente. Y también habrá que comprobar cómo ha respondido el césped de Anoeta a las nevadas de los últimos días. La primera consercuencia del mal tiempo es que los peñistas del Rayo no viajarán a San Sebastián. Una pena, habida cuenta de la buena relación que siempre han tenido estas dos aficiones.
Lo deportivo, como siempre y aunque muchos sigan olvidándose de ello, sigue siendo lo más importante. Viene el Rayo, un rival "peligrosísimo" según Lillo y que empezó muy bien la temporada, y la victoria es imprescindible. Y podrá tener, como la semana pasada, una importancia aún mayor teniendo en cuenta los resultados de los equipos que preceden en la tabla al conjunto txuri urdin. Cuando comience el partido de Anoeta, ya sabrá lo que han hecho seis de esos siete equipos. Los cuatro primeros, además, se enfrentan entre sí (Zaragoza-Salamanca y Xerez-Tenerife), con lo que muchos equipos no sumaran los tres puntos esta jornada y las cosas se podrían apretar aún más en la cabeza de la tabla. La semana pasada la Real también jugó sabiendo los resultados de los rivales, y sabiendo que eran muy positivos para sus intereses, y aún así dos puntos se quedaron en el camino.
El Rayo es un equipo que se le da muy bien a la Real en San Sebastián. En Segunda División sólo hay un precedente, en la temporada 1966-1967, la del ascenso en Puertollano, y el triunfo fue txuri urdin gracias a un solitario gol de Marco Antonio Boronat. En Primera, estos dos equipos se han visto las caras en doce ocasiones, con nueve victorias de la Real y tan solo una de los vallecanos. Esa llegó en la temporada 1992-1993, la última en que el cuadro realista jugó en Atotxa. Un gol de Calderón cuando el partido estaba a punto de acabar, el 1-2, le dio los puntos al Rayo e hizo inútil el gol de Kodro. Y aunque la victoria txuri urdin ha sido casi una constante en los enfrentamientos contra este equipo, lo cierto es que la costumbre dice que son casi siempre enfrentamientos de marcadores cortos, angustiosos en más de una ocasión, algo en lo que la Real de esta temporada parece moverse con cierta comodidad en Anoeta.
La excepción más notable fue precisamente la última visita del Rayo a San Sebastián, en la temporada 2002-2003, la del subcampeonato. Venía la Real de protagonizar el partido más feliz de los últimos años, el 4-2 ante el Real Madrid, y tenía un segundo partido consecutivo en Anoeta. El Rayo, que entonces era colista y que acabó bajando a Segunda, opuso mucha resistencia en la primera mitad, pero un gol de De Pedro, transformando un penalti cometido sobre Darko Koavcevic, abrió el muro rayista por completo. En la segunda parte, el vendaval que era aquella Real cayó con fuerza sobre los madrileños y anotó cuatro goles más. Karpin, también de penalti, Tayfun y Nihat en dos ocasiones redondearon la mayor goleada de una temporada gloriosa que, habiendo sido hace sólo seis años, parece que fue hace toda una vida.
1 comentario:
feliz año
hoy a tres del lider , y pronto abreu , pinta bien la cosa.
lo que menos me gusta es lo que se del nuevo presidente (que espero sea el mejor de la historia) .En vez de leer que le ha mandado una carta de acercamiento a los sanz ,me hubiera gustado leer que esta solucionando el problema de la tv.
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