El gol. Siempre es el gol. Es el momento de la alegría máxima en el fútbol. La Real marcó hoy tres veces y no pudo dejar estallar esa alegría en dos de ellas. Primero lo hizo Delibasic, y el árbitro lo anuló por fuera de juego. Justito, pero fuera de juego. De lince, que decimos los que gustamos de este deporte- El segundo lo metió Gari Uranga, cuando apenas faltaban cinco minutos para el final. Fue legal, pero el árbitro, el malísimo Teixeira Vitienes que ya nos pitó el día del Elche en Anoeta, decidió anularlo. Y el tercero, el bendito tercer gol, llegó en la última jugada del partido. Más agónico imposible. Minuto 94. Como hace una semana en Salamanca. Pero esta vez el gol fue a favor.
El grito de enfado de hace seis días por aquel penalti injusto de ese minuto, del 94, hoy se ha convertido en un grito de alegría. ¡De inmensa alegría! Elustondo marcó su segundo gol de la temporada en el último momento, sin tiempo para nada más que sacar de centro, y le dio a la Real tres puntos de un valor que hoy es incalculable, por todo lo que supone, pero que a lo mejor en junio valoramos aún más. ¿Se puede soñar con algo más bonito que marcar el gol del triunfo en un partido en casa y en el minuto 94? Hoy Elustondo dormirá con una felicidad inmensa, la misma que tenemos hoy todos los realistas.
Porque hoy era un día para ganar. Era un día de fiesta, un derby, decenas de críos sobre el campo con su camiseta txuri urdin, Badiola debutando en Anoeta y Orbegozo haciendo un merecidísimo saque de honor. Pero también, y sobre todo, porque era necesario para soñar con ver en junio a la Real volviendo a Primera. La semana pasada se fue una muy buena ocasión de recortar distancias con los equipos que marcan el ascenso. Era una de las muchas oportunidades que la Real había dejado ya pasar para acercarse al final de la pesadilla de Segunda. Hoy no se podía desaprovechar otra. Y esta vez el último minuto ha sido tan generoso con la Real como lo fue hace no mucho en Motril, en el encuentro ante el Granada 74. Como no lo fue hace una semana en Salamanca. Así es el fútbol, tan cambiante, tan lleno de sensaciones y emociones, tan justo unas veces y tan injusto otras.
Hoy la Real ha sido la Real, con sus virtudes y con sus defectos, pero un equipo claramente superior al Alavés. Pero en el fútbol no vale ganar a los puntos, hace falta el gol. El derroche físico ha sido grande (el mejor ejemplo es Carlos Martínez, recién salido de una lesión y que dio un recital en este sentido), y se ha notado en que el Alavés ha controlado algo mejor la segunda parte. Pero precisamente por eso se agradece mucho más que el triunfo haya llegado en el descuento. Estamos demasiado acostumbrados a ver a una Real que no aguantaba 90 minutos y que al final era literalmente devorada por el rival (así sucedió, por ejemplo, en la derrota en Anoeta frente al Sporting). Las virtudes de la Real están en la defensa (espléndido partido de Ansotegi y Mikel González, que vio su quinta amarilla y no podrá jugar la semana que viene en Córdoba) y en las alas. Aranburu y Xabi Prieto canalizaron todo el juego ofensivo, aunque hubo serias dificultades en las jugadas a balón parado, en las que apenas se consiguió crear peligro.
Los puntos débiles de la Real siguen inalterados e inalterables. El centro del campo es un gran vacío a la hora de crear fútbol y los delanteros no consiguen marcar diferencias a la hora de encarar la portería contraria. Hoy Díaz de Cerio estuvo mal, hoy Skoubo volvió a un terreno de juego, aunque no consiguió marcar. ¿Se le han acabado las oportunidades al danés? Habrá que esperar acontecimientos desde los despachos. Deli y Gari sí marcaron, pero el árbitro les anuló sus goles, uno parece que acertadamente y el otro no. Si encima que marcamos pocos goles, se nos anulan los que entran, malo, muy malo. Pero el grito de alegría del minuto 94 lo compensa todo. Gol y tres puntos vitales. Y eso es a día de hoy lo más importante.
Con la alguna que acumula el equipo en el centro del campo y por todo lo que ha sucedido en la última semana, sorprendió a unos y decepcionó a otros la decisión de Coleman de no convocar a Fran Mérida, que podría haber ofrecido más juego y más posibilidades a balón parado. El técnico galés, que defendió a capa y espada a sus jugadores ("nunca nos han decepcionado", dijo), justificó esa ausencia en la necesidad de no poner presión sobre un jugador tan joven, alejando toda sombra de pulso con el presidente, principal valedor de Mérida. "No tenemos que tener prisas", sentenció. Además, Coleman aseguró que la victoria tiene para él un sabor especial después de todo lo sucedido en la última semana con su situación en el equipo. Seguro que sí. Porque no ganar hoy le habría puesto en una situación difícil.
La Real duerme cuarta, a un punto del Sporting, que es tercero con un partido menos, y a nueve del Málaga, líder hasta hoy, que ya se ha dejado en esta jornada dos puntos en casa contra el Granada 74, mientras todos los realistas gritábamos de alegría con el gol de Elustondo. Y por algún extraño motivo, sin que esta Real demuestre en el campo grandes cualidades, sin que el juego sea arrollador, sin haber pisado todavía los tres primeros puestos en lo que llevamos de Liga, hoy el ascenso se ve un poco más cerca...
1 comentario:
Y ahora el Cordoba...!!! Aupa Real desde Roma!
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