viernes, diciembre 27, 2013

Diez momentos inolvidables para la Real en 2013

Se acaba un 2013 memorable y es hora de recordar todo lo que ha marcado el devenir de la Real en el año que ahora termina. Un año de triunfos importantes, de debates interminables, de enormes lecciones de la afición y de algunas decepciones. De momentos felices combinados con alguno también complicado. Un año que ha llevado de nuevo a la Real a Europa después de una década de ausencia, y que en la Liga ha devuelto al conjunto txuri urdi al lugar que por historia ha de disputar siempre, el que permite luchar por objetivos importantes. Ha habido muchos más, pero, buenos y malos, estos son lo diez momentos que más han marcado a la Real en los últimos doce meses

· La memorable remontada al Barcelona
Chory hizo los dos primeros. Después llegó el de Agirretxe.
Con una Real en alza, Anoeta recibió al casi todopoderoso Barcelona, que acumulaba 18 victorias y un empate en una primera vuelta descomunal. Pero llegó al estadio donostiarra en la víspera de San Sebastián, y el santo ayudó a la Real a lograr una victoria memorable en la que pocos creían cuando en el minuto 24 el resultado era de 0-2. Chory Castro recortó distancias antes del descanso y sembró la duda en el equipo blaugrana. El uruguayo hizo el 2-2 ya en la segunda mitad, culminando unos minutos de vendaval txuri urdin que se habían llevado por delante a Piqué, cuya expulsión forzó Vela con categoría. Y en el último instante Agirretxe se coló entre la defensa para hacer el 3-2, a pase de Carlos Martínez, firmando la mayor remonada de la historia realista y salvaguardando otro año más el inigualable récord de 32 jornadas sin perder que firmó aquella Real campeona sin corona de 1980.

· El último derbi en San Mamés, txuri urdin
San Mamés, profanado para siempre. La afición, feliz.
El fútbol es pasión y dentro de esa pasión la rivalidad regional es esencial. Por eso es tan importante que en todos los libros de historia que se escriban desde ya figure que el último derbi en San Mamés se lo llevó la Real. El Athletic lo intentó, incluso se adelantó a la media hora con un gran gol de Ibai Gómez, pero tuvo que claudicar, hincar la rodilla en el suelo y reconocer la aplastante superioridad txuri urdin. Griezmann hizo el empate casi a renglón seguido y mandó callar a San Mamés con el aplomo de los grandes. En la segunda parte llegó el éxtasis. Agirretxe hizo el 1-2 aprovechando un error de Raúl y Vela hizo el tercero tras una formidable jugada entre Xabi Prieto y Zurutuza. Ambos goles se celebraron en una preciosa comunión con la hinchada en una de las esquinas de San Mamés. La demolición del ya desaparecido estadio bilbaíno empezó aquel día, cuando escribió el nombre de la Real como último vencedor de un derbi jugado allí.

· Victoria clave ante el Valencia
Descomunal partido de Agirretxe ante el Valencia.
Mediada la segunda vuelta de la Liga, empezó a parecer claro que la cuarta plaza, la última que daba acceso a la Champions League, se la iban a jugar la Real, el Málaga y el Valencia. Tras apabullar 4-2 al equipo andaluz, el equipo txuri urdin recibió al valenciano en un partido que casi parecía una final. La Real remontó el tanto inicial de Soldado y se puso con 3-1 gracias a Iñigo Martínez, Chory Castro y Agirretxe. Pero el Valencia recortó distancias con un gol de Jonás y el final fue, por utilizar un eufemismo que se queda corto, muy intenso. La Real sufría, Anoeta animaba al borde del infarto para mantener una victoria vital. Y entonces, en el último minuto apareció Agirretxe para coronar un partido prodigioso. Peleó un balón en el centro del campo, emprendió una galopada imposible con 90 minutos de descomunal esfuerzo ya en sus piernas y cerró el partido con una preciosa vaselina que dejó inmóvil a Diego Alves. Pocos goles se han celebrado tanto en Anoeta. La Champions parecía conseguida.

· Xabi Prieto y el corazón de la Real
El grito de rabia de Xabi Prieto tras el empate a tres.
Una absurda derrota en Getafe y un desesperante empate en Anoeta ante el Granada, sumados a un sprint final espectacular del Valencia complicaron la cuarta plaza. A dos jornadas para el final, había que igualar los resultados del Valencia para asegurar esa plaza gracias al average particular. Pero el Real Madrid, con su temporada acabada, complicó el futuro. La Real generó innumerables ocasiones de gol en un partido sensacional, pero el Madrid fue ganando durante todo el partido. Cuando en el minuto 79 Khedira hizo el 2-3, la clasificación para la máxima competición continental pareció esfumarse. Pero la Real nunca se rindió. Siguió empujando. Con todo el corazón, con toda el alma. Incluso sabiendo que la victoria del Valencia hacía que un punto no fuera suficiente. Y fue en la última jugada del partido cuando Xabi Prieto hizo el empate a tres. Se introdujo con el balón en la portería. Un balón que empujó con el corazón. No valía entonces para conservar la cuarta plaza, pero fue un acto de justicia y una chispa de esperanza vital.

· Riazor culmina el regreso a la Champions
Una foto histórica de un equipo grande.
La clasificación para la Champions llegó en Riazor, en un día de contrastes. La felicidad de la Real chocó con la tristeza de un Deportivo que con el 0-1 final se fue a Segunda División. El equipo txuri urdin llegó a La Coruña sabiendo que el Valencia tenía que pinchar en Sevilla, donde la Real había ganado por 1-2 un par de semanas antes. Cuando el equipo che se adelantó en el marcador, todo parecía perdido. Pero Griezmann puso el 0-1 en el marcador de Riazor y a partir de ahí el panorama cambió. Mientras la Real luchaba por mantener su victoria, Negredo firmó una sensacional actuación, la última con la camiseta del Sevilla, y firmó cuatro goles, ganándose un hueco para siempre en el corazón del aficionado txuri urdin. Hubo que sufrir hasta el final. Un empate del Depor habría ahondado en el drama, porque habría dejado quinta a la Real y no habría salvado al equipo coruñés. Pero al final hubo fiesta en Riazor. Fiesta realista.

· La huida de Illarramendi
Illarra derramó lágrimas en su despedida.
Si había un jugador de entre los que forman la hornada más joven de la Real que llegó a Champions en quien la afición realista tenía confianza plena por su fidelidad, ese era Illarramendi. Y, sin embargo, fue el único que se bajó del barco, el que prefirió fichar por el Real Madrid para, de momento, jugar un papel muy secundario y no disputar la Champions League con el equipo de toda su vida. Su huida debilitaba enormemente al equipo en una temporada mucho más exigente que las anteriores, hacía que las cláusulas de 30 millones, cifra estándar en los contratos de la Real, se mostrasen insuficientes y, sobre todo, abrió una herida en la ilusión realista por los suyos. Si Illarra era capaz de irse así, a la primera y con poco más de medio centenar de partidos de txuri urdin, ¿qué podría motivar a sus jóvenes talentos a quedarse? Los daños de esa herida todavía están por verse. Lloró al irse. Tal era la herida, que no todos le creyeron.

· Griezmann eleva a los altares la vuelta a Europa
Griezmann, una tijera para la historia.
Gerland. Minuto 17. Vela busca en la línea de fondo un pase largo de Zurutuza y cuelga el balón al área. Allí, Griezamnn se eleva. La gravedad no existe. La dificultad, tampoco. Su tijera es perfecta, de una bellísima plasticidad. Su pie izquierdo conecta con el balón en lo más alto, tocando casi el cielo. Y nadie puede evitar que la pelota se introduzca en la portería. La Real vuelve a Europa con un golazo descomunal, en un campo que en la última década ha sido testigo de derrotas de grandes equipos a manos del Olympique de Lyon. Después Seferovic hizo el 0-2 con otro espectacular disparo lejano y en la vuelta, en Anoeta, Vela hizo dos goles más para certificar el pase a la fase de grupos de la Champions League. Pero fue ese instante congelado en el tiempo, el de la ingravidez de Griezmann, el que se grabó para siempre en la memoria de todos los realistas porque fue la mejor carta de presentación, un golpe sobre la mesa y una demostración del potencial de este equipo.

· La lesión de Granero
Granero, marchándose lesionado en su sexto partido.
Esteban Granero simbolizó mejor que nadie la ilusión y la desilusión que se extendió en los primeros compases de la temporada. Su fichaje, para compensar la fuga de Illarra, fue muy bien recibido. Un gran refuerzo para el centro del campo y un jugador que desde el primer día se ganó el cariño de la gente con su actitud. Pero en su sexto partido se rompió. La tan temida lesión de rodilla que obliga a estar seis meses lejos de los terrenos de juego. Su desgracia llegó en el primer partido de la triste fase de grupos de la Champions, ante el Shakhtar en Anoeta, en un choque que acabó con una derrota que probablemente tuvo una influencia decisiva en el mal caminar de la Real en esa competición. Y fue un golpe monumental, otro, a esa ilusión con la que se inició la temporada. Era el refuerzo necesario para que la maquinaria realista no notara la ausencia de su cerebro y apenas estuvo 252 minutos sobre el campo. Aún le esperamos antes de que acabe su cesión.

· Los 6.000 de Manchester
Otra enorme lección de la afición realista.
La ilusión que despertó la clasificación para la Champions encontró su manifestación más hermosa en el más bonito de los campos que hubo que visitar, Old Trafford. Tras hacer cola durante algunas noches en Anoeta, unos 6.000 aficionados estuvieron allí, dando una de maravillosa lección de cómo hay que animar a un equipo, una de las muchas que los hinchas realistas han dado en los últimos años en la división que sea. Sin incidentes y con toda la ilusión del mundo. Aunque la realización televisiva no se dignó a ofrecer ni un solo plano de ellos, estaban allí. Animaron a un equipo que salió demasiado impresionado por el escenario, recorrió las calles de Manchester en una inolvidable kalejira y el presidente del club inglés felicitó a Jokin Aperribay por el sensacional comportamiento de la afición txuri urdin. Incluso obligaron al equipo a salir de los vestuarios para escuchar sus víctores. "We are Champions League", cantaban. Y lo eran. Lo somos.

· Cuatro goles de Vela al Celta
Nada menos que 18 años después de que Kodro firmara cuatro goles en el 5-2 al Tenerife de la temporada 1994-1995, otro jugador realista emuló la hazaña de batir en cuatro ocasiones a un portero rival. Fue Carlos Vela ante el Celta, además protagonizando una remontada memorable. El mexicano adelantó a la Real en el arranque del partido, rematando un centro desde la línea de fondo de De la Bella. El Celta le dio la vuelta al partido y se puso nada menos que con un 1-3. Pero la Real, liderada por Vela, reaccionó a lo grande. El 2-3 llegó de cabeza, tras el lanzamiento de esquina de Chory. Vela llegó al hat trick anotando en posición antirreglamentaria, pero Muñiz Fernández dio validez al tanto. Y el cuarto, el póker, la remontada y la victoria, lo logró Vela colocando el cuerpo de forma maravillosa delante de su marcador para poder batir a placer al guardameta del Celta. Antes de Vela, sólo siete realistas habían metido cuatro goles en un mismo partido.

2 comentarios:

Antonio R. dijo...

Grandes momentos y alguna que otra decepción. Esperemos un gran 2014. Un saludo y feliz año a todos los realistas.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Antonio, claro que sí, 2014 pinta muy bien, y esperemos que el derbi sea un buen presagio de lo que nos espera. Feliz año para ti también.