A una semana del comienzo de la Liga, hay algo en lo que apenas se está reparando, y es que el once inicial con el que la Real se enfrentará en Anoeta al Villarreal, al menos con el que seguro le gustaría comenzar a Lasarte, es casi el mismo que logró el ascenso. Sólo cambiaría el delantero. Llorente por Carlos Bueno. Pero el resto del equipo sería el mismo que ganó al Celta en Anoeta y que maravilló en Cádiz para lograr el ascenso. No estarán seguramente Zurutuza por lesión y Griezmann porque casi se acaba de incorporar al equipo tras sus exiguas vacaciones, pero no se enfrentarán al Villarreal muchos jugadores que no estuvieran hace pocos meses en el encuentro ante su filial. Confiaba en ellos hace un año y confío en ellos ahora. Y, además, sostengo que la plantilla está mejor configurada que la de la temporada 2009-2010. Es lo que permite tener algo de dinero. No mucho, porque la inversión de la Real apenas supone algo más de cutro millones de euros (la mitad de lo que gana en bruto Xabi Alonso al año en el Madrid, por dar una referencia), pero eso marca la diferencia. La diferencia entre penar en Segunda y vivir en Primera.
Lasarte cuenta, este año sí y al menos sobre el papel, con dos jugadores por puesto. Pero dos jugadores, en algunos puestos incluso más, que sí van a luchar por jugar con dignidad e igualdad. El año pasado había jugadores que no tenían recambio y hay que reconocer que hubo algo de suerte. Suerte en que De la Bella apareciera cuando lo hizo. En que Griezmann deslumbrara como lo hizo. En que no se echaran en falta los goles de Agirretxe cuando no estaba Bueno y los de Bueno cuando no estaba Agirretxe. En que apenas nos diéramos cuenta del fracaso estrepitoso de dos de los fichajes, Johantan Estrada y Songo'o. O en que las muchas lesiones de Zurutuza fueran encontrando diferentes relevos de garantías en el once inicial. Esas circunstancias, pese a producirse, no mermaron a la Real. Pero esos son los detalles que pueden decidir el destino de un equipo cada temporada. El destino es impredecible, pero a estas alturas de la temporada lo que se puede decir es que la Real ha puesto mucho de su parte para que el destino no le amargue el regreso a Primera.
Puestos a encontrarle un problema a la plantilla de la Real, echo de menos carácter sobre el césped. Y con carácter no quiero decir que no haya capacidad para enfrentarse a las adversidades o que vea blando al equipo. Pero echo en falta el liderazgo, la mala leche y el conocimiento absoluto del fútbol (de todo tipo de fútbol) que, por recordar a la última gran Real, ponían en el campo Karpin y Schürrer, sobre todo el ruso. Eso le falta a esta Real. En alguna medida lo aportó la temporada pasada Carlos Bueno y quizá coja el relevo en este terreno Joseba Llorente. Quizá. Pero faltan Karpin y Schürrer. Lo digo como si todos los equipos lo tuvieran, pero no es verdad, y esa es la ventaja de la Real. Lo de Schürrer quizá lo supliremos con la categoría que tienen los centrales de este equipo (confianza absoluta, sí, en Mikel González y Ansotegi), pero si tuviéramos a Karpin yo no me conformaría con escuchar que el objetivo de esta Real es sólo la permanencia. ¿Lo es? Partido a partido, que es lo que funciona.
1 comentario:
Tienes toda la razón, en un campo de fútbol siempre hace falta un jugador con coraje y mucha personalidad que contagie en los momentos justos ese punto de casta para superar situaciones delicadas. Karpin para eso era maravilloso y tenía mucho oficio. Quizá a esta Real le falte algo de oficio, Tamudo tiene mucho y Llorente lo ha ido cogiendo a base de pegarse toda su vida con las defensas contrarias pero tanto el medio como la defensa la veo algo blandita... el tiempo nos dirá si tengo razón.
Aupa Erreala.
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