Para subir a Primera División es fácil convenir en que hay que ganar muchos partidos. Cuando se juega bien, se da por supuesto que la victoria es la consecuencia lógica (aunque, obviamente, no sucede siempre en este ilógico mundo del fútbol). Pero los equipos que acaban subiendo son, precisamente, los que también ganan cuando no juegan bien. La Real es ya uno de esos equipos. Por derecho propio, por el trabajo de los técnicos y de los jugadores y por ese factor suerte que en los dos años anteriores nos fue bastante esquivo. Hoy el equipo txuri urdin ha hecho un mal partido, pero se ha aprovechado de un gol a balón parado en la primera mitad para conseguir tres puntos de oro, tres puntos que permiten mirar al resto de la jornada con una tranquilidad que no nos es tan familiar como para despreciarla y tres puntos que garantizan que la Real llegará al parón invernal en puestos de ascenso.
La alineación de Lasarte ha sido la más lógica dentro de las posibilidades que había en la previa. Mikel González ha ocupado el lateral izquierdo, la mediapunta ha sido para Zurutuza y la banda izquierda para Nsue, dejando a Griezmann en el banquillo, junto con Agirretxe. ¿Ha funcionado la fórmula? La verdad es que no, hoy la Real no ha conseguido imponerse en casi ninguna faceta del juego, especialmente en el lado creativo. El conjunto txuri urdin no ha gozado de ocasiones de gol y se ha parapetado, eso sí con cierta eficacia, en un gol logrado a los 19 minutos por Labaka en un corner, peinado (otra vez) por Xabi Prieto y muy mal defendido por el Castellón. A balón parado la Real ha demostrado de nuevo un gran poderío, con otro gol de un central pero sobre todo sacando todos los balones que el equipo local ha colgado sobre el área de Bravo. Todos.
Pero ahí, justo ahí, es donde han empezado los problemas de la Real. Un altísimo porcentaje de los despejes desde atrás han sido francamente malos. O al contrario sin opción alguna para los atacantes realistas o al centro del área, abriendo posibilidad de segundas jugadas para el Castellón. El centro del campo, siempre en la faceta constructiva, ha sido un espectador del partido. Elustondo ha sido arrollado por la forma de jugar desplegada hoy en Castalia, aunque Diego Rivas, también una vez más, se ha hartado a robar balones. No ha sido muy eficaz porque no ha habido buena salida de balón, pero al menos ha privado al Castellón de tener ocasiones claras en la primera mitad. Sólo una gran mano de Bravo que evitó el empate al filo del descanso, un empate que habría sido mucho premio para un Castellón decepcionante, a pesar de que era y sigue siendo el colista.
En la segunda mitad, el Castellón hizo algo más. Le puso coraje al partido y consiguió meter más balones dentro del área de la Real, equipo al que consiguió echar atrás. Demasiado atrás en ocasiones. Y ahí volvió a aparecer Bravo, que sigue demostrando jornada a jornada que la Segunda División es una categoría que se le queda pequeña. El chileno, además, tiene un embrujo especial con sus postes. Un disparo a la madera casi al final del partido prolongó su magnífica relación con los palos de su portería y permitió que la Real saliera de Castellón con los tres puntos. El sufrimiento final se pudo haber evitado si el equipo hubiera aprovechado el peligro que llevaba Nsue (probablemente el mejor del partido, en especial en la primera mitad) y si Carlos Bueno hubiera anotado la más clara ocasión del partido para los realistas, un cabezazo dentro del área que le salió a las manos del portero.
Bueno no ha marcado, pero hoy nos ha demostrado que su valía en los partidos sigue creciendo. Su forma de ser y de jugar es muy útil. Hoy el colegiado Pino Zamorano ha dado una lección más del bajísimo nivel que tiene el arbitraje. En la primera mitad, y sin que hubiera pasado absolutamente nada, mostró tres tarjetas amarillas a los jugadores de la Real y ninguna a los del Castellón. Cuando esa tendencia se trasladó a las faltas, Carlos Bueno bajó a presionar un balón y cometió falta. Sus protestas le costaron la tarjeta amarilla. Y aunque quedaba media hora para el final del partido, la Real no vio ninguna amonestación más. Y eso que Mikel González se jugó la segunda amarilla en un agarrón en la esquina a un jugador rival. El Castellón vio dos desde ese momento. Bueno puso sobre el césped otro elemento del juego que el conjunto txuri urdin llevaba años sin poder disfrutar y, con toda seguridad, influyó en el listón y los destinatarios que Pino Zamorano tenía para las tarjetas.
Cuando el partido se acercaba a su final, el jugador que mejor supo leerlo fue el de siempre, Xabi Prieto. El 10 realista sigue sin cuajar un gran partido en esta temporada, sigue sin hacer que su enorme calidad dé el resultado que esperamos quienes confiamos en él, pero tiene una enorme capacidad para marcar diferencias. La entrada en el campo de Markel y de Aranburu también contribuyó a serenar las acometidas del Castellón durante buena parte de la segunda mitad, pero el equipo se echó demasiado atrás. Hoy ha sido un partido de trabajo, de lucha y de entrega. No era el día de un fútbol de salón. No era un día de buen juego. Pero sí de demostrar que éste es un equipo campeón. Para sacar tres puntos. Porque, como dijo Lasarte, al final de la temporada no nos acordaremos del gran juego en Vallecas, sólo del punto logrado. Del de hoy no nos acordaremos por su mal juego, sino por los tres puntos.
Y son tres puntos que nos acercan a Primera División, que es el objetivo único y primordial de la temporada. Empiezan a jugar ahora los rivales de la Real y lo hacen sabiendo que el líder saca nueve puntos al cuarto clasificado y se ha asegurado un puesto de ascenso antes del parón invernal. Y ahora llega el reto de ganar al Betis, conseguir la séptima victoria consecutiva en Anoeta y batir así el récord histórico en el nuevo estadio. Historia, bonita palabra para hablar de esta Real. Todavía no se puede usar, es pronto, queda muchísima Liga por delante. Pero qué buena pinta tiene este equipo cuando es capaz de sacar resultados jugando bien y jugando mal, con sus mejores armas y con una gran capacidad de trabajo. La Real es líder. Sigue siendo líder, porque es la primera vez que logra una defensa eficaz de la cabeza de la tabla. Sigamos soñando, sigamos disfrutando.
3 comentarios:
Ganar jugando mal es una buena señal, el partido contra el Castellon era mas complicado de lo que indicaba la clasificación.
Partidazo ante el Betis, si ganamos daremos un gran paso aunque aun es pronto, y si se pierde tampoco hay que volverse locos como después de perder en Alicante.
Cityground, fue un partido complicado, ya lo creo. Y el del Betis sería vital ganarlo, aunque como dices lo bueno es que la clasificación nos ayudará aún perdiendo.
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