miércoles, junio 25, 2008

Resumen de la temporada (6). Crece la impagable deuda con la afición

Es uno de los tópicos más manidos del fútbol. Todos los equipos presumen de tener la mejor afición, todos los profesionales lanzan elogios a esa gente que, semana a semana, se deja el alma, el dinero, el tiempo y la vida para animar a un equipo. Pero no siempre es verdad. O, por lo menos, no siempre tiene tanto mérito. La afición de la Real está incluso por encima de todo eso. Cuatro años luchando por no bajar. Una temporada que acabó con descenso. Y ésta con el no ascenso. Su ejemplar comportamiento es un modelo, es un motivo más para sentir orgullo de estar junto a la Real Sociedad. El club, sus dirigentes, sus técnicos y sus jugadores tienen una deuda con los aficionados que nunca podrán pagar. Una deuda que crece con cada tarde triste que nos ofrecen, con cada decepción que resistimos. Pero que estén tranquilos. No hay nada que nos pueda llevar a abandonar a este equipo.

Cuando uno ve lo que sucede en otras ciudades cuando sus equipos bajan o no ascienden, cuando las cartas no son buenas o cuando las derrotas llegan incluso en buenos momentos de las temporadas, el sentimiento de orgullo crece todavía más. Porque para nosotros lo primordial será siempre la Real, apoyar al equipo, soñar con él. Por muy decepcionados que nos sintamos, por muy tristes que nos quedemos al finalizar de cada temporada. Siempre con el equipo. Así somos, ya nadie nos va a cambiar. La Real nunca ha dejado de sentir el calor de su gente, a pesar de la distancia que en Anoeta marca la pista de atletismo. Nunca ha escuchado más pitos que aplausos. A veces me pregunto si los jugadores de la Real son conscientes de la afición que tienen. Me consta que sí, y estoy seguro de que los que vienen de fuera podrán contarles muchas historias de signo totalmente contrario.

Anoeta recibió al equipo aquel ya lejano 26 de agosto de 2007 con aplausos, a pesar de que la última vez que lo habían visto se consumó el descenso a Segunda. Anoeta despedió con aplausos a sus jugadores el 15 de junio de 2008, a pesar de que se había certificado la decepción de no subir a Primera habiéndolo tenido tan cerca. Siempre aplausos. Siempre una palabra de ánimo. Siempre una presencia reconfortante. La deuda crece, porque en los últimos años el equipo no ha podido o no ha sabido corresponder a ese apoyo. No ha ofrecido alegrías, no nos ha dado motivos para recuperar la sonrisa. Pero ahí estamos siempre, desde la cercanía o desde la distancia, desde Anoeta o en nuestras casas, por la tele o por la radio. Todos sentimos la Real y lo hacemos en la medida de nuestras posiblidades.

No deja de ser curioso que cuanto mayor ha sido la movilización de la afición realista peor ha sido el resultado deportivo. En todos los partidos en los que se han movilizado miles de seguidores, la Real ha acabado perdiendo. Sucedió en Soria, en Gijón y en Vitoria. Sobre todo en Vitoria. Un palo más para una afición incansable y muy baqueteada por los sinsabores de su equipo. Pero ni los duros viajes de vuelta a casa con una derrota a cuestas podrán con nosotros. En todos los campos se han visto realistas. En Cádiz, en Salamanca, en Tarragona, en Tenerife. Y en los desplazamientos másivos de miles y miles de realistas no hubo que lamentar el más mínimo incidente. Eso es grandeza y, con lo que vemos en otras ciudades, con otros equipos, es otro motivo más de orgullo. También lo fue recibir en Donosti a seguidores de otros equipos, miles como en el caso del Numancia o del Sporting, muchos como en el caso del Celta, o unos pocos como en el caso del Córdoba. Siempre bienvenidos.
-
Anoeta padeció durante la primera vuelta el varapalo del descenso. La asistencia bajó considerablemente con respecto a los partidos de Primera que siempre había vivido este estadio. Badiola se marcó como un objetivo primordial que la gente volviera a Anoeta. Y lo consiguió. Ya lo creo que lo consiguió. Incluso logró que los niños se ilusionaran otra vez con este equipo, colocando 7.000 silas en la pista de atletismo para que vieran a la Real de forma gratuita. Les pidió que dejaran, siquiera por un momento, sus camisetas del Arsenal, del Manchester United o del Barça y se enfundaran la de la Real. Y consiguió que, para ver un Real Sociedad - Córdoba, Anoeta registrara la mayor asistencia de sus quince años de vida. Fuimos 32.564 las personas que fuimos a soñar con el ascenso y salimos con la decepción de seguir en Segunda. Pero volveremos.
-
Hoy lloramos con nuestro equipo porque sigue en Segunda, pero eso no lo sacará nunca de nuestros corazones. Las lágrimas de hoy se convertirán mañana en sonrisas. Lo merecemos.

1 comentario:

Rubén dijo...

Pues sí, la afición ha estado siempre ahí y seguirá estándolo. Es un bien del club que nunca podrán embargar pese a las deudas. Y quizá en más de una ocasión la afición debería de haber sido más crítica con los jugadores. Somos demasiado bonachones para lo poco que recibimos a cambio. No he visto en el campo, la misma entrega que en las gradas. Y termina siendo frustrante.

Espero que nos den una ilusión pronto. Ya nos lo merecemos.

Un saludo!