lunes, noviembre 19, 2007

Si la Real se queda con diez, casi seguro pierde puntos

Si hace una semana recordábamos las catastróficas estadísticas de la Real cuando tenía que jugar contra diez o menos jugadores, ahora toca darle la vuelta a la situación y repasar los datos de la Real cuando sufre una expulsión. Y las estadísticas son igualmente catastróficas, aunque éstas parecen tener más lógica que las anteriores. Al final a la Real parece que le da igual quedarse con diez o que sea el rival el que sufra una expulsión. El resultado es igualmente negativo en la mayoría de las ocasiones. Desde que el equipo txuri urdin se quedó a las puertas de ganar la Liga, ha jugado 20 partidos en inferioridad. De ellos, sólo ha sido capaz de ganar tres, ha empatado cinco y ha perdido 12.

En esos 20 partidos jugados, la Real se ha dejado por el camino nada menos que 14 puntos. Los goles revelan que la inferioridad es una losa inmensa para la Real. Con menos jugadores sobre el campo que el rival, sólo ha marcado tres goles y sólo uno sirvió para ganar un partido. Por contra, la Real ha encajado nada menos que 18 goles, Los rivales sí sabe aprovechar la inferioridad de la Real. De hecho, la media es de un gol cada 22 minutos con diez jugadores. O lo que es lo mismo, que el cuadro txuri urdin no es capaz de aguantar más que 22 minutos de media sin encajar un gol después de ver una tarjeta roja. El partido de Tarragona nos dejó con inferioridad 45 minutos. Era cuestión de tiempo que llegara el gol...

De las tres victorias, dos tuvieron mérito. La última fue la temporada pasada, en Anoeta ante el Mallorca. Con 2-1 en el marcador, la Real jugó más de 20 minutos con diez. No sólo aguantó el resultado, sino que mató el partido con el tercer gol, ya en el descuento, un golazo de Xabi Prieto. En la temporada 2005-2006, la Real ganó en Zaragoza 0-1. Auguantó las acometidas de los maños unos 20 minutos y logró mantener la victoria. En la 2003-2004, en el partido en Anoeta ante el Atlético de Madrid, Alkiza vio la tarjeta roja en el 90. El 1-0 que señalaba el marcador no se vio alterado en el descuento, apenas unos minutos en los que no se notó esa inferioridad.

Esos son los días buenos. Los malos son muchos más. Uno de los peores fue, sin duda, el partido de Copa en Málaga del año pasado. Con 1-1 en el marcador, la Real se quedó con nueve y encajó nada menos que tres goles. Misión imposible para la vuelta y el equipo donostiarra una vez más eliminado de la Copa en primera ronda por equipo de inferior categoría. En esa misma campaña, el Zaragoza ganó 1-3 en Anoeta y marcó sus tres tantos ante una Real que jugó con diez jugadores 60 minutos. El Barça, en la temporada 2005-2006 anotó dos goles en el Camp Nou, hasta redondear un 5-0, después de que la Real se quedara con uno menos en el minuto 68.

En esa campaña 2005-2006, la pesadilla de la Real en este aspecto del juego fue el Sevilla. Los realistas acabaron con nueve jugadores sobre el campo tanto en el Sánchez Pizjuán como en Anoeta. En Sevilla, la Real ganaba 0-1 cuando se quedó con diez, iba 2-2 cuando se quedó con nueve, y acabó perdiendo 3-2. En San Sebastián, el resultado era de 0-0 cuando se produjo la primera expulsión. Aquel día, la Real marcó su gol, con el partido ya perdido, cuando tenía nueve hombres sobre el campo. Fue un gol en propia puerta después de un jugadón de orgullo de Gari Uranga.

Orgullo. Interesante palabra. Valdría la pena recordarle su significado al equipo que ahora deambula por la mitad de la tabla de Segunda División y que el domingo recibe en Anoeta al líder de la categoría...

No hay comentarios: