Este es el penalti que provocó el 1-0 de la pasada temporada. |
Rompiendo costumbres, para este último encuentro Moyes ha facilitado una lista de 20 jugadores. Viajan, por tanto, todos los disponibles del primer equipo, más los potrillos Snaz y Capilla, que ya estuvieron citados la pasada jornada, el primero todavía a la espera de debutar y el segundo dispuesto a jugar su tercer partido con el primer equipo. Regresan al grupo los tres sancionados de la pasada jornada, Rulli, Pardo y Granero. En la lista de bajas, a Zurutuza y Estrada se suma también Xabi Prieto, que pasa por el quirófano para solucionar sus molestias de tobillo y estar a punto para el comienzo de la próxima pretemporada. Los dos descartes, como es habitual, se conocerán prácticamente al mismo tiempo que el once inicial. Uno de los centrales será uno de ellos, y el otro es la incógnita que presenta la última lista de la campaña del técnico escocés.
Viendo los movimientos que hay en la convocatoria, por fuerza habrá novedades en el once de Moyes, aunque el escocés confirmara en su comparecencia ante la prensa que apostará por los jugadores del primer equipo y no por los potrillos, con lo que el equipo no tendrá un aspecto revolucionario. En principio, Rulli volverá a colocarse bajo los palos. En la defensa repetirán Carlos Martínez y De la Bella como laterales e Iñigo Martínez y Mikel González como centrales, pero nada se puede descartar, siendo Iñigo el único verdaderamente seguro. Por delante de ellos, Pardo jugará sin lugar a la duda, y la ausencia de Xabi Prieto invita a pensar que junto a él estará Markel y que Granero podría jugar más adelantado, aunque se juega el puesto con Chory Castro y Canales. Dos de ellos acompañarán a Vela en la línea de centrocampistas ofensivos. Y por delante de ellos habrá un nueve, siendo difícil aventurar si este será Finnbogason, como ha venido siendo en las últimas semanas, o Agirretxe.
La jornada no tiene mayor misterio clasificatorio. La Real terminará la temporada en la posición que ocupa, la duodécima que ahora mismo le dan sus 43 puntos. Su rival, el Rayo, es décimo con 49 y tampoco se juega nada, está a tres puntos de la séptima plaza pero los averages en caso de posibles empates no le dan opción alguna de lograr el billete europeo que daría en caso de victoria del Barcelona en la final de Copa. El equipo txuri urdin sí tiene el objetivo de no acabar la temporada como peor equipo a domicilio, sumando once puntos y una sola victoria, el 0-1 logrado precisamente en tierras madrileñas, en Getafe. Para ello está obligado a sumar más puntos que el Córdoba en su visita al Eibar. El equipo de Moyes no ha llegado bien al tramo final de la Liga, sólo ha ganado uno de los últimos nueve partidos y lleva dos derrotas consecutivas. El Rayo ha ganado ocho de los 18 partidos jugados en su estadio y acumula cuatro jornadas sin perder, sumando ocho de doce puntos posibles. La última de sus ocho derrotas en Vallecas fue el 0-2 ante el Real Madrid de la jornada 30.
Rayo Vallecano y Real Sociedad han jugado un partido liguero en 18 ocasiones y la barriada madrileña, un escenario formidable para la afición realista, nunca ha sido en cambio un buen escenario para el equipo txuri urdin. En Primera han sido quince los encuentros, con un balance claramente favorable a los vallecanos, que ganaron nueve de ellos. La Real sólo arrancó tres victorias y otros tantos empates. El triunfo más claro fue el 0-4 de la temporada 1978-1979, con dos goles de Satrústegui y uno de Idígoras y López Ufarte. La mayor goleada sufrida es el 4-0 de a temporada 2011-2012. En Segunda División sí hay igualdad absoluta: tres partidos, una victoria para cada equipo (0-1 para la Real en la temporada 1966-1967, en el primer duelo entre ambos equipos, y 4-1 para el Rayo en la 2008-2009) y un empate (3-3 en la 2009-2010). Siempre que la Real ha marcado dos o más goles ha sacado al menos un punto de Vallecas, siempre los tres si esa circunstancia se ha dado en Primera División.
La pasada campaña, la 2013-2014, la Real cayó derrotada por 1-0, en un partido horrible que marcó el punto más bajo de la temporada para el equipo de Jagoba Arrasate. La ínfima calidad del fútbol desplegado por ambos conjuntos no impidió que hubiera algunas ocasiones claras. En la primera mitad, de hecho, el Rayo estrelló dos balones en la madera de la portería de Bravo. En la segunda mitad fue la Real el equipo que asumió el mando del partido, con muy poco fútbol eso sí, y debió marcar en una ocasión clarísima para Agirretxe, que mando el balón fuera con el guardameta rayista, Rubén, lejos de su marco. La Real pagó cara su falta de ambición cuando en el último minuto Estrada Fernández imaginó un penalti de Bravo en una jugada en la que el chileno pareció no tocar a Jonathan Viera. El mismo atacante rayista transformó el penalti con seguridad y provocó que Arrasate, ya en el descuento, agotara los dos cambios que le faltaban por hacer, por supuesto ya sin tiempo para evitar la derrota.
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