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El once inicial del Sanse en el Cerro del Espino. |
Independientemente de los méritos adquiridos durante un partido, perderlo en el tiempo de descuento y con un gol de falta directa siempre es cruel. Eso es lo que le ha pasado al Sanse en su visita al Cerro del Espino, en un partido en el que pudo adelantarse en la primera mitad, pudo encajar de penalti todavía en la primera y en varias ocasiones en la segunda, con Tena evitándolo, y se acabó volviendo a Donosti de vacío por culpa de ese gol postrero. Es cierto que en la segunda mitad fue el Atlético de Madrid B el equipo que más lo intentó, y que los cambios de Asier Santana no le dieron al equipo las soluciones que esperaba, pero es duro caer de esa forma. La derrota del equipo txuri urdin tiene su peor consecuencia en que podría haber metido una importante distancia con respecto al conjunto colchonero y también sobre los puestos de descenso, y viene a confirmar la irregularidad del filial realista, aún a pesar de la buena racha con la que llegó a este partido.
Con las bajas por lesión de Etxabeguren, Hernández, Morgado y Kodro, y las ausencias de los dos potrillos que jugaron el viernes en Algeciras con el primer equipo, Zaldúa y Sangalli, a Santana no le quedaba mucho margen de actuación. Con Tena en la portería, Elustondo fue el lateral diestro, Diarra el izquierdo y Gaztañaga acompañó a Callens en el centro de la defensa, Sanz, Castro y Fuchs en el centro del campo, Oyarzun y Hervías en la bandas e Iker Hernández en punta. El partido tardó en arrancar y a los dos equipos les costó muchísimo llegar al área contraria en los primeros minutos. Hasta el minuto 10 no creó la Real su primer ataque de serio peligro, con un disparo de Castro desde la frontal que no cogió portería. La respuesta del Atlético llegó gracias a su dominio territorial, lo que le llevó a bordear el área de Tena y forzar algunos córners consecutivos sin llegar a disparar entre los tres palos.
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Segundo palo, éste impidió el gol de Castro. |
En la primera mitad, y con mucha diferencia, el realista más incisivo fue Hervías. Volvió loco a los rivales que le salían al paso por su banda izquierda, forzó bastantes faltas y metió buenos balones al interior del área, en juego y lanzando todos los córners desde su banda, pero le falto un poco de precisión para que alguno de ellos encontrara el remate de un Iker Hernández que se pasó todo el encuentro peleando contra molinos de vientos, contra dos centrales de mucha mayor envergadura. La mejor ocasión de Hervías llegó en el minuto 27, cuando recortó hacia la frontal del área y conectó un disparo que atrapó David Gil. Cinco minutos antes había sido Oyarzun quien se acercó al gol, y lo hizo con un magnífico disparo desde la frontal que repelió el palo. La madera volvió a impedir que el filial realista se adelantara, después de un sensacional centro de Elustondo que Castro envió al palo.
Con esos dos lanzamientos al palo se acabaron las ocasiones de la Real y sus opciones de conseguir la victoria en este encuentro. El Atlético se rehizo con el mando del partido y empezó a poner a prueba a Tena. El guardameta txuri urdin envío a córner el disparo con el que Rubén Mesa culminó una internada por la banda derecha en la que dejó en evidencia a Callens. En el minuto 38 los colchoneros tuvieron la mejor ocasión para adelantarse, al cometer Diarra un claro penalti por mano. Omar envió el balón al palo izquierdo de Tena, que había adivinado el lado por el que iba el balón pero que no habría tenido opciones de haber cogido portería. Con el 0-0 inicial acabó la primera mitad y, en realidad, la poca diversión que había tenido el partido. Los 45 minutos iniciales no habían sido especialmente buenos, pero la segunda mitad fue bastante soporífera.
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El penalti del Atlético, también a la madera. |
Tanto es así que en el primer cuarto de hora lo único destacable fue el golpe que se llegó Diarra en la nariz, que obligó a los médicos realistas a actuar para cortar la hemorragia que sufrió para que pudiera volver al campo sin consecuencias. Los dos entrenadores hicieron sus primeros movimientos al cuarto de hora. Santana, viendo que Iker Hernández no conseguía llevarse balones por alto, decidió meter en el campo a un Nanizayamo que, a pesar de su mayor altura, no estuvo ni cerca de lograr mucho más acierto en esa labor que el nueve realista. Iker retrasó su posición y el sustituido fue Castro. Con el paso de los minutos, se fue haciendo mucho más evidente que la Real no tenía salida por el centro del campo, y eso lo vieron incluso los jugadores, que constantemente buscaban a Gaztañaga, retrasado para ocupar una de las dos plazas de central, para que fuera él quien sacara el balón. Y Gazta lo hizo con mucho aplomo, sin descuidar además sus labores como defensa. Fue de lo mejor de la Real en el Cerro del Espino.
Reculando tanto la Real, el Atlético empezó a tener ocasiones. Las más claras llegaron de forma consecutiva en los minutos 62 y 63. Tena salvó la primera, de Héctor, que acababa de entrar en el campo, y después Omar lanzó el balón fuera con todo a favor para hacer el 1-0. Tena cada vez tenía más trabajo, tanto en los balones colgados al área como en los contragolpes que el centro del campo realista no sabía frenar y que obligaban al guardameta a salir por bajo, especialmente un mano a mano con Héctor en el minuto 78. Para entonces, Santana ya había agotado los cambios, colocando primero en la banda a Barcina en lugar de un Hervías que perdió protagonismo en la segunda mitad y después en el centro a Ozkoidi en lugar de un Fuchs que pareció pedir el cambio por precaución. Los cambios dieron un mínimo respiro a la Real, pero aún así no llegó a tener ninguna ocasión de gol clara en la segunda mitad. La única reseñable, un cabezazo que no llegó a conectar Iker Hernández al saque de un córner porque atrapó el balón David Gil.
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Con el lanzamiento de esta falta ganó el partido el Atlético. |
El partido se le marchó finalmente a la Real a balón parado, y con advertencia previa. En el minuto 85, Tena tuvo que hacer un paradón para responder al lanzamiento de falta de Iván Sánchez, que lamió el larguero antes de marcharse a córner. Y ya en el descuento, fue Vicente el que probó suerte, encontrando el fondo de la portería de Tena y dando al Atlético los tres puntos. La falta que originó el gol fue bastante rigurosa, a pesar de que le costó la tarjeta a Gaztañaga. De hecho, lo que en la primera parte fue un arbitraje modélico en la segunda se convirtió en uno casero, señalando las mismas faltas sólo en una dirección. Iker Hernández fue uno de los realistas más molestos con la actuación del colegiado y tuvo algún que otro desacuerdo con uno de sus asistentes. A la Real no le dio tiempo ni a buscar el empate, y tras encajar el gol que sería definitivo sólo estuvo mínimamente cerca del gol en una internada de Elustondo que acabó atrapando el meta del Atlético. Quizá la Real mereció perder por su floja segunda mitad, que hizo olvidar sus dos palos de la primera mitad, pero sigue siendo cruel caer así.
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