lunes, enero 14, 2008

Frentismo

Es curioso. Todos pensábamos que las elecciones y la salida del Consejo de Denonerreala podían poner fin a la crispación que rodeaba a la Real y no ha sido así. Tampoco va a ser así en un futuro cercano. Y la clave no está en quién manda en la Real. La clave está en los frentes que se organizan y que son tan cambiantes como el tiempo. La clave está en los medios de comunicación, que parecen poner por encima de su función de informar el deseo absoluto de tener la razón, de ver sus tesis refrendadas, de poseer la razón absoluta en cada momento. Y para ello, hay que ser de uno o de otro, hay que atacar al uno o al otro, y no importa si en el camino se ha cambiado cien veces de parecer, se han dicho cosas que apenas semanas antes pudieran ser inverósimiles o, incluso, se han publicado mentiras o medias verdades.
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Esta temporada en Segunda División está siendo un ejemplo demasiado claro de todo esto que digo. No voy a poner nombres, allá cada cual con su conciencia. Pero es increíble lo que uno tiene que ver y leer durante estas fechas. En el ya lejano verano de 2007, casi todo el mundo recibió a Chris Coleman con ilusión, pero desde la derrota en la primera jornada de Liga comenzó a recibir críticas muy duras, algunas de ellas desmedidas puesto que ignoraban la parte buena de su trabajo (sobre todo, que la Real se ha convertido en un equipo muy fiable en defensa con los jugadores que hace dos años formaban la retaguardia del Sanse). Todo tenía que ser blanco o negro, y normalmente era negro.
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Pero entonces apareció Iñaki Badiola en escena y las declaraciones del técnico galés de irse con el Consejo que le trajo o si le imponían cinco fichajes permitieron a unos cuantos utilizarle como estilete contra el entonces candidato presidencial. Para ellos, tocaba alabar desmedidamente el trabajo del galés (tarea que siguen cumpliendo, con más empeño incluso, ahora que Badiola ya es presidente de la Real, no hay más que leer los análisis sobre su permanencia en la Real o algunas crónicas del último partido). En las fechas previas a las elecciones, los defensores de Badiola, en cambio, estaban obligados a censurar, aún más si cabe, lo que hiciera el galés. Pero Badiola descolocó a todos cuando dijo que quería que Coleman siguiera. Eso provocó cierto descenso de las hostilidades.
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Pasado el tiempo y, sobre todo, las elecciones ya hemos recuperado el nivel anterior a esa cita con las urnas crucial en la historia reciente del club. Ahora, unos dicen que la no convocatoria del primero de los fichajes de Badiola, Fran Mérida (jugador que, no lo olvidemos, había participado en dos entrenamientos nada más), era un pulso de Coleman al presidente. Otros dicen que la victoria de la Real fue una reivindicación del modelo que defiende el entrenador por encima del modelo de Badiola. Y lo más gracioso de todo: quienes decían que el equipo que empezó la temporada no iba a ser capaz de regresar a la Primera División y que miraban la distancia con los puestos de descenso a Segunda B ahora dicen, cuando ven a la Real a un punto del ascenso, que les estaba haciendo ilusión ver a tantos canteranos competir por ese objetivo.
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En esta guerra de opiniones cambiantes, cualquiera puede cruzarse. Al comienzo de la temporada fue Xabi Prieto. Muchos decían que era imprescindible traspasarle, que no ponía en los partidos todo lo que había que poner, y ahora considerarían uno de los grandes logros de Badiola que le renovara y ven en sus interminentes apariciones trazas de gran capitán. Antes y ahora fue Gerardo. Al principio de la temporada sirvió para criticar al Consejo y a Coleman. Fijáos en Gerardo, decían, que éstos querían descartarle y ya ha marcado tres penaltis. Pero ahora resulta que el partido de Salamanca se perdió, dicen, por su culpa, por perder un balón en el centro del campo y (no) hacer el penalti del minuto 94. Alguno llegó a escribir que Gerardo es el paradigma del jugador que no debe fichar la Real. ¿Y qué vamos a decir si finalmente viene Martí? ¿Tan distinto les parece el perfil del todavía jugador sevillista? No importa, dírán lo que convenga.
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Empiezo a estar realmente cansado de este frentismo absurdo e inútil. Porque lo más gracioso es que quienes más provocan ese frentismo más se reivindican después como realistas de los de verdad y hablan de aquello de ir todos juntos por el ascenso. Yo no necesito reivindicar que soy realista. Mi sufrimiento cada semana frente al ordenador, escuchando la retransmisión de cada partido por Internet, habla por sí solo. Y quien me ha visto presenciar un partido de la Real sabe lo realista que soy. De lo demás empiezo a estar realmente harto.
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¡Aupa Real! ¡Gora Erreala!

2 comentarios:

BETIALAI dijo...

Lo que ocurre a mi juicio, Juan, es que la gente se ha acostumbrado a que desde hace mucho tiempo le vendan humo. Ese humo era gris, o negro si quieres, y ahora el vendedor de turno ha presentado uno nuevo, de colorines; y ante éso muchos se confunden y se ilusionan y otros perciben que, en el fondo, sigue siendo humo y se rebotan porque les da lo mismo uno que otro y puestos a elegir prefieren el que ya conocen y con el que se sienten familiarizados. Yo, personalmente, no puedo confiar en alguien que ha cambiado tropecientas veces de opinión y de criterio en apenas dos meses y esta falta de confianza no tengo más remedio que hacerla extensiva tanto a Badiola como a Coleman. Las bravatas, con posterior bajada de pantalones no suelen ser, precisamente, muy edificantes.

gorka dijo...

ya lo dice el refran: mas vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
En serio alguien se creia que iba a venir un salvador con dinero a ayudar a la real sin sacar nada a cambio?la madre teresa de calcuta era la que se encargaba de esas cosas y ya murio.
Para los soñadores, este badiola no es mas que un piterman euskaldun, de momento no ha soltado un duro de los cientos de millones que traia y el mercado invernal se esta acabando...