Dado que la Real ha viajado directamente a Barcelona desde Mónaco, la convocatoria de base debía ser exactamente la misma que en el reciente partido de Europa League, 25 jugadores. No obstante las secuelas del partido continental hacen que la cosa haya cambiado. Merino y Silva no estarán por lesión, de la misma manera que Aritz tendrá que cumplir el primero de los dos partidos de sanción que le han impuesto. Isak, en cambio, sí estará ante el Espanyol, a pesar de tener también con molestias el partido contra el Mónaco. En todo caso, y en previsión de que no pueda jugar o no pueda estar en los 90 minutos, Imanol ha decidido llamar a Lobete. Los dos descartes del choque de la Europa League, Illarramendi y Guridi, tienen papeletas para estar en el grupo. Los ausentes por lesión que han permanecido ya en Donostia son Monreal y Carlos Fernández.
Está por ver cómo gestionará Imanol las secuelas del choque europeo del jueves y qué once sacará. Parece más que probable que Remiro recupere su lugar bajo palos, con una defensa en la que Zubeldia, si está para jugar desde el inicio, o Pacheco cubrirán la ausencia de Aritz junto a Le Normand. Los laterales presumiblemente volverían a rotar, y serían Gorosabel y Rico quienes los ocuparan, aunque tampoco se puede descartar que Aihen siga en el izquierdo. En el centro del campo, Guevara tiene opciones de entrar junto a Zubimendi, sin descartar a Turrientes. La solución más sencilla para solventar la baja de Silva sería repetir el esquema de la segunda mitad en Mónaco, con lo que estarían Oyarzbal y Januzaj flaqueando bien a Sorloth o bien a Isak si sus molestias lo permiten. En teoría, para el banquillo quedarían Ryan, Zaldua, Illarramendi, Guridi, Robert Navarro, Portu, Barrentexea y Lobete.
Con su empate ante el Valencia la Real perdió el liderato de la Liga, ahora mismo es segunda con 29 puntos, uno menos que el líder, el Real Madrid, y uno más que el Sevilla, tercero, ambos con un partido menos. Su rival, el Espanyol, arranca la jornada en la undécima posición con 17 puntos, seis por encima del descenso y a solo tres de la séptima plaza. En Liga, el equipo txuri urdin sigue manteniendo una racha de trece jornadas sin perder, a pesar de haber conocido la derrota en la Europa League para poner fin a un tramo de 17 partidos sin ser derrotada. Solo el Real Madrid ha sumado más puntos a domicilio que la Real, que ha logrado catorce, con cuatro victorias y dos empates y ha marcado en todos los encuentros. El Espanyol tiene los mismos números como local: cuatro triunfos, una derrota y dos igualadas, En tres de sus victorias ha dejado su portería a cero, y en casa solo ha encajado cuatro goles, una cifra que solo mejoran la propia Real (uno) y el Rayo Vallecano (tres).
Espnayol y Real Sociedad se han visto ya las caras suelo barcelonés y en partido de Liga, de Primera, en 70 ocasiones. Doce se decantaron del lado de los donostiarras, 35 de los catalanes y las 23 restantes finalizaron con empate. Eso sí, desde el último ascenso txuri urdin, en 2010, igualdad absoluta: cuatro victorias para cada uno de los dos equipos y dos empates. Precisamente, la mayor goleada de la Real llegó en esos años, 0-5 en la temporada 2015-2016 con dos goles de Jonathas, y uno de Vela, Oyarzabal y Reyes. La Real nunca ha logrado una victoria más amplia en Primera y a domicilio. El 8-0 de la campaña 1941-1942 es el marcador más abultado que ha logrado el Espanyol ante la Real. El cuadro estadístico lo completan dos partidos más, el empate a dos en Segunda División de la temporada 1962-1963 y la victoria de la Real por 1-2 en la fase de permanencia de la 1954-1955.
El último precedente fue hace dos temporadas, en la 2019-2010, t el equipo de Imanol logró una gran victoria en el estadio del Espanyol. Pasado el cuarto de hora, William José adelantó al equipo txuri urdin finalizando una sensacional jugada al primer toque que empezó con un pase largo de Merino y una portentosa asistencia de Oyarzabal desde la izquierda. El segundo, a los 34 minutos, también lo hizo Willian José, esta vez a pase de Portu y tras otro balón largo, esta vez de Odegaard. A menos de veinte minutos para el final, un autogol de Zaldua, tocando el balón casi a bocajarro para sorprender a Moyá, podría haber puesto algo de emoción al desenlace del encuentro, pero en la siguiente jugada Isak robó el balón al último defensor del Espanyol y emprendió una carrera que finalizó superando por bajo la salida de Diego López para poner el 1-3 definitivo en el marcador.
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