En aquel día feliz del ascenso de hace poco más de tres años, Martín Lasarte dijo aquello de "no se desunan, juntos pueden conseguir grandes cosas". Era un análisis social y no futbolístico, pero ese es justo el que se puede aplicar a la Real que no hoy supo pasar del empate a cero ante el Málaga. Porque los síntomas de que hay algo grande sobre el campo están ahí, en los nombres y en los gestos, en algún corte de Iñigo Martínez, en algún centro de Carlos Martínez, en algún control de Xabi Prieto, o en algún movimiento de Agirretxe. Pero falta unión en las piezas. La Real dio la impresión de ser un equipo en formación cuando ya ha demostrado que no lo es. Y, por fácil que sea la vista atrás, no da la impresión de que la responsabilidad esté en el capitán del barco. Jagoba Arrasate dio mensaje claros con su alineación, pero los escogidos no respondieron. Da la impresión de que las explicaciones están ahí. Cuando los jugadores se den cuenta otra vez de lo que pueden hacer unidos, volverá el equipo capaz de deslumbrar que vimos la temporada pasada... y también en ésta.
No se puede reprochar nada a la alineación de Arrasate. El mensaje con el cambio en los laterales era claro: buscaba profundidad, movimientos ofensivos y frescura en el once tras la exigencia del partido de Champions League. Mantener a Pardo sonaba a premio por ser de lo mejor del choque ante el Shaktar y colocar a Chory Castro en el once era un toque de atención a sus despistadas estrellas, Griezmann en este caso (aunque podría haber sido Vela el suplente sin ningún problema). Pero no funcionó. Es verdad que las lesiones pasan factura, por los ausentes pero sobre todo por la falta de ritmo de algunos jugadores. No menos cierto es que Teixeira Vitienes no sólo es un mal árbitro, sino también uno que disfruta en los ambientes de provocación (es imposible entender de otra forma una tarjeta amarilla a Xabi Prieto por protestar) y que colaboró en el desánimo general que produjo el partido. ¿Esas son las causas de la ausencia de chispa, la falta de gol y una sensación de plomo en las piernas más aparente que real? Puede ser. Pero si los realistas se unen otra vez, las cosas saldrán.
La primera parte fue un reflejo de todos los defectos que se pueden entresacar del fútbol que tiene la Real y los peligros que tiene su propia filosofía. Los primeros 45 minutos fueron pesados, plomizos, aburridos y fríos. Y eso que el arranque prometía algo diferente, porque los de Arrasate no entraron mal al partido. Chory se movía con chispa por la banda y la estrategia generaba inquietud en la defensa del Málaga, además viendo el trabajo que sin duda se ha hecho en Zubieta. En el minuto 7 una muy buena falta lateral botada por Pardo dejó solo en el segundo palo a Mikel González, que optó por el disparo en lugar de volver a colocar la pelota en el interior del área y no consiguió sorprender a Caballero. La Real volvió a generar peligro a los 19 minutos, esta vez desde la esquina, pero fue un peligro ficticio. Con un saque cerrado, Iñigo Martínez encabezó el pelotón de jugadores que quiso rematar la jugada, pero lo hizo con la mano. Un movimiento absurdo no sólo por la enorme claridad de la infracción, sino también porque evitaba un posterior rebote o remate y le cargaba con una amarilla peligrosa.
Ahí se acabó todo lo bueno, escaso, que pudo hacer la Real en su decepcionante primera mitad. Y no es que el Málaga hiciera nada especialmente arrollador, pero le bastó para generar una doble ocasión casi a renglón seguido del tanto anulado que sembró inquietud en la grada y en el equipo. Bravo respondió con categoría a un disparo de Portillo desde la frontal del área y el posterior saque de esquina lo remató fuera Sergio Sánchez. En ambos casos, Markel ejerció de espectador de lujo. Como ni Real ni Málaga eran capaces de juntar dos pases que sacaran al espectador del sopor que provocaban sus continuos errores en el pase y en la colocación (qué fácil recibían los jugadores malaguistas, incluso en saques de banda), Teixeira Vitienes decidió convertirse en protagonista del partido, afortunadamente sin incidencias serias en el marcador. Cuando se ve a un árbitro señalar saque de puerta en una jugada en la que un jugador del Málaga trata de evitar el córner y añades además una tarjeta por protestar a uno de los futbolistas más correctos de la Liga en el trato con el colectivo arbitral, Xabi Prieto, que además es el capitán, se evidencia una actitud provocadora.
La segunda mitad fue algo más movida que la primera y los dos equipos estuvieron más cerca de marcar. No especialmente por sus méritos colectivos, todo hay que decirlo, porque el partido mantuvo un bajo nivel técnico y táctico en todo momento. Pardo, que fue de lo más rescatable de la primera mitad, fue diluyéndose con el paso de los minutos, por cansancio propio y por falta de ayudas. Y sin Pardo desapareció la poca salida de balón que ya tuvo el equipo en los primeros 45 minutos. La única posibilidad eran los balones largos, y de uno de ellos nació, en el minuto 55, la primera ocasión clara de la Real en la segunda mitad, con una espléndida dejada de Xabi Prieto que permitió a Agirretxe enfilar la portería de Caballero. Su disparo, obstaculizado por un defensor malaguista, se abrió en lugar de cerrarse y no cogió portería. Cuatro minutos después, una falta botada por un José Ángel muy decepcionante salió muy cerca del larguero de un bien colocado Caballero.
De nuevo una decisión arbitral, esta vez equivocada, amenazó con cortar la aparente mejoría de la Real. Teixeira Vitienes, el mayor y el que más tarde subió a Primera, anuló por un inexistente fuera de juego una enorme ocasión de Vela que obligó a Caballero a realizar un auténtico paradón. Entre los fueras de juego, las absurdas faltas en ataque y una jugada que se quedó en el limbo incluso sin repetición televisiva en la que Agirretxe fue empujado dentro del área, contribuyeron a que el partido no fuera nada fluido Fue en ese momento cuando Arrasate decidió mover el banquillo. Y otra vez, como ya sucedió ante el Shaktar y, sobre todo, ante el Levante, dio la impresión de que ya había regalado algunos minutos de partido antes de hacerlo (no lo olvidemos, este fue uno de los males de la etapa Montanier que su sucesor en el banquillo realista parecía haber corregido en sus primeros encuentros). En su descargo, hizo un doble cambio. Zurutuza y Griezmann entraron por Pardo (al que sin duda le pesó también la injusta tarjeta amarilla que le mostró el lamentbale colegiado) y un Chory Castro desparecido tras sus primeros gambeteos iniciales.
¿Funcionó? A medias. No se puede decir en absoluto que la Real jugara bien, ni siquiera en este tramo final, pero es indudable que en la segunda mitad tanto Xabi Prieto como Vela estuvieron más enchufados en el partido, la entrada de Griezmann se notó y se generaron llegadas de peligro que bien podrían haber dado el triunfo al equipo txuri urdin. Por supuesto, y como consecuencia del paso de los minutos y la distancia entre líneas, también el Málaga las tuvo. Puede que incluso más claras, aunque hubiera sido un premio injusto para un equipo que se pasó toda la segunda mitad perdiendo tiempo. La ocasión más clara de la Real la tuvo Griezmann, que cabeceó francamente mal un magnífico pase de Xabi Prieto, y Seferovic, último cambio de Arrasate por Agirretxe, desperdició en la última jugada del partido una llegada similar con un testarazo aún peor. El Málaga, en cambio, tuvo más llegadas, pero sólo exigió a Bravo en una, en la que el chileno respondió con una formidable parada abajo, a su izquierda, en un potente disparo de Santa Cruz que se acabó estrellando en el lateral de la red.
Con este empate, la Real constata que en este tramo de la temporada no tiene pólvora. Desde la mágica noche en Anoeta ante el Olympique, encadena cinco partidos sin ganar, con tres empates y dos derrotas, y apenas dos goles marcados, ninguno de ellos en los últimos tres partidos. La causa está en que la Real no tiene ahora mismo la velocidad que sí tenía hace un mes o que mostró en la segunda mitad de la temporada pasada. Llega a generar ocasiones, pero mucho más previsibles. Y sus hombres gol no están en forma o acaban de salir de lesiones. ¿Preocupación? La justa y necesaria, porque, como todo, hay otra forma de interpretar las señales. No se puede negar que hay detalles. Que Vela en algún momento sí ha impresionando a la defensa del Málaga, que Xabi Prieto ha tenido un par de controles maestros, que Griezmann sumó sensación de peligro. Todo eso no vale, por supuesto, hace falta más chispa, más acierto y más unión. Pero que nadie olvide que la pasada temporada también arrancó mal, en resultados y sobre todo en cuanto a juego. Las desgracias que acumula la Real hacen más difícil verlo, pero no es menos cierto. Cuando llegue el gol, volverá la confianza. Pero cuanto antes mejor.
2 comentarios:
Hola Juan! Soy Arnau del fb y "jefe" de un Blog de la Real Sociedad, como ya sabrás! Te parece bien el intercambio de enlaces. Yo te pondré en mi lista de blogs favoritos!!
Un saludo!
Arnau, ya te he incluido en mis links, perdona el retraso en contestarte, que he tenido unos días tremendos. Saludos.
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