Juanmi celebra su gol en Riazor, tercero de la temporada. |
Puede parecer sencillo esto de empezar la Liga marcando en las tres primeras jornadas, como ha hecho Juanmi ante Celta, Villarreal y Deportivo, , pero en la Real, en Primera División, es algo que solo se había producido en seis ocasiones antes de esta. Lo hizo Paco Bienzobas, el mítico primer máximo goleador de la Liga, en la temporada 1928-1929 (ante Athletic, Atlético de Madrid y Barcelona); Gastón en la 1949-1950 (Espanyol, Athletic y Nastic); Teré en la 1959-1960 (Valencia, Espanyol y Zaragoza); Villa en la 1961-1962 (Tenerife, Barcelona y Athletic); Karpin en la 1995-1996 (Atlético de Madrid, Sporting y Sevilla); y Kovacevic en la 2002-2003 (Athletic, Espanyol y Betis). Pero Juanmi es el primero que marca en esas tres primeras jornadas y colabora en tres triunfos de la Real.
La media por minutos jugados es apabullante. En la pasada Liga, Juanmi hizo 11 goles en los 1.831 minutos que jugó, lo que da una media de un gol cada 166,4 minutos. En la presente, lleva ya tres goles en 232 minutos. Uno cada 77,3 minutos. Para que nos hagamos una idea de lo que esto supone, no tenemos más que mirar a los mejores registros de la historia de la Real. En la temporada 1994-1995, Kodro hizo 25 goles, la mayor cifra de un jugador txuri urdin en Primera, en los 3.070 minutos que disputó, lo que supone un tanto cada 122 minutos. Nihat, en la 2002-2003, marcó 23 tantos en 3.001 minutos, uno cada 130,4 minutos. Kovacevic, en la misma temporada, 20 goles en 3.034, una diana cada 151,7. Satrústegui logó su mejor registro en la Liga 1978-1979, 20 goles en 2.589 minutos, uno cada 129,4.
El fútbol ha cambiado desde que estos goleadores marcaron época, pero Juanmi lleva un camino imparable. Sobre todo porque el malagueño no termina de ser un titular indiscutible en la Real. Este año sí ha arrancado la temporada siendo un fijo en el once en los tres partidos que lleva el equipo, pero la pasada campaña apareció en el equipo inicial solo en 19 de los 35 que jugó. Es impresionante lograr los números que tiene el realista con ese papel en el equipo, deslumbrando con sus desmarques de ruptura, marcando goles de pillo, con una calidad que descoloca a sus rivales y siendo un hombre gol que no juega de 9. Su imagen está ya unida para siempre a la historia de oro de la Real con aquel tanto en Vigo en el descuento que nos llevó a Europa por la puerta grande, pero su trayectoria empieza a ser sencillamente salvaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario