Vela, golazo en la última gran noche europea, ante el Olympique. |
Cojamos
únicamente la historia de la Real desde que dio el salto a Anoeta. En ese periodo
desde las finales de 1994, en esos 24 años, hasta seis equipos de la Liga
española han levantado al menos un título europeo. Los dos grandes no han
fallado, el Real Madrid ha ganado seis Champions y el Barcelona cuatro y una
Recopa. A eso hay que sumar las cinco Europa Leagues (dos todavía como Copa de
la UEFA) que ha ganado el Sevilla, las dos del Atlético de Madrid, la Copa de
la UEFA que levantó el Valencia y la Recopa del Zaragoza. Si sumamos la
presencia en finales, ya estamos hablando de diez equipos, sumando a Athletic
de Bilbao, Espanyol, Alavés y Mallorca. Y si bajamos un escalón más, hasta las
semifinales, hay que añadir a Celta, Villarreal, Osasuna, Deportivo y Tenerife.
Por
decirlo de forma clara, quince equipos españoles han jugado al menos una
semifinal europea mientras la Real solo ha sido capaz de alcanzar, en dos
ocasiones, los octavos de final. El equipo txuri urdin llegó a esa ronda en dos
de las cuatro participaciones europeas de esos años, en la Copa de la UEFA de
la temporada 1997-1998, con Bernd Krauss como entrenador y la triste noche del
asesinato de Aitor Zabaleta como cierre de una brillante competición a cargo
del equipo txuri urdin (recordamos poco que Darko Kovacevic fue el máximo
goleador de aquella UEFA a pesar de que la Real no llegara a las rondas
finales), y en la Champions League de la 2003-2004, con Raynald Denoueix en el
banquillo y aquella eliminación en Lyon ante un Olympique que superó con
relativa facilidad a la Real.
No
estamos hablando de imposibles. No se trata de logros al alcance de los clubes
más poderosos de la Liga. Hay tres equipos hoy en Segunda y uno más en Segunda
B que saben lo que es estar a las puertas de una final europea. La Real no. No
desde aquella traicionera actuación de un árbitro en Hamburgo nada menos que en
1983. Y eso desafía a toda lógica. La Real tiene que dar un paso estratégico
importantísimo, que es su presencia habitual en las competiciones europeas. Ese
primer paso ya lo ha dado, a punto de comenzar su tercera participación en
cuatro años en los torneos de la UEFA. Ahora queda pasear con grandeza el
nombre de la Real por el viejo continente. Nada de simplemente disfrutar. El
disfrute ya solo puede venir de hacer cosas grandes, de tener ambición y de aprobar por fin esta
asignatura pendiente.
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