Zurutuza, protagonista del 4-2 de la pasada temporada. |
Mucho se habla de las bajas del Real Madrid, como siempre dando la impresión de que los grandes juegan solos, pero quizá habría que destacar que Eusebio afrontará el encuentro con las ausencias de Carlos Martínez, Iñigo Martínez, Canales, Vela, Agirretxe y Jonathas, cuatro de los pilares de la Real que llegó a Champions y dos de sus fichajes más importantes de los últimos años. Casi nada. El central no va a poder celebrar su renovación jugando por un esguince de rodilla que complica incluso su participación en lo que queda de Liga. El mexicano es el único de estos jugadores que se perderá al partido por sanción, por acumulación de amonestaciones tras la que le enseñó Fernández Borbalán en Villarreal. Para suplir estas dos ausencias, Eusebio recupera a los dos jugadores que descartó por razones técnicas la pasada jornada, De la Bella y Granero. Bautista se mantiene en la convocatoria, junto a los dos jugadores del Sanse que ya están perfectamente integrados en la primera plantilla, Elustondo y Oyarzabal.
Viendo los cambios de hombres y de esquemas que ha venido desplegando Eusebio en los últimos partidos, y más aún ante equipos grandes o en estadios complicados, resulta muy complicado adelantar los planes del técnico realista, prácticamente en cualquier línea salvo en la portería, donde Rulli es fijo. Y a partir de ahí, muchísimas dudas. Da la sensación de que el esquema se parecerá mucho al de la pasada semana, con lo que Reyes estaría en el centro del campo, en principio por delante de Elustondo y Mikel, con Yuri y Zaldua como laterales. Markel e Illarramendi podrían repetir en el centro del campo. Por delante, son fijos Zurutuza y Oyarzabal, este probablemente como hombre más adelantado. Eusebio también tiene la opción de jugar con Bautista en punta, con lo que quien podría entrar en el once es Bruma. En principio, Oier, De la Bella, Héctor, Granero y Pardo estarán seguro en el banquillo de inicio.
Sin opciones ya de hacer gran cosa en la Liga, habiendo dicho adiós a Europa y con la salvación matemática conseguida con el empate de la pasada jornada en El Madrigal, la Real ocupa la duodécima posición en la tabla con 42 puntos. Diez por encima, Europa; diez por debajo, el descenso. Con lo cual, el tope de la Real está en la octava plaza, la que ocupa el Valencia con 44 puntos. Su rival, el Real Madrid, está inmerso en la lucha por la Liga, es tercero con 81 puntos, a uno tanto de Atlético como de Barcelona. La Real busca mejorar unos pobres números en Anoeta, ya que sólo ha sumado más como local que otros cuatro equipos de la competición. Y no es el Real Madrid el mejor de los visitantes para lograr esa mejora, puesto que los blancos han logrado 35 puntos lejos del Santiago Bernabéu y sólo han perdido en dos ocasiones como visitante, 3-2 ante el Sevilla y 1-0 ante el Villarreal. El Madrid suma nueve victorias consecutivas; la Real, un punto de los últimos nueve posibles, y sólo un triunfo en sus últimos cinco encuentros en casa, 1-0 ante el Barcelona.
Real Sociedad y Real Madrid se han visto las caras en Donostia en 68 ocasiones, siempre en Primera División, con un balance favorable al equipo madrileño, que ha vencido en 26 de esos encuentros, por 21 triunfos realistas y otros tantos empates. La mayor goleada txuri urdin es el 6-2 de la temporada 1950-1951, con tres goles de Igoa y uno de Caeiro, Epi y Basabe. Por contra, la derrota más abultada es el 1-5 de la temporada 1992-1993, el último de estos choques disputado en Atotxa, aunque el Madrid hizo un gol más en el 3-6 de la campaña 1953-1954. En Anoeta, la igualdad es total, con siete victorias para cada uno y cinco empates en los 19 partidos que se han jugado en dicho estadio. Desde el ascenso, la Real acumuló cuatro temporadas consecutivas sin lograr el triunfo ante el Madrid, racha que rompió la pasada temporada.
En ese encuentro de la 2014-2015, la Real protagonizó una vibrante remontada, que debió ser el punto de inflexión de la temporada tras el paupérrimo inicio, con la eliminación europea en Krasnodar y la derrota en Ipurúa en el primero de estos derbis guipuzcoanos jugados en Primera, pero fue un oasis. Se olía goleada blanca cuando a los diez minutos el Real Madrid ya ganaba por 0-2, tantos de Ramos de cabeza a la salida de un córner y de Bale tras una gran jugada. Pero los blancos perdonaron y la Real reaccionó. Lo hizo en la primera parte, cuando Iñigo Martínez recortó distancias con un gol de raza y con un Zurutuza estelar empatando de cabeza y jugándose el tipo. El propio Zurutuza, partidazo el suyo, le dio la vuelta al marcador a los veinte minutos de la reanudación y Vela, que entró en la segunda mitad, puso la guinda con el 4-2 definitivo, rememorando un resultado inolvidable que ya había logrado en las temporadas 1997-1998 y 2002-2003, ambas con clasificación europea final como premio. Pero esta vez sólo fue un espejismo. Feliz, pero espejismo por desgracia.
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