Aunque parecía que Imanol se iba a guardar sus cartas hasta el final finalmente hubo convocatoria en la víspera. Y sin buenas noticias. Silva no estará ante el Barcelona, lo que abre las especulaciones sobre su estado de forma antes de la final de Copa, y a pesar de que el técnico se mostró confiado en contar con él para esta jornada. Sí recupera a los otros dos tocados, a Zubimendi y a Carlos Fernández, el primero ausente por completo del partido en Granada, el segundo tocado y presente en la grada aunque sin opciones de jugar ni siquiera con el marcador en contra que se trajo la Real de su última salida, Monreal se mantiene entre las bajas médicas junto con Moyá, Aritz, Zaldua, Guridi y Sangalli. Manteniendo la tónica de las últimas semanas, ningún jugador del Sanse completar la lista más allá del portero que guarde las espaldas de Remiro, que en esta ocasión será Marrero y no Ayesa como ha sido más frecuente hasta su lesión.
Da la sensación de que, a pesar de la cercanía de la final de Copa, Imanol tratará de alinear ante el Barcelona al mejor once posible, sin ninguna rotación entre lo que lleva, con los movimientos más o menos habituales. Remiro estará bajo palos, con una defensa formada por prácticamente todo lo que tiene el técnico por las ausencias: Gorosabel y Aihen en las bandas y Le Normand y Zubeldia en el centro. Illarrmanedi Guevara y Merino formarán el centro del campo. Y en ataque formarán seguro Oyarzabal e Isak, con Januzaj y Portu jugándose la última plaza del once, con más opciones para el belga. Cualquier otro cambio en el once sería sorprendente y, a la vez, podría fomentar teorías sobre el once titular de la final de la Copa que ya está a la vuelta de la esquina. De esta manera, para el banquillo quedarían Marrero, Sagnan, Zubimendi, Roberto López Merquelanz, Barrenetxea, Carlos Fernández y Bautista.
La clasificación muestra que estamos ante un partido de lujo. La Real es quinta con 45 puntos, los mismos que el Betis tras abrir abrir el conjunto sevillano la jornada, cinco más que el Villarreal y nueve menos que el Sevilla, el equipo que cierra la zona Champions, ya con los mismos partidos. El Barcelona es segundo y persigue al líder, el Atlético, con una desventaja de cuatro puntos. El Granada rompió la pasada jornada una racha de siete partidos sin perder de la Real, pero aún así ha sumado 13 de los últimos 18 puntos en juego. Entre los equipos europeos, la Real es el que menos suma en casa, se le han escapado puntos en siete de los trece partidos jugados, cinco empates y dos derrotas, aunque solo Atlético y Barcelona marcan más goles como locales. El Barça ha ganado diez de sus once últimos partidos de Liga, incluyendo los tres últimos, y es el máximo goleador a domicilio, 25 goles en trece partidos. Solo ha sufrido tres derrotas lejos del Camp Nou, 1-0 ante Getafe y Atlético de Madrid y 2-1 ante el Cádiz.
Duelo de gran nivel también por historia. La Real ganó en 29 de los 73 partidos que enfrentaron a ambos equipos en Donostia, siempre en Primera , por 19 triunfos del conjunto culé y 25 empates. El equipo txuri urdin firmó su mayor goleada en dos ocasiones, con el 4-1 de la temporada 1930-1931, con goles de Cholín, Bienzobas en dos ocasiones y Mariscal, y con el mismo resultado de la 1987-1988, con tantos de Górriz, Zamora con un doblete y Bakero. La derrota más dolorosa para la Real, la más abultada, sigue siendo el 0-6 de la campaña 2000-2001 que encajó el equipo entonces entrenado por Javier Clemente en la primera mitad de aquel partido. La Real lleva cuatro temporada sin vencer al Barcelona en su casa, no lo hace desde el 1-0 de la temporada 2015-2016, con un sensacional gol de Oyarzabal de cabeza a pase de Xabi Prieto. Desde entonces, dos empates y dos derrotas. Los Real - Barça son partidos de goles, los ha habido en los últimos doce, en todos desde el 0-0 de la 2004-2005.
El último precedente, la pasada temporada, la 2019-2020, fue un partido todavía con público, vibrante y lleno de alternativas. El partido comenzó bien para la Real. Transcurridos los diez primeros minutos de juego, Busquets agarró a Diego Llorente dentro del área, cuando intentaba rematar un córner, y el árbitro, Arbelora Rojas, decretó penalti. Oyarzabal engañó a Ter Stegen y puso el 1-0 en el marcador. El Barcelona le dio la vuelta al resultado. Primero marcó Griezmann antes del descanso, culminando con una espléndida vaselina sobre Remiro una buena cabalgada en solitario. Y después lo hizo Luis Suárez a puerta vacía, en el 49, aprovechando una asistencia de Messi tras coger la espalda a la defensa realista. A media hora del final, Isak aprovechó un regalo de Ter Stegen en un despeje para poner el 2-2 definitivo. El partido acabó con polémica cuando en su última jugada Piqué quiso convertir un agarrón suyo a Llorente en un penalti que el árbitro no señaló pero que despertó una gran campaña mediática.
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