Iñigo Martínez, con José Ángel, en el partido de la pasada Liga. |
Esta vez Moyes sí anunció los nombres de los 19 jugadores que se desplazan a Madrid, que son todos los disponibles del primer equipo a excepción de Dani Estrada. Viendo las ausencias, no tenía mucha lógica ocultarlos, porque no había demasiado margen de maniobra para el técnico escocés. Carlos Martínez y Hervías son los que están en la enfermería, y a ellos se une en el capítulo de bajas Zurutuza, del que Moyes ya adelantó que el partido le llega demasiado pronto. Zaldua, ausente en las últimas semanas y duda para el partido, es probablemente la razón por la que viaja un jugador de más. Por este motivo, Aritz Elustondo queda como único representante del Sanse. Ya con Gaztañaga cedido en la Ponferradina, y descartando únicamente a un jugador con el que no se va a contar, se agudiza de nuevo el debate sobre los fichajes que no han llegado en el mercado de invierno, puesto que el único movimiento ha sido prescindir de un jugador de una plantilla que Moyes consideró corta para sus deseos.
El escenario y el rival ayudan a que haya más dudas en torno al once por el sistema a emplear. Rulli estará bajo palos y en la defensa se pueden dar como seguros a Iñigo Martínez en el centro y a Aritz Elustondo en la banda derecha. Yuri y De la Bella se juegan el lateral izquierdo, mientras que Mikel González y Ansotegi, con ventaja en teoría para el primero, optan al otro puesto de central. Hay dudas también en el centro del campo. Si Moyes decide mantener el doble pivote que dispuso ante el Eibar, repetirían Pardo y Granero, aunque Markel apunta a volver al once en lugar del riojano. A menos que el técnico escocés decida mantener a los tres en el equipo inicial para fortalecer la zona ancha, por delante se mantendrían Xabi Prieto, Canales, Vela y Agirretxe. En caso de que sólo haya tres plazas en el ataque, lo más normal viendo los antecedentes es que el sacrificado fuera Agirretxe y el mexicano quede en punta. A la espera del descartado, Zubikarai, Zaldua, Elustondo, Chory Castro y Finnbogason parecen apuntar al banquillo.
La victoria de la Real ante el Eibar le ha dado aire al conjunto de Moyes, que arranca la jornada en la undécima posición con 22 puntos, seis por encima de la zona de descenso y a unos en teoría insuperables 16 de los puestos europeos. El Real Madrid es el líder de la competición con 48 puntos, uno por encima de su principal perseguidor, el Barcelona. La Real es el único equipo de Primera División que aún no ha conseguido ganar un partido lejos de su estadio, suma cinco empates y cuatro derrotas, aunque desde que el técnico escocés llegó al banquillo txuri urdin sólo ha perdido uno de los cuatro que ha dirigido, el 4-0 en Villarreal. El Espanyol, aunque ha ganado un partido, estaría por detrás de la Real en esa clasificación con los mismos puntos, apenas cinco, y peor diferencia de goles. El Madrid sólo ha perdido un choque en el Santiago Bernabéu, y fue hace ya casi una vuelta, en la tercera jornada por 1-2 ante el Atlético de Madrid. Todo lo demás, siete partidos, se cuentan por victorias con una media total de más de 3,3 goles por partido.
Sólo la visita al Barcelona es más cruel con la Real en sus datos históricos que los desplazamientos al feudo del Real Madrid. El equipo txuri urdin ha jugado este encuentro en 67 ocasiones, y apenas ha conseguido ganar en tres: 2-3 en la temporada 1990-1991, 0-2 en la 1993-1994 y 1-4 en la 2003-2004. La mayor goleada que la Real ha recibido en Chamartín, el 9-1 de la campaña 1967-1968, es también el mayor correctivo que ha recibido en toda la historia de la Liga. Desde el ascenso de 2010, la Real acumula cuatro derrotas consecutivas en ese escenario, encajando al menos cuatro goles, aunque ha conseguido al menos uno en cada uno de esos encuentros. Pero en los ocho años anteriores al descenso, no obstante, había conseguido sumar una victoria y tres empates (1-1 en la 1999-2000 y en la 2005-2006, y 0-0 en la 2002-2003), además de alguna derrota digna como el 2-1 de la 2004-2005, en el famoso partido de los seis minutos tras ser suspendido por una amenaza de bomba que obligó a desalojar el Bernabéu.
El partido de la pasada campaña, la 2013-2014, no tuvo historia alguna y el Real Madrid goleó con una soberana facilidad. La Real firmó una primera parte sencillamente vergonzosa, en la que se dejó machacar por el equipo madridista sin oponer apenas resistencia. Entre el primero y el cuatro gol apenas transcurrieron 24 minutos de juego. Cristiano Ronaldo abrió el marcador con un disparo cruzado en el minuto 11, Benzema hizo el 2-0 libre de marca en el 17, el propio Ronaldo subió el tercero de penalti en el 26 y hasta Khedira se sumó al festival en el minuto 35. 4-0 en menos de media hora, y pudo ser peor. La Real de la segunda parte tuvo algo más de orgullo, no era difícil esa mejora, y aprovechó que el Madrid dio por finalizado el partido para recortar distancias por medio de un magnífico gol de Griezmann. Pero por si acaso alguien pensó en un maquillaje más profundo a tan sonrojante derrota, el propio Ronaldo machacó el orgullo txuri urdin con un gol de falta. 5-1 y a casa. No hubo más partido que la inevitable goleada.
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