Qué sensaciones más agrias deja 2014 para la Real. Parece mentira viendo cómo comenzó, con la victoria en el derbi, con una buena racha en Liga, con unas semifinales de Copa... Pero todo eso se ha quedado tan atrás en el tiempo como en la mente del aficionado txuri urdin, que sin duda recordará 2014 por el triste final de la temporada 2013-2014, con una caída libre difícil de explicar, y el lamentable primer tramo de la 2014-2015, que llevó al cese de Jagoba Arrasate como entrenador del equipo. Entre lo mejor y lo peor, estos son diez momentos inolvidables para la Real en el año que está a punto de terminar.
· La renuncia del Racing
Cuartos de final de la Copa del Rey, una ronda que la Real llevaba años sin pisar, y con la ventaja de jugar contra un Segunda B, el Racing. El partido de ida se saldó con victoria realista, pero el 3-1 daba alguna opción a los cántabros al menos de poner las cosas difíciles en El Sardinero. Pero el Racing vivía una situación insostenible, con sus jugadores sin cobrar y la afición levantada en armas contra la directiva. Por eso la plantilla amenazó con no jugar el partido de vuelta contra la Real si no se arreglaba su situación. Y como nadie movió un dedo, el Racing se plantó. Sus once jugadores se colocaron en torno al círculo central y no quisieron moverse cuando Gil Manzano pitó el inicio del encuentro. Apenas pasaron unos segundos cuando el colegiado fue a hablar con el capitán racinguista, Mario, y este le reiteró que su actitud era definitiva. La Real pasó a semifinales sin jugar, pero el Racing dejó un momento de solemne dignidad.
· Del robo al escudo
Las semifinales de Copa contra el Barcelona dejaron dos instantes clave. En la primera parte del encuentro de ida, en el Camp Nou, Vela se plantó solo delante de Valdés y fue derribado por Mascherano. González González, de forma mezquina, no señaló nada. El Barça marcó el 1-0 en la siguiente jugada y el árbitro expulsó a Iñigo Martínez por las protestas. El 2-0 final de la ida convertía la vuelta en una misión casi imposible, pero la Real competió bien y consiguió, al menos, no perder el partido. Ya en los minutos finales y con la eliminatoria decidida a algunos jugadores del Barcelona les dio por reírse de la Real, Busquets por encima de todos. Arrasate saltó de su banquillo señalando su traje y gritando "nosotros también tenemos escudo", pidiendo un respeto que el jugador blaugrana, como unos cuantos de sus compañeros en el banquillo (Pedro, Xavi o Adriano entre ellos), no tuvo. Cayó la Real, pero los barcelonistas no supieron ganar ni calibraron las consecuencias de sus mofas en un estadio habitualmente nada hostil hacia ellos.
· El Barcelona, superado de nuevo en Anoeta
Las afrentas recibidas por los realistas en la semifinal de Copa hicieron que el partido de la segunda vuelta de la Liga contra el Barcelona se jugara con una motivación superior a la normal. Se consiguió así que el equipo catalán siga sin ganar en Anoeta tras el ascenso txuri urdin en 2010, y esta vez la superioridad realista fue total en todas las facetas del juego. No hubo que apelar a la suerte, a la necesidad o a cualquier otra circunstancia: la Real fue mucho mejor que el Barcelona. Elustondo marcó el primero de cabeza, rozando el balón para que después se estrellara en Song y se colara en la portería de Valdés. Messi empató casi en la jugada siguiente en el primer disparo a puerta culé, ya en el minuto 35, pero la Real salió con furia en la segunda mitad. Griezmann hizo el segundo a pase de Vela y Zurutuza convirtió el tercero, cerrando una noche memorable que comenzó a gestarse cuando el Barcelona faltó al respeto a la Real en la Copa.
· Illarra marca en Anoeta
La salida de Illarramendi al Madrid del verano de 2013 fue un durísimo golpe que afectó al juego de la Real de tal manera que es fácil decir que aún no se ha recuperado. Más doloroso todavía fue el regreso del jugador a Anoeta ya con la camiseta del Real Madrid. Recibido con silbidos y abucheado cada vez que tocó el balón, fue además autor del primer gol madridista en la cómoda goleada con la que se saldó el encuentro. Illarra no celebró su gol, pero de igual manera fue una puñalada en el corazón del aficionado realista. Uno de los mejores jugadores salidos de la cantera de Zubieta en los últimos años había marcado su primer tanto en Anoeta con la camiseta de otro equipo. Y lo hizo además para decantar, al filo del descanso, un partido tan malo como igualado hasta ese momento. En la segunda mitad la Real se hundió y acabó siendo machacada por 0-4. Pero dolió más el 0-1 que la posterior goleada.
· La séptima plaza como penitencia
Tras vencer al Barcelona, los últimos tres meses de la Liga 2013-2014 se convirtieron en una lenta agonía para la Real. De optar a la cuarta plaza, se tuvo que conformar con certificar la clasificación europea de cualquier manera. Así llegó a la última jornada, en la que dependía de un fallo del Sevilla para ser quinta y se jugaba la sexta plaza en un duelo directo contra el Villarreal. Pero la Real ya no estaba y perdió 1-2. Jugó un partido horrendo para cerrar la temporada, despreció la posibilidad de ser sexto y se condenó a la penitencia de la séptima plaza, que daba pasaporte europeo por la final de Copa que jugaron Real Madrid y Barcelona, y, aún peor, la obligación de jugar dos rondas previas para alcanzar la Europa League. Si esta temporada se cerraba sin gasolina por haber iniciado la preparación en julio, la Real se autocondenó a repetir ese ejercicio en la 2014-2015 pero con más partidos en el horizonte y un premio mucho menor.
· Griezmann y Vela, dos caminos diferentes
Pocas dudas había sobre el carácter de estrellas en la Real 2013-2014 que tenían Griezmann y Vela. Socios dentro del campo y amigos fuera de él, el francés y el mexicano acabaron tomando caminos diametralmente opuestos en sus vidas y en el corazón de los realistas. Griezmann despejó su mente de los intereses de la Real tres meses antes de que acabara la Liga, pensando ya en el Mundial y en un traspaso anunciado, que para colmo fue al Atlético de Madrid. Y Vela, a quien el Arsenal llegó a repescar, siempre quiso continuar en la Real. Por eso, Jokin Aperribay se enfrascó en una ambiciosa operación económica para que el mexicano siguiera vistiendo la camiseta txuri urdin. Vela se convirtió así en el fichaje más caro de la historia de la Real, pero sobre todo en un jugador que entendió el enorme cariño que los realistas sienten por él y su propio papel en este equipo. Griezmann, jugador criado en la cantera, decidió dejar a la Real. Vela no.
· La debacle de Krasnodar
El de Krasnodar es un nombre que no se va a olvidar fácilmente en el entorno de la Real. El equipo ruso fue el segundo rival realista en las previas de la Europa League tras eliminar al Aberdeen escocés. El partido de ida, aún con superioridad txuri urdin, finalizó con un exiguo 1-0, obra de Xabi Prieto, con lo que habría que sudar en Rusia para conseguir la clasificación. Pero la Real hizo un partido terrible en el que todo salió al revés. Rulli, de largo el mejor jugador del partido, evitó que el Krasnodar se fuera al descanso con ventaja. Después, un penalti inexistente que el colegiado señaló a De la Bella supuso el 1-0 y el empate en la eliminatoria con veinte minutos por delante. El guardameta argentino, que debutaba en la Real, tuvo que marcharse lesionado. Y el Krasnodar ajustició a una pobrísima Real con dos goles más. Krasnodar entraba así en la leyenda negra europea de la Real e invalidaba la celebración que el club hizo del séptimo puesto.
· La remontada ante el Real Madrid
La Real comenzó la Liga con un escenario complicado. La eliminación en Krasnodar y la derrota en Eibar motivaron severas y justificadas críticas. Cuando el Real Madrid, en la segunda jornada de Liga, se puso 0-2 en media hora y estaba dando un meneo considerable a los realistas, la situación no podía ser más desesperanzadora. Entre otras cosas porque levantar esos dos goles suponía igualar las mayores remontadas de la historia txuri urdin. Pero ahí resurgió la Real de una forma deslumbrante. Casi por un orgullo desprovisto de fútbol, Iñigo Martínez aprovechó la debilidad madridista en los córners para hacer el 1-2. Y seis minutos después fue Zurutuza, el mejor del partido, quien hizo el empate entrando desde atrás con fuerza. Un partido perdido en media hora llegó al descanso igualado. Y en la segunda mitad el equipo txuri urdin terminó de darle la vuelta, con sendos goles de Zurutuza y Vela. Partidazo y noche épica.
· Santana, héroe en el banquillo por un día
La derrota en Anoeta ante el Málaga y un tristísimo balance de seis puntos en 10 partidos y sólo la victoria ante el Real Madrid propiciaron el despido de Jagoba Arrasate. En el horizonte estaba un Atlético de Madrid que había ganado siempre en Anoeta desde el ascenso y un parón de dos semanas que Aperribay quiso aprovechar para decidir con calma quién sería el nuevo entrenador realista. Por eso, el partido ante el campeón de Liga lo dirigió Asier Santana, hasta ese momento técnico del Sanse. Volviendo a un esquema más reconocible para la Real, Santana consiguió anular al Atlético de Madrid, incluso a pesar de que Mandzukic adelantó a los colchoneros. Vela, con un gol de genio, empató en la jugada siguiente. Y a pesar de que Álvarez Izquierdo demostró su nefasta categoría como árbitro, escamoteando hasta tres penaltis a la Real, Agirretxe hizo de cabeza el gol de la victoria. El efímero Santana no pudo soñar una noche mejor.
· El fichaje de David Moyes
Puede que nunca haya despertado tanta expectación el fichaje de un entrenador en la Real como el de David Moyes. El escocés, uno de los técnicos más respetados en la Premier League a pesar de su batacazo de la pasada temporada en el Manchester United (con este equipo visitó Anoeta en la Champions), afrontaba así su primera aventura fuera de las islas británicas y el interés por esta nueva etapa se evidenció en una multitudinaria presentación ante la prensa. Desde el primer día se mostró ambicioso, dispuesto a conocer todas las posibilidades que tenía dentro de la estructura del club en cuanto a técnicos y jugadores pero también presto a modificar todo lo que fuera necesario para adecuar la Real a sus métodos. Con la dificultad del idioma y con una inagotable caballerosidad británica, Moyes generó una ola de ilusión como hacía tiempo que no se veía en la Real. Por el momento no ha conseguido que el equipo despierte.
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